TRATA DE ESCLAVOS; Los países europeos

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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Antecedentes del comercio atlántico de esclavos negros africanos

El inhumano fenómeno de la esclavitud fue practicado desde la antigüedad en las ciudades-estado de la Grecia antigua, en el Imperio Romano, y también en el mundo asiático del Medio y del Lejano Oriente, donde existían sociedades estructuradas en diversas clases sociales, siendo siempre la más inferior aquella compuesta por seres humanos sin algún derecho, y condenados a un servicio sin límite de tiempo a las clases superiores o vencedoras, en caso de guerra.

La esclavitud fue practicada en todos los continentes, incluyendo el americano y desde mucho antes de la llegada de los europeos; fue una realidad en casi todos los pueblos prehispánicos. En la misma África la esclavitud era practicada por tribus y estados africanos, quienes capturaban en guerras tribales o de conquista a otros africanos ya fuera para uso propio o para venderlos o intercambiarlos por otros bienes con otras tribus y otros estados africanos, y más tarde con asiáticos y europeos. El comercio atlántico de esclavos negros comienza poco después del Descubrimiento de América, motivado por la necesidad de los colonos europeos de contar con una mano de obra adecuada y suficiente para las explotaciones agrícolas mineras que ellos comenzaban a poner en marcha en el Nuevo Mundo. Tal comercio iniciado para aquel Nuevo Mundo continuaba con una práctica ya en vigor, aunque en menor escala en el Viejo Mundo, por obra de mercaderes musulmanes del Norte de África y del Medio Oriente, y de algunos de los Estados cristianos de la cuenca mediterránea, italianas e ibéricas, y luego por los navegantes portugueses que intentaban circunnavegar el desconocido continente africano en su ruta hacia un Oriente para ellos aún desconocido, pero supuestamente rico en las especias, tan sumamente pedidas por los nuevos mercados europeos de entonces. En África el comercio de esclavos establecido desde muy antiguo entre las tribus del Continente, fue ampliado por las conquistas y el comercio de los árabes y de los pueblos islamizados, que realizaban guerras y razias para cazar esclavos y venderlos a los mercaderes y negreros. Esta situación durará hasta casi finales del siglo XIX.

El comercio transatlántico de esclavos negro-africanos Tal y como Elikia M’bokolo escribió en «Le Monde diplomatique», “el continente africano fue sangrado de sus recursos humanos por todas las rutas posibles. A través del Sahara, del mar Rojo, desde los puertos del océano Índico y a través del Atlántico. Al menos diez siglos de esclavitud en beneficio del mundo musulmán (desde el siglo noveno al diecinueve). Cuatro millones de personas esclavizadas exportados a través del mar Rojo, otros cuatro millones a través de los puertos Swahili del océano Índico, aproximadamente nueve millones en la ruta de las caravanas trans-sahariana, y de once a veinte millones (dependiendo del autor) a través del océano Atlántico”.

El comercio transatlántico de esclavos se refiere al tráfico de personas que tuvo lugar a través del Océano Atlántico entre los siglos XVI y XIX. La inmensa mayoría eran africanos de raza negra de las zonas centrales y occidentales del Continente, generalmente prisioneros de las guerras entre etnias rivales que eran vendidos por comerciantes africanos de esclavos a compradores europeos, quienes los transportaban a sus colonias en Norte y Sudamérica. Allí, los esclavos eran obligados a trabajar en las plantaciones de café, coco, tabaco y algodón, en las minas de oro y plata, en los campos de arroz, en la industria de la construcción, en la madera, en la construcción de barcos y en hogares como sirvientes.

Este tráfico de esclavos realizado entre 1440 y hasta aproximadamente 1833, tuvo una «estructura triangular», cuyo primer lado fue un buen número de reyes y comerciantes africanos. Por cada negro-africano cautivo, los gobernantes africanos recibían armas, municiones, baratijas, telas y otros utensilios de insignificante valor.

El segundo lado del triángulo fue la exportación de los africanos esclavizados a través del océano Atlántico a América. Y el tercer lado del triángulo lo formaba el regreso de los navíos a Europa, cargados de bienes producidos en las plantaciones y minas trabajadas por los esclavos. Entre esos productos estaban el algodón, azúcar, tabaco, ron, oro, plata y cobre.

Este comercio de esclavos ha sido recientemente denominado «Maafa» por algunos estudiosos africanos y afroamericanos. El término «Maafa» significa en idioma Swahili «holocausto» o «gran desastre».

Los viajes a través de los océanos habían sido siempre difíciles y arriesgados para los barcos e instrumentos de navegación disponibles en la época, lo que había impedido el contacto entre los continentes. Además, mientras las corrientes de los vientos llamado «alisios» favorecían una cierta dirección de las naos de la época, dificultaban su dirección contraria. Fueron principalmente los portugueses quienes lograron superar tal dificultad.

Nuevos desarrollos tecnológicos como la brújula y el sextante, y cascos más grandes y reforzados permitieron a los portugueses la construcción de naves mejor preparadas para enfrentarse a los vientos, haciendo posible los viajes por el océano Atlántico. Al lograrlo, los portugueses entraron en contacto con los pueblos de la costa oeste de África, y a finales del siglo XV a los españoles con las del Continente americano, entonces para ellos desconocido. Fue precisamente la colonización de aquellas nuevas tierras, comenzando por las Islas de las Antillas, la que determinará el comercio de esclavos arrancados de África. El comercio atlántico de esclavos suele dividirse en dos eras, conocidas respectivamente como el Primer y Segundo Sistema Atlántico. El Primer Sistema Atlántico hacia las colonias americanas de los imperios español y portugués. Representó solo alrededor del 3% de todo el comercio atlántico de esclavos. Durante el primer Sistema Atlántico, la mayor parte de los comerciantes fueron portugueses, quienes tenían un cuasi monopolio de este tráfico, aunque hubo ya entonces algunos comerciantes holandeses, ingleses y franceses. El Segundo Sistema Atlántico lo constituye el comercio realizado mayoritariamente por traficantes ingleses, portugueses, franceses y holandeses. Su principal destino fueron las colonias caribeñas, donde además ingleses, holandeses, franceses y daneses fueron arrebatando muchas islas (Pequeñas Antillas y otras Islas del Caribe centroamericano) a los dominios españoles, además de los territorios en tierra firme de las Guayanas (inglesa, holandesa y francesa); y pusieron un pie firme en Brasil y Norteamérica. Fue entonces cuando aquellos países europeos, a través de poderosas Compañías comerciales, también negreras, y con el apoyo de una fuerte red de piratería sostenida por Inglaterra, Holanda y Francia, levantaron colonias que se sostenían económicamente de la esclavitud africana en el Nuevo Mundo. Entre los piratas y corsarios más conocidos y sostenidos por aquellas potencias se encuentran John Hawkins y Francis Drake .

Cifras escalofriantes de la trata Fueron esas Compañías las que realizaron los mayores traslados de esclavos a América; sobre un 16% en el siglo XVII y más de la mitad en el siglo XVIII. Todavía 1860 llegó a Alabama el último barco negrero estadounidense, el «Clotilde». En la medida en que fue creciendo la trata de esclavos, se fue elaborando en el mundo europeo una verdadera ideología racista para sostener una supuesta licitud moral de la trata, que se oponía sustancialmente a la experiencia cristiana y su doctrina, explicada también en los comienzos sobre todo de la presencia española en el Nuevo Mundo por sus filósofos, teólogos y humanistas en favor de la dignidad y de la libertad de las personas, independientemente de su raza, color y religión (como Francisco de Vitoria y la Escuela Jurídica de Salamanca).

Sin embargo, a partir del siglo XVII cuando la trata crece a pasos agigantados, las voces específicas que se levantan en favor de los esclavos negro-africanos son cada vez menos, en cuanto muchos daban como un hecho normal su existencia. El vergonzoso comercio de esclavos negro-africanos estaba alcanzando cifras vertiginosas. A finales del siglo XVIII, una relación inglesa de 1787 daba unos datos escalofriantes de aquel tráfico. En sólo aquel año habrían sido transportados a las Américas por compañías esclavistas unos 100,000 negro-africanos:

Inglaterra ........................ 38.000 Francia ............................ 31.000 Portugal ......................... 25.000 Holanda ............................4.000 Dinamarca ........................2.000

Se pensaba entonces de manera imprecisa y altamente maximalista, como se ha demostrado modernamente, que los esclavos transportados a las Américas, vivos o muertos, habrían alcanzado unos 40 millones, entre 1511 y 1877; estas cifras son consideradas hoy técnicamente inverosímiles. Lo que parece más verosímil es que entre fechas aproximadas desde 1525 (ya una fecha tardía) y 1866 (ya concluida la Guerra Civil norteamericana), en toda la historia del tráfico esclavista al Nuevo Mundo, de acuerdo al «Trans-Atlantic Slave Trade Database» (del 25 de marzo de 2013), 12.5 millones de africanos fueron embarcados al Nuevo Mundo. 10.7 millones habrían sobrevivido a la travesía, desembarcando en América del Norte, el Caribe y América del Sur. Hay que decir que estas cifras se mueven en el ámbito de hipótesis, aunque estadísticamente se intentan justificar.

Parece ser que la abrumadora mayoría de esclavos africanos fueron embarcados en África y trasladados directamente al Caribe y América del Sur. Tan solo Brasil habría recibido 4.86 millones de africanos. Algunos estudiosos sobre el tema estiman que otros 60,000 o 70,000 terminaron en los Estados Unidos luego de haber llegado primero al Caribe, por lo que la cifra total de africanos que llegaron a los Estados Unidos sería de 450,000. Muchos de los 42 millones de miembros de la comunidad Afroamericana en los Estados Unidos (siglo XXI) descienden de este reducido grupo de menos de medio millón de africanos.

Los Afro-americanos en la actualidad.

Según estadísticas recientemente publicadas, los afro-americanos del Continente constituyen alrededor del 30% de la población actual. La lista en base a los porcentajes -de mayor a menor- es la siguiente:

• Haiti (95%) (Según The World Factbook CIA «People and Society». En Adelante TWF) • Barbados (92,4%) TWF • Jamaica (92,1%), TWF • Bahamas (90,6%) TWF • Granada (89,4%), TWF • Islas Turques y Caicos, (87,6%), TWF • Antigua y Barbuda (87,3%) • Dominica (86,6%) TWF • Santa Lucía (85,3%) TWF • República Dominicana (84% incluyendo mulatos; 73% mixed 11% black), TWF. • San Vicente y las Granadinas (66%), TWF • Trinidad y Tobago (57,2% incluyendo amiestos, 34.2% african, 7.7% mixed african/east indian, 15.3% mixed-otros). TWF • Bermuda (53,8%) • Panamá (50% incluyendo mulatos y zambos) • Guayana (46,9% 30.2 black (africano), 16.7% mestizo). • Brasil (45,3% incluyendo mulatos),(37.3% de mulatos y 8% de negros) • Cuba (35 % incluyendo mulatos), (51% de mulatos y 11% de negros) • Colombia (24% incluyendo mulatos), (21% de mulatos y 3% de negros). • Uruguay (15% incluyendo mulatos), (pueblos indígenas-y-los sus recursos negros en la nación blanca: historia de los afro-uruguayos: Según el censo de 2010, el 15 por ciento de los uruguayos se auto identifican de ascendencia africana). • Estados Unidos (13,6%), (The Black Population, 2010 página 3: Black or African American Population: 2000 y 2010) • Venezuela (10,6%). Venezuela no da datos sobre descendencia o composición étnica. Datosmacro.expansion.Consultado el 26.11.2019. • Perú (9,7% incluyendo mulatos y zambos). • Nicaragua (9%), TWF • Costa Rica (7,8% incluyendo mulatos), (Según el X Censo de 2011, al ser consultaos sobre la etnia a la cual creen que pertenecen, 334.437 habitantes costarricenses escogieron las categorías «negro» o «mulato».) • Ecuador (7,2%), (censo de población del 2010) • Honduras (5%). TWF • Canadá (3,2%). TWF • México (1,2% incluyendo zambos). TWF • Bolivia (1%). TWF • El Salvador: (0.1%). TWF • Guatemala (0,5% incluyendo garífunas). TWF • Argentina (-0.2%) TWF • Paraguay: (0,1%) AAPKC • Chile: No registra población negra ni afro-mestiza. TWF


NOTAS

BIBLIOGRAFÍA

ELITS David y RICHARDSON David. Historia Global OnLine. Trans-Atlantic Slave Trade Database, ed. de los autores

FERRO Mark, Colonization: A Global History, Routledge. (1997)

LIZCANO FERNÁNDEZ Francisco, Composición étnica de las tres áreas culturales del Continente Americano. Convergencia. Revista de Ciencias Sociales, UNAM, México, 2005

MOSQUERA José E., Los africanos que vendían africanos. Colombia (2011)


DHIAL: Edición y notas de FIDEL GONÁZLEZ FERNÁNDEZ