TOTONACAS

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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Los totonacas son una etnia indígena que se asentó en la zona central de la costa del Golfo de México en ciudades de avanzada concepción urbanística. “De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Náhuatl o Mexicana, el término totonaca es el plural de totonacatl y se refiere a los habitantes de la provincia de Totonacapan.”[1]. Sin embargo se debe hacer notar que la etnia totonaca ha hablado en su propia lengua, el totonaco, que se compone de palabras monosilábicas y en algunos casos de bisilábicas; aunque algunos conocen también el náhuatl.


La ciudad totonaca más antigua y la que manifiesta mejor su cultura es «El Tajín», la cual fue edificada hacia el siglo IV d.C. Sigue siendo un misterio la razón por la cual El Tajín fue totalmente abandonada hacia el año 1200. Pero unos dos siglos antes del abandono de esa ciudad, los totonacas edificaron otros dos centros de población: las ciudades de Papantla y de Cempoala. Estas poblaciones estaban habitadas a la llegada de los españoles en 1519 pero se encontraban ya en plena decadencia, misma que fue provocada por el terrible yugo que sobre los totonacas ejercieron los aztecas desde mediados del siglo XV. Los aztecas les impusieron enormes tributos en productos y en personas, las cuales eran sacrificadas a los dioses aztecas en Tenochtitlán.


Hernán Cortés↗ fundó la Villa Rica de la Vera Cruz el viernes santo de 1519 (22 de abril); poco después a ese lugar llegaron cinco indios: “Eran totonacos enviados por el cacique de Cempoal, quienes recitaron toda una letanía de quejas contra Moctezuma y rogaron a Cortés que visitara a su jefe. Concertóse la visita, y el jefe, conocido comúnmente como el Cacique gordo, refirió a Cortés de qué manera Moctezuma los tenía tiranizados y cobraba tributo sin medida, y de qué manera eran arrebatados sus hijos y sus hijas y sacrificados, y muchas otras quejas que les presentó. Todo esto lo refirió con lágrimas que le rodaban las mejillas abajo, y Cortés le prometió que todo ello se remediaría.”[2]


La amistad y alianza entre “el cacique gordo” y Hernán Cortés quedó sellada con el juramento de lealtad al Rey de España que hicieron los totonacas de Cempoala y Papantla. Con ello Cortés estuvo en condiciones de emprender la marcha hacia el interior del país, y fue entonces cuando Cortés desmanteló y hundió sus naves en la costa próxima a Cempoala. En Veracruz dejó Cortés una guarnición de cien españoles y el 15 de agosto de 1519 inició la marcha hacia Tlaxcala al frente de cuatrocientos españoles y dos mil guerreros totonacos que participaron activamente en la Conquista de México↗.


En el siglo XVI los misioneros franciscanos↗ que evangelizaron a los totonacos, promovieron también la edificación en territorio totonaco de muchas poblaciones de arquitectura española, tales como Teziutlán, Zacapoaxtla y Zacatlán. En ésta última construyeron en 1562 un convento del que fue Prior el célebre fray Juan de Torquemada↗ quien en ese lugar empezó a escribir su monumental obra Monarquía Indiana.


En la actualidad, “de acuerdo al XI Censo General de Población y Vivienda 1990, hay 207 876 hablantes de totonaco a nivel nacional, de los cuales 111 305 habitan en municipios de Veracruz y 86 788 en los del estado de Puebla.”[3]


Notas y Bibliografías

  1. Garma Carlos y Masferrer Elio. Totonacas. Pueblos indígenas de México. Instituto Nacional Indigenista. Secretaría de Desarrollo Social. México 1994, p. 5
  2. Schlarman Joseph H. L.. México, tierra de volcanes. Porrúa, México, 14 edición, 1987, p.53
  3. Garma y Masferrer, obra citada, p. 10


JUAN LOUVIER CALDERÓN