ZAVALA SÁENZ, Lorenzo de

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda

(Tecoh, Yucatán, 3 de octubre de 1788 - San Jacinto, Texas, 15 de noviembre de 1836). Político e historiador.

Hijo de Anastasio Zavala y de María Bárbara Sáenz, estudió en la ciudad de Mérida donde ingresó al Seminario de San Ildefonso pero abandonando sus aulas al poco tiempo. Al saberse la noticia de la captura del rey Fernando VII por Napoleón y la imposición de José Bonaparte en el trono español, Zavala se incorporó a las Juntas de San Juan formadas en la misma ciudad de Mérida por el sacerdote Vicente María Velázquez. En mayo de 1814 fue detenido por las autoridades del Virreinato y encarcelado en San Juan de Ulúa, aprovechando su encierro para estudiar inglés y algunas nociones de medicina. Liberado en 1817 regresó a Yucatán donde fundó un periódico al que llamó El Hispano-Americano, lo que le valió ser elegido diputado por Yucatán a las Cortes de España, en ese tiempo recientemente reformadas tras el pronunciamiento del Coronel Riego que forzó a Fernando VII a jurar la Constitución de Cádiz.

En el verano de 1821 se fue a París y luego a Londres. Enterado de la consumación de la independencia de la Nueva España, regresó para ponerse a las órdenes del Emperador Agustín de Iturbide. En la ciudad de México conoció al embajador plenipotenciario de los Estados Unidos Joel R. Poinsett, quien lo sumó a sus trabajos para formar la primera logia masónica del rito de York en México. En efecto, poco después y con la colaboración de Valentín Gómez Farías, del sacerdote apóstata Miguel Ramos Arizpe, de José María Alpuche y del propio Lorenzo de Zavala, Poinsett estableció en México la masonería yorkina. En una carta dirigida a Rufus King, funcionario de la administración del gobierno de los Estados Unidos y fechada el 14 de octubre de 1825, Poinsett dice: “Con el propósito de contrarrestar al Partido fanático en esta Ciudad, y, si posible fuera, difundir en mayor grado los principios liberales entre quienes tienen que gobernar al País, ayudé y animé a cierto número de personas respetables, hombres de alto rango y consideración, a formar una gran logia de antiguos masones yorkinos. Así se hizo, y un grupo numeroso de la hermandad cenó alegremente en mi casa.”[1]

Sobre este mismo hecho, Lorenzo de Zavala escribió en el primer tomo de su obra Ensayo Histórico de las Revoluciones de México lo siguiente: “La formación de las logias yorkinas fue en verdad un suceso muy importante. El partido popular se encontró organizado y se sobrepuso en poco tiempo al partido escocés, que se componía en su mayor parte de personas poco adictas al orden de cosas establecido …Al principio se reducían las tenidas a ceremonias del rito, a tatar sobre las obras de beneficencia y funciones, pero después se convirtieron en juntas en que se discutían los asuntos públicos, las elecciones, los proyectos de ley, las resoluciones del gabinete, la colocación de los empleados; de todo se trataba en la gran logia, en donde concurrían diputados, ministros, senadores, generales, eclesiásticos, gobernadores, comerciantes y toda clase de personas que tenían alguna influencia. ¿Qué podía resistir a una resolución tomada en una sociedad semejante?”[2]

La gran logia yorkina designó a Zavala gobernador del Estado de México, y el 8 de marzo de 1827 tomó posesión de ese cargo. Un año después publicó en la ciudad de México su Manifiesto de los principios políticos del Excmo. Sr. D. J. R. Poinsett. Siguiendo las indicaciones recibidas en la logia, Zavala encabezó el movimiento del 30 de noviembre de 1828 que llevó a la Presidencia a Vicente Guerrero, quien ya para ese entonces había sido iniciado en las logias yorkinas. Guerrero a su vez nombró a Zavala Secretario de Hacienda. Como integrante del gabinete de Guerrero propició la expulsión del territorio nacional de los españoles y de sus familias, así como la expulsión de los franciscanos de la provincia de Tejas. Pero el triunfo de una rebelión militar orquestada por la masonería escocesa que derribó al gobierno de Guerrero, obligó a Zavala a marcharse de México, refugiándose en los Estados Unidos. En 1833 los yorkinos recuperaron el poder y Zavala regresó para ocupar nuevamente el gobierno del Estado de México, cargo que dejó al año siguiente para desempeñar una comisión de mucha mayor importancia que le fue asignada por los yorkinos: colaborar en la separación de Tejas.

La provincia mexicana de Tejas era ambicionada por los Estados Unidos desde hacia tiempo, tal y como lo confiesa en sus Memorias John Quincy Adams, Secretario de Estado durante la Presidencia de James Monroe y después sexto Presidente de los Estados Unidos: “El apetito por Texas fue desde un principio una pasión occidental… El primer acto del gobierno mexicano después de declarar su independencia (Iturbide), fue reclamar los límites como se habían fijado en el Tratado de las Floridas (con el cual Fernando VII las vendió a los EUA) y nosotros consentimos en ello. Pero al principio de mi administración nombré al Sr. Poinsett Ministro en México, y Clay le dio instrucciones para la compra de Texas. México (Iturbide) declinó la propuesta. Jackson (se refiere a su sucesor, Andrew Jackson) sin embargo tenía tal ambición por Texas, que desde el primer año de su administración puso a trabajar una doble máquina: negociar, con una mano a fin de comprar Texas: instigar con la otra mano al pueblo de aquella región para que hiciera una revolución contra el Gobierno de México. Houston era su agente para la rebelión, y Anthony Buttler para la compra.”[3]

La rebelión de los tejanos fue planeada en una Junta Anfictiónica realizada en la ciudad de Nueva Orleans el 4 de septiembre de 1835 en la que participó Valentín Gómez Farías. El punto número cuatro de los acuerdos tomados en esa reunión decía: “El Sr. Zavala será el director y jefe de los colonos de Texas, a quienes se ministrarán armas, dinero, gente y cuantos auxilios necesiten para defenderse, y llamar allí la atención del gobierno de México, mientras el Sr. Mejía ocupa el puerto de Tampico de Tamaulipas.”[4]En efecto, poco después Zavala apareció en Tejas como jefe de los colonos y como tal firmó la declaración de independencia de Texas el 1° de marzo de 1836. El 16 de marzo Lorenzo de Zavala fue nombrado Vicepresidente de la República de Texas; sin embargo no pudo presenciar la posterior incorporación de esa república como otro Estado de la Unión Americana, pues falleció el 15 de noviembre de ese mismo año en San Jacinto, en ese entonces República de Texas.

Obras: Manifiesto de los principios políticos del Excmo. Sr. D. J. R. Poinsett; Ensayo Histórico de las Revoluciones de México

Notas

  1. Orozco Farías Rogelio, Fuentes históricas de México, 1821-1867. Progreso, México, 1965, p 49
  2. Zavala Lorenzo de, Ensayo histórico de las revoluciones en México, tomo I, p. 258, citado por Orozco Farías, obra citada, p.50
  3. Adams John Quincy. Memorias, Vol. XI, pp. 348-349, citado por Orozco Farías, p. 65
  4. El acta de esa reunión y la del día siguiente fueron publicadas tiempo después en el periódico El mosquito mexicano. Cf. Orozco Farías, pp. 70-72

Bibliografía

Orozco Farías Rogelio, Fuentes Históricas. Ed. Progreso, México 1965.

Schlarman Joseph H. L., México, Tierra de Volcanes. Ed. Porrua, México, 1987.

Diccionario Porrúa, Historia, Biografía y Geografía de México, II, México, 1971.

Enciclopedia de México, XII, México, 1978.


JUAN LOUVIER CALDERÓN