TENOCHTITLAN; Capital del pueblo Azteca

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda

En el centro del Lago de Texcoco, el pueblo azteca levantó su capital en el año de 1325 y le llamó Meshico Tenochtitlan. La etimología de la palabra Meshico,( Metzli-xitle-co) es “en el centro de la luna”, pero tiene varias interpretaciones; así Benavente dice que “el cual nombre ellos tomaron de su principal dios o ídolo el cual tenía dos nombres, conviene a saber, Vitzilipuchtli y el otro Mexitli[1]Por su parte el nombre de Tenochtitlan (Lugar de la fruta que sale de piedra) fue tomado “por causa de un árbol que allí hallaron, que se llamaba michtli, el cual salía de una piedra, a la cual llamaban tetl, de manera que se diría fruta que sale de piedra.”[2]

Humboldt dice que “El nombre de México es también de origen indio. En la lengua azteca significa la habitación del dios de la guerra, llamado Mextli o Huitzilopochtli. Sin embargo, parece que antes del año 1530 se llamaba más comúnmente aquella ciudad Tenochtitlan que no México.[3]La historia de la fundación de México-Tenochtitlan se mezcla con las nubosidades de la leyenda sobre la migración de las tribus nahuas desde un mítico lugar llamado «Aztlán», cuya ubicación permanece hasta la fecha en el misterio, pero que dio a la tribu el nombre de «azteca».

Cuando los aztecas o mexicas llegaron al Valle de México a principios del siglo XIV, casi todo el Valle era dominado por el Señorío de Atzcapotzalco y el Señorío de Texcoco. “Los mexicas no lograban tener aún un sitio definitivo para fundar su ciudad, ni siquiera habían obtenido el respeto de los otros señoríos, que continuaban hostigándolos (…) los mexicas, severamente diezmados, fueron confinados en un paraje inhóspito y lleno de víboras (…) Sobrevivieron a la penuria y fueron invitados a combatir como aliados de Culhuacán en la guerra contra Xochimilco. Concluida esta guerra, obtuvieron su libertad, tras los cual se internaron en el lago de Texcoco y escogieron la isla de mayor tamaño para fundar su ciudad[4]La ciudad se edificó a partir de dos barrios: el principal y más grande llamado precisamente «México» y a cuyos moradores llamaban mexicas; el otro barrio era llamado «Tlatelulco» “que en su lengua quiere decir isleta, porque allí estaba un pedazo de tierra más alto y seco que lo otro, que era manantiales y carrizales.”[5]

Una alianza con los señoríos de Texcoco y Tlacopan permitió a los mexicas vencer a los de Atzcapotzalco, y poco a poco se convirtieron en el Reino más poderoso, imponiéndose a muchos otros; primero hacia la zona tlahuica (Morelos) y otomí (Xilotepec) y más tarde hacia el Golfo de México, obligando a los pueblos de estas regiones a pagarles tributos. Esto permitió el crecimiento y esplendor de la ciudad de México- Tenochtitlán. Moctezuma I “dirigió obras indispensables para el crecimiento de la ciudad y el control del agua, entre otras, la construcción de un acueducto para llevar agua potable de Chapultepec a México (…) la nobleza creció, los palacios se enriquecieron y la vida cortesana se adornó con lujos y etiqueta.”[6]El engrandecimiento de México-Tenochtitlan se realizó a costa de los tributos –cada vez más exagerados- que eran exigidos a los pueblos sometidos. Esta fue una de las principales razones por las que varias naciones indígenas se aliaron con los españoles cuando éstos arribaron a Mesoamérica en 1519.

Siendo una ciudad situada dentro del Lago de Texcoco, sólo se podía acceder a ella a través de tres calzadas: “por la una que es al poniente salían a tierra firme a media legua, porque de esta parte está México cercana a la tierra; por las otras dos calzadas que son al mediodía y al norte, por la que está al mediodía, habían de ir cerca de dos leguas, y por la otra del norte habían de ir una legua hasta salir a tierra firme; de la parte de oriente está cercada toda de agua y no hay calzada ninguna.”[7]

Es quizá Hernán Cortés quien, en sus « Cartas de Relación» a Carlos V, nos da la descripción más detallada de lo que fue «la Gran Tenochtitlán» : “Esta gran ciudad de Temixtitán está fundada en esta laguna salada (…) Es tan grande la ciudad como Sevilla y Córdoba. Son las calles de ella, digo las principales, muy anchas y muy derechas, y algunas de estas y todas las demás son la mitad de tierra, y por la otra mitad es de agua, por la cual andan sus canoas, y todas las calles, de trecho en trecho, están abiertas, por donde atraviesa el agua de las unas a las otras, y en todas estas aberturas que algunas son muy anchas, hay sus puentes (…) por muchas de ellas pueden pasar diez de a caballo juntos a la par (…) Tiene esta ciudad muchas plazas, donde hay continuos mercados y trato de comprar y vender. Tiene otra plaza tan grande como dos veces la ciudad de Salamanca…”[8]

Los mayores edificios de la ciudad eran los «teocalli» (templos) construidos como pirámides truncadas en honor de los dioses aztecas. El «gran teocalli» llamado también «templo mayor» “tenía 97 metros de base; formando una pirámide truncada tal, que desde lejos parecía un enorme cubo, sobre cuya cima se levantaban pequeños altares, cubiertos de cúpulas construidas de madera. La punta en que terminaban estas cúpulas estaba a 54 metros de altura sobre la base del edificio.”[9]

La construcción de este templo concluyó en 1487 y fue dedicado a los dioses Huitzilopochtli y Quetzalcóatl. “Ese mismo año de 1487 Ahuitzotl, Emperador de los Aztecas, y tío de un muchacho que iba a ser Moctezuma, iba a celebrar la dedicación del gran teocalli (casa de dios) o templo principal en la Gran Tenochtitlán. La solemnidad debía costar la vida a un crecido número de víctimas que, en opinión de Torquemada, fueron 72,344; ixtlilxóchitl las apreciaba en 80,000 y los códices Telleriano y Vaticano en solo 20,000, cifra todavía horrorosa.”[10]

Hernán Cortés y sus tropas (españoles, tlaxcaltecas y cempoaltecas), fueron recibidos por Moctezuma II en el inicio de la calzada de Ixtapalapa el 8 de noviembre de 1519: “salió Moctecuhzoma con su sobrino Cacama y su hermano Cuitlahua, y toda su corte a recibir a Cortés (…) y lo hospedó en las casas de su padre el rey Axayaca.”[11].Después de los sucesos de la « Noche Triste», Cortés puso sitio a México- Tenochtitlán (mayo-agosto de 1521). “Duró el cerco de México, según las historias, pinturas y relaciones, especialmente la de don Alonso Axayaca, ochenta días cabalmente. Murieron de la parte de Ixtlilxúchitl y reino de Texcoco (aliados de Cortés), más de treinta mil hombres, de más de doscientos mil que fueron de la parte de los españoles como se ha visto; de los mexicanos murieron más de doscientos cuarenta mil.”[12]

Con la caída de Tenochtitlán el 13 de agosto de 1521 concluyó el periodo de esplendor de «la Gran Tenochtitlán»; pero de sus ruinas surgió renovada la ciudad que sería la capital del virreinato de la Nueva España: la ciudad de México. “Reedificóse México por acuerdo de Ixtlilxúchitl, y de los demás señores, por ser la ciudad en donde mayor resistencia tuvieron los cristianos y trabajos de los aculhuas que les costó harta sangre a Ixtlilxúchitl y a los suyos, para memoria en los tiempos venideros de esta insigne victoria que tuvieron contra México.”[13]


Notas

  1. Benavente, Capítulo 7, p.146;
  2. Ibídem.
  3. Humboldt, p. 5.
  4. Escalante, p.160
  5. Benavente, p. 146-147
  6. Escalante, p. 170
  7. Benavente. Cap. 8, p. 151.
  8. Cortés. Cartas de Relación. 2 v. 5, en De la Torre Ernesto, Tomo I, p. 174-175
  9. Humboldt, p. 114
  10. Schlarman. p. 21
  11. Alva Ixtlilxóchitl, Relación de la venida de los españoles. Anexo a Bernardino de Sahagún, p.826
  12. Ibídem, p. 849
  13. Ibídem, p. 853


Bibliografía

Benavente Toribio de. Historia de los indios de la Nueva España. Porrúa, cuarta edición, México, 1984

Humboldt, Alejandro Von. Ensayo político sobre el Reino de la Nueva España. Porrúa, tercera edición, México, 1978

Escalante Gonzalbo Pablo. El posclásico en Mesoamérica. En Historia General de México, (ilustrada) Vol. I. El Colegio de México y la LXI Legislatura, México 2010

Cortés Hernán, Cartas de relación. 2 v. Espasa Calpe, Madrid 1942, en De la Torre Villar, Ernesto, Lecturas Históricas Mexicanas, UNAM, 1994, Tomo I


Alva Ixtlilxóchitl, Fernando de. Relación de la venida de los españoles. Anexo a Sahagún, Bernardino de. Historia general de las cosas de Nueva España, Porrúa, México, 1989


Schlarman, Joseph H.L.. México, tierra de volcanes. Porrúa, 14 edición, 1987


JUAN LOUVIER CALDERÓN