CARTAS DE RELACIÓN. Hernán Cortés a Carlos V
Sumario
PRÓLOGO
El Premio Nobel en Literatura Octavio Paz califica así las Cartas de Relación: “La conquista de México evoca las empresas de Julio César en las Galias o de Babur en el Indostán. El parecido se acentúa porque como ellos, ( Hernán Cortés) es un escritor notable y sus « Cartas de Relación» soportan airosas compararse con los «Comentarios de la Guerra de las Galias» y con las «Memorias» del conquistador de la India.”[1]
En efecto, las « Cartas de Relación» de los acontecimientos ocurridos durante la conquista de México que Hernán Cortés escribió al Emperador Carlos V, constituyen un fascinante relato de aventuras que rivalizan con las más interesantes «novelas de caballería», intensificado con el hecho de saber que nos encontramos no ante una novela sino ante acontecimientos reales narrados por quien fue su principal protagonista; además la inevitable subjetividad del autor permite entender las exageraciones y errores de apreciación que tiene.
Pero las «Cartas» también son prueba de la cultura de alguien que, con gran provecho, frecuentó las aulas universitarias de Salamanca, así como de su audaz individualismo conjugado con una evidente conciencia social, resultado de la convicción de saber que el hombre tiene una misión terrenal y un destino eterno, y que una y otro le pertenecen a tal punto que, si así lo decide, puede realizarlos o perderlos. Este «individualismo con conciencia social» explica las personalidades recias de aquellos españoles del siglo XVI que fueron capaces de realizar empresas trascendentes como lo fue la exploración, conquista y fundación de un verdadero «Nuevo Mundo», que desde entonces «siente en indio y habla y reza en español».
La pequeñez del resentimiento indigenista que hoy prevalece en muchos ambientes, es incapaz de barruntar siquiera el espíritu que subyace en las « Cartas de Relación». Solo una relectura reflexiva de las mismas puede quitar las vendas que expertos en la «manipulación de los resentidos» han puesto en los ojos de no pocos.
Dadas las limitaciones que el formato de este Diccionario nos impone, daremos en este artículo solo un esquema general de las cinco Cartas, remitiendo al lector a los artículos de este mismo Diccionario que señalamos al final como «relacionados» y que permiten ampliar los hechos narrados. El nombre de « Cartas de Relación» nunca lo usó Cortés; fue puesto por el impresor Jacobo Cromberger cuando imprimió la «Segunda Carta».[2]
CRONOLOGÍA Y CIRCUNTANCIAS EN TORNO A LAS CINCO CARTAS
Primera carta
De la «Primera Carta» se desconoce su contenido literal pues el original está perdido; solo se sabe de su existencia porque el propio Cortés la menciona como «Carta de la justicia y regimiento de la Rica Villa de la Veracruz», fechada el 10 de junio de 1519 y avalada por el recién constituido Cabildo de Veracruz. Es un alegato en defensa de su rebelión respecto al Gobernador de Cuba Diego Velázquez.
Esta primera Carta fue del conocimiento y lectura del historiador Francisco López de Gómara,[3]quien realizó de ella un breve resumen. A finales del siglo XVIII se descubrió en Viena una copia del escrito de Gómara. En la Biblioteca Nacional de Austria se conserva además una copia manuscrita del siglo XVI de la Segunda a la Quinta relación.[4]Según Gómara, en esta carta Cortés describe como antecedentes de su expedición las llevadas a cabo por Francisco Hernández de Córdoba de 1517 y Juan de Grijalva en 1518, y narra lo acontecido en la suya desde su partida de Cuba hasta su estadía en Tabasco y la fundación de Veracruz.
La carta fue llevada a España por Francisco de Montejo y Alonso Hernández Portocarrero, quienes hicieron el viaje en un barco pilotado por Antón de Alaminos. Una vez que zarpó esta embarcación, Cortés mandó hundir el resto de sus naves.
Segunda Carta
La Segunda Carta fue firmada en Segura de la Frontera ( Tepeaca) el 30 de octubre de 1520. Cortés la redacta poco después de la « Noche Triste» cuando establecía una defensa segura del territorio tlaxcalteca en alianza y con el apoyo incondicional de los caciques de Tlaxcala. Narra también sus planes y estrategia para regresar al Valle de Anáhuac y conquistar Tenochtitlán.
En esta segunda carta hace varias referencias a la primera: “En la otra relación, muy excelentísimo Príncipe, dije a vuestra Majestad las ciudades y villas…” (…) “Y porque, como ya creo, en la primera relación escribí a vuestra Majestad…”[5]
Cortés señala que dejó en Veracruz una guarnición de 150 hombres y narra su encuentro y alianza con el pueblo de Cempoala, que será el primero en hacer alianza con los españoles: “ellos eran súbditos de aquel señor Mutezuma, y según fui informado lo era por la fuerza…Y como por mi tuvieron noticias de vuestra Alteza y de su muy grande y real poder, dijeron que querían ser vasallos de vuestra majestad y mis amigos, y que me rogaban que los defendiese de aquel grande señor que los tenía por fuerza y tiranía, y que les tomaba sus hijos para los matar y sacrificar a sus ídolos.”[6]
Otro elemento importante que narra en esta segunda carta es el haber puesto el nombre de «Nueva España» a la tierras que estaba explorando y conquistando: “Por lo que yo he visto y comprendido cerca de la similitud que toda esta tierra tiene a España, así en la fertilidad como en la grandeza y fríos que en ella hace, y en otras muchas cosas que la equiparan a ella, me pareció que el más conveniente nombre para esta dicha tierra era llamarse la Nueva España del mar Océano; y así, en nombre de vuestra majestad se le puso aqueste nombre. Humildemente suplico a vuestra alteza lo tenga por bien y mande que se nombre así.”[7]
Tercera carta
La Tercera carta está fechada en Coyoacán casi dos años después: el 15 de mayo de 1522. Ello se explica porque después de su estadía en Tepeaca Cortés se dedicó a poner en marcha su plan: sitiar Tenochtitlán para lo cual construyó en Tlaxcala trece bergantines que fueron trasladados por las montañas hasta las orillas del Lago de Texcoco, donde fueron botados y acondicionados. El sitio dio inicio el 26 de mayo de 1521 y concluyó el 13 de agosto de ese mismo año.
En esta Tercera Carta, Cortés relata a Carlos V los detalles de la construcción los bergantines y su traslado al Lago, así como las vicisitudes a lo largo del sitio y de la conquista final de la capital azteca.[8]Resalta también la importancia de la ayuda que recibió Cortés de otros pueblos indígenas, lo que con razón ha hecho decir a muchos que «la conquista fue obra de los indígenas, y la independencia obra de los criollos».
“El viernes siguiente, que fue 5 de abril del dicho año 521, salí de esta ciudad de Tesuico ( Texcoco) con los treinta de caballo y los trescientos peones que estaban apercibidos, y dejé en ella otros treinta de caballo y otros trescientos peones, y por capitán a Gonzalo de Sandoval, alguacil mayor. Y salieron conmigo más de veinte mil hombres de los de Tesuico, y en nuestra ordenanza fuimos a dormir a una población de Calco que se dice Talmanalco (Tlalmanalco), donde fuimos bien recibidos y aposentados; y allí porque está una buena fuerza, después que los de Calco fueron nuestros amigos (…) nos detuvimos más de hablar a los señores de allí, y decirles mi intención, que era dar una vuelta en torno de las lagunas, porque creía que acabada esta jornada, que importaba mucho, hallaría hechos los trece bergantines y aparejados para echarlos al agua (…) partimos aquel día a vísperas, y llegamos a una población suya donde se juntaron con nosotros más de cuarenta mil hombres de guerra, nuestros amigos…”[9]
Cuarta carta
La Cuarta Carta la redactó en la recién conquistada Tenochtitlán y está fechada el 15 de octubre de 1524. En esta Carta Cortés narra las exploraciones que realiza para conocer el tamaño, características y habitantes de «esta Nueva España de la Mar Océano», las distintas actitudes que tendrán estos con los europeos así como de las inevitables discrepancias y conflictos entre los españoles, cuyo número se incrementará en cuanto fue conocida la conquista de Tenochtitlán. Narra con detalle la alianza que estableció con el Reino de Michoacán.
Escribe Cortés: “Ya que la tierra estaba pacífica, envié por todas las partes de ella personas que la visitasen y me trajesen relación de los pueblos y gente y traída, busqué el mejor asiento que por allí me pareció y fundé en él una villa, a que puse nombre Santisteban del Puerto (actualmente Pánuco, Veracruz) y a los que allí quisieron quedar por vecinos les deposité en nombre de vuestra majestad aquellos pueblos, con que se sostuviesen y hechos alcaldes y regidores y dejando allí un mi lugarteniente de capitán, quedaron en la dicha villa de un mi los vecinos treinta de caballo y cien peones y les dejé un barco y un chinchorro, que me habían traído de la Villa de la Vera Cruz, para bastimento y asimismo me envió de la dicha villa un criado mío que allí estaba, una navío cargado de bastimentos de carne, pan, vino, aceite, vinagre y otras cosas (…) “
“Asimismo pienso enviar los navíos que tengo hechos en la mar del Sur, que queriendo Nuestro Señor, navegarán en fin del mes de julio de este año de 524 por la misma costa abajo, en demanda del dicho estrecho; porque si lo hay, no se puede esconder a éstos por la mar del Sur y a los otros por la mar del Norte; porque estos del Sur llevarán la costa hasta hallar el dicho estrecho o juntar la tierra con la que descubrió Magallanes y los otros, del Norte, como he dicho, hasta juntarla con los Bacallaos (probablemente cercanía de Terranova). Así, por una parte y por otra no se deje de saber el secreto. Certifico a vuestra majestad que, según tengo información de tierras la costa de la mar del Sur arriba, que enviando por ella estos navíos yo hubiera muy grandes intereses y aun vuestra majestad se sirviera; mas como yo sea informado del deseo que vuestra majestad tiene de saber el secreto de este estrecho y el gran servicio que en descubrirle su real corona recibiría, dejo atrás todos los otros provechos e intereses que por acá me estaban muy notorios, por seguir este otro camino. Nuestro Señor lo guíe como sea más servido y vuestra majestad cumpla su deseo y yo asimismo cumpla mi deseo de servir.”
En esta Cuarta Carta Cortés hace manifiesto uno de los rasgos más importantes de su personalidad: su celo espiritual. Sabe que una vez que «la tierra estaba pacífica» se requería un tipo de hombres diferentes a los que lo habían acompañado; se requería ahora de «soldados espirituales» y por eso, con tacto diplomático presionará al Monarca para que atienda su petición:
“Todas las veces que a vuestra sacra majestad he escrito, he dicho a vuestra alteza el aparejo (disposición) que hay en algunos de los naturales de estas partes para convertirse a nuestra santa fe católica y ser cristianos y he enviado a suplicar a vuestra cesárea majestad, para ello, mandase proveer de personas religiosas de buena vida y ejemplo. Y porque hasta ahora han venido muy pocos o casi ningunos,[10]y es cierto que harían grandísimo fruto, lo torno a traer a la memoria a vuestra alteza y le suplico lo mande proveer con toda brevedad, porque de ello Dios Nuestro Señor será muy servido y se cumplirá el deseo que vuestra alteza en este caso, como católico, tiene.”
Quinta Carta
Fue también firmada en Tenochtitlán con fecha del 3 de septiembre de 1526, al regreso de Cortés de su expedición a las Hibueras (Honduras), de la cual salió Cortés arruinado económica y políticamente.
Los hechos narran el desarrollo del viaje de ida y vuelta a Centroamérica, ya que abarcan desde el 12 de octubre de 1524, fecha en la que situó su salida de México- Tenochtitlán, hasta el 3 de septiembre de 1526, cuando dató la relación, pocos meses después de su regreso De los acontecimientos ocurridos destaca inicialmente la traición y rebelión que Cristóbal de Olid estaba realizando contra Cortés para favorecer al gobernador de Cuba Diego Velázquez, de su captura y ejecución por parte de Francisco de las Casas.
En la expedición viajaba con Cortés el tlatoani (cacique principal) Cuauhtémoc, a quien también acusaron de estar planeando una conjura con algunos caciques de Tabasco contra Cortés. Tras un juicio sumario poco claro, Cortés decretó ejecutar a Cuauhtémoc, ahorcándolo en una ceiba. También en esa ocasión decretó Cortés la pena de muerte a quien se descubriera practicando la antropofagia. En su crónica Cortés no omite estos hechos, pero no se detiene en detalles.
Acompañaban a Cortés en esta expedición unos tres mil «indios de los nuestros», pero no encontró poblaciones como las de Nueva España, ni caciques como los de Tlaxcala, Tenochtitlán o Michoacán. Cerca del Lago Petén Itzá, tuvo una reunión amistosa con el cacique Canek de la etnia maya de los itzáes, y luego un enfrentamiento bélico con los lencas,[11]en la actal provincia hondureña de Colón, donde fundó la Villa de Trujillo.
Aprovechando la ausencia de Cortés de la ciudad México, un grupo de españoles intrigó contra él acusándolo de traición hacia la Corona española; por eso el final de su «Quinta carta» al Rey es una argumentación en su defensa, y además de reiterar su lealtad a Carlos V, le ofrece realizar nuevas empresas como la de explorar y conquistar las islas de la «Especiería».[12]
NOTAS
- ↑ Octavio Paz. Hernán Cortés: exorcismo y liberación. En VV.AA. Itinerario de Hernán Cortés. Ed. Canal de Isabel II Gestión. SEP. CONACULTA. Madrid, 2015, p. 370
- ↑ Jacobo Cromberger fue un impresor nacido en Nüremberg, Alemania, en 1473, y radicado en Sevilla hacia 1500. En esta ciudad puso una imprenta que en el año 1511 era ya famosa en toda España y en el Nuevo Mundo, donde fueron muy importantes sus célebres «cartillas para enseñar a leer». En 1522 imprimió la Segunda Carta de Hernán Cortés.
- ↑ López de Gómara (1511- 1564) fue un sacerdote e historiador español que conoció en Europa a Hernán Cortés, y aunque nunca estuvo en América, escribió su «Historia General de las Indias» basándose principalmente en las confidencias de Cortés. Bernal Díaz del Castillo, testigo presencial como Cortés de los acontecimientos, desmiente a López de Gómara en varios de los hechos que este narra.
- ↑ (Codex Vindobonensis S. N. 1600)
- ↑ Hernán Cortés. Cartas de relación a Carlos V. Ed. Cambio 16, Madrid, 1992, pp. 7 y 9.
- ↑ Ibidem, p. 9
- ↑ Ibidem, p. 107
- ↑ Es notoria la coincidencia de los detalles relatados por Cortés con los que hace Bernal Díaz del Castillo en su «Historia verdadera de la conquista de la Nueva España».
- ↑ Hernán Cortés , Tercera Carta… p.140
- ↑ Acababan de desembarcar en Veracruz (19 de mayo de 1524) el primer grupo formal de misioneros franciscanos; los llamados «doce apóstoles de México»
- ↑ etnia precolombina que constituyen el primer pueblo originario de Honduras.
- ↑ Archipiélago situado enfrente de Indonesia. Es conocido también como las Islas Molucas
BILIOGRAFÍA
BERNAL DÍAZ DEL CASTILLO. Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. Ed. Porrúa, México, 1985
HERNÁN CORTÉS. Cartas de relación a Carlos V. Ed. Cambio 16, Madrid, 1992
VV.AA. Itinerario de Hernán Cortés. Ed. Canal de Isabel II Gestión. SEP. CONACULTA. Madrid, 2015
JUAN LOUVIER CALDERÓN