ROMANO, Diego

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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(Valladolid, 1538- Puebla, 1607) Obispo

Bermúdez Castro[1]señala que Diego Romano nació en la ciudad de Valladolid hoy capital de la Junta de Castilla y León en 1538, cursando sus primeros estudios en su ciudad natal, para después trasladarse a Salamanca, en donde finalmente obtuvo el título de doctor en cánones. El Rey Felipe II, en atención a los méritos del doctor Romano, lo presentó como obispo de Tlaxcala en el año de 1577.

Diego Romano, sería titular del obispado de la Puebla de los Ángeles entre los años de 1578 a 1607, cubriendo más de un cuarto de siglo de actividad pastoral y política, bajo las administraciones de los Virreyes Moya, Villamanrique, Velasco el joven, el conde de Monterrey y el Marqués de Montesclaros,[2]años en los cuales, don Diego destacó por su labor política y eclesiástica. Pero la llegada de Felipe III al poder y la nefasta influencia del Duque de Lerma, su corrupto válido y amigo del Marqués de Villamanrique, se presentaron notables diferencias con el Obispo de Tlaxcala. Dentro de las principales actuaciones de Monseñor Diego Romano puede destacarse los siguientes:

Fue partidario de la política de Congregaciones, señalando el problema que implica la extendida y desperdigada situación de los indígenas, que poblaban en números tan reducidos como 10 o 12 y en grupos sumamente distantes unos de otros, por lo que consideraba conveniente reducirles a pueblos; de igual manera señala que esto se debe hacer con mucha consideración y por personas que sean conocedores de la tierra, para evitar errores que perjudiquen a los naturales, y a la hacienda del Rey.[3]

El norte del virreinato novohispano tuvo que ser pacificada por los virreyes Villamanrique y Luis de Velasco el Joven, siendo éste último, quien aceleró el proceso de creación de las Congregaciones. Sin embargo la aplicación de ésta política no fue completamente afortunada, ya que los indígenas se resistieron abandonar sus tierras, sufriendo diversas violaciones a sus personas y derechos de propiedad, por lo que en sus letras, el Obispo muestra su simpatía con la política de Congregaciones, pero a su vez, reprueba la manera en la que se han aplicado.[4]

El Obispo Romano, como titular de la mitra de Puebla de los Ángeles, tuvo una importante participación en el tercer Concilio Provincial Novohispano, llevado a cabo el 20 de enero de 1585 en la Ciudad de México, y convocado por el afamado y poderoso arzobispo Virrey Pedro Moya de Contreras, a fin de promulgar el Concilio de Trento y adaptarlo al ámbito de la Nueva España.[5]

Desde la bula expedida por el Papa Paulo III en 1546, la Diócesis de México se había convertido en Arquidiócesis Metropolitana, por lo que tenía por sufragáneas a los obispados de Tlaxcala-Puebla, Oaxaca, Michoacán, Chiapas y Guatemala, dejando por ende la Iglesia novohispana de depender de la Mitra sevillana.[6]

Concluido el Concilio se procedió a su publicación, a lo que se opuso el Fiscal Regio,[7]con el apoyo del Marqués de Villamanrique, Virrey entrante, que en 1585 ordenó la recolección de los autos y decretos del Concilio; indicación cumplida por la Audiencia de México,[8]y que provocó que la Iglesia novohispana enviara al Vaticano, en calidad de procurador, a Francisco de Beteta, maestro de la Catedral de Tlaxcala, quien obtuvo de su Santidad Sixto V, el breve Romanum Pontificem, que confirmaba el Concilio y ordenaba su publicación, por lo que seis años después, Felipe II expidió una Real Cédula, que lo avalaba.[9]

Es menester resaltar que la llegada del controvertido Virrey Marqués de Villamanrique, trajo como consecuencia un enfrentamiento directo con la Iglesia novohispana, especialmente con el poderoso Arzobispo visitador Moya; a tal grado que Luis de Velasco el hijo, sustituto de Villamanrique, tuvo que dejar la Nueva España, a causa de las fricciones que sostuvo con el Marqués.[10]

Con el paso del tiempo los conflictos se fueron incrementando, y Villamanrique lejos de negociar, busco imponer sus decisiones arbitrariamente, provocando su destitución, así como que el rey Felipe II, lo sometiera a una rigurosa Visita que se encomendó a don Diego Romano, titular de la mitra angelopolitana.[11]

La eficacia de la Visita tal como argumenta Sánchez Bella,[12]se observa en la condena al Marqués, privándole de manera perpetua de oficios y desterrándolo de la Corte, situación que cabe señalar no tuvo efectos permanentes ya que bajo el reinado de Felipe III, y gracias a la influencia del Duque de Lerma, quien era válido del monarca, le fue levantado el castigo y en 1600, acorde a Schäfer,[13]pidió el pago de su salario desde la salida de Nueva España hasta la llegada Europa, exigencia que al parecer le fue satisfecha. De todas maneras la sentencia dictada a Villamanrique con motivo del obispo de Tlaxcala- Puebla fue la más severa que se haya pronunciado en contra de un virrey durante los 300 años de predominio español en América.

Pese a la difícil labor como visitador, el obispo Romano no descuidó sus funciones episcopales, lo que se demuestra el documento titulado “Relación de prebendas y beneficios, existentes en la Catedral de Puebla de los Ángeles, personas que las poseen , fundadores, hospitales, por el obispo Diego Romano” el cual se encuentra en el Archivo General de Indias en Sevilla, y en el que se menciona la manera en la que continuó con los trabajos de construcción de la catedral de Puebla iniciados en 1575 bajo la dirección de Francisco Becerra célebre arquitecto de Extremadura, quien por cierto tuvo que probar su limpieza de sangre.[14]


Finalmente en 1606 y debido a los problemas de visión que aquejaban al obispo Romano, se nombró como obispo auxiliar, al monseñor Mota y Escobar, quien era obispo de Nueva Galicia. En 1607, durante el retorno de Luis de Velasco II a la administración del virreinato,Diego Romano fallecería en la Ciudad de Puebla de los Ángeles.

NOTAS

  1. Bermúdez Castro 1985,288-289
  2. Carta de notificación de nombramiento, 12 de febrero de 1578, A.M.P
  3. Carta del Obispo de Tlaxcala al rey, 11 de abril 1584, AGI
  4. Salazar, 1997, 115
  5. Cuevas, 1940, 261-262
  6. Cuevas, 1940, 224
  7. Cuevas, 1940, 264
  8. Cuevas 1940 264
  9. Jiménez, 1944, 125-136
  10. Salazar, 1997, 18
  11. Salazar, 1997, 27
  12. Sánchez Bella. 1992, 241-242
  13. Schäfer 1947, 59
  14. Salazar 2000, 86

ABREVIATURAS

AGI

Archivo General de Indias

AGN

Archivo General de la Nación (México)

AHN

Archivo Histórico Nacional (Madrid)

AMP

Archivo Municipal de Puebla

ASTP

Archivo de la Secretaria de Turismo de Puebla

BPR

Biblioteca del Palacio Real (Madrid)

BIBLIOGRAFÍA

Bermúdez, D (1985) Historia de la Ciudad de Puebla, Puebla

Salazar, J (1997) Gobierno en la Nueva España del Virrey luis de Velasco el Joven, Valladolid.

Salazar, J. (2000) Manuscritos e Impresos del Venerable Señor Don Juan de Palafox y Mendoza, España.

Cuevas, M (1940) Historia de la Nación Mexicana, México

Schäfer, E. (1947) El Consejo Real y Supremo de las Indias, Madrid


JUAN PABLO SALAZAR ANDREU