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Se debe notar que de la diócesis de Querétaro sale la mayor y multitudinaria peregrinación a pie o en medios de transporte, que supera dos doscientos mil peregrinos, a la Basílica del [[TEPEYAC | Tepeyac]], representando la honda y difundida [[PERÚ;_Religiosidad_popular_en_el_siglo_XVI | devoción popular]] a la Virgen N. S. de Guadalupe, considerada por todos como el «corazón» del alma católica fiel del pueblo mexicano.
 
Se debe notar que de la diócesis de Querétaro sale la mayor y multitudinaria peregrinación a pie o en medios de transporte, que supera dos doscientos mil peregrinos, a la Basílica del [[TEPEYAC | Tepeyac]], representando la honda y difundida [[PERÚ;_Religiosidad_popular_en_el_siglo_XVI | devoción popular]] a la Virgen N. S. de Guadalupe, considerada por todos como el «corazón» del alma católica fiel del pueblo mexicano.
  
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La Catedral – Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe o [[GUADALUPE;_El_Santuario,_su_Culto_y_la_Plaza_Mariana | Santuario Guadalupano]], es un santuario católico mariano dedicado a la Virgen de Guadalupe, ubicado en la ciudad mexicana de Zamora en el estado de Michoacán México. El [[GUADALUPE;_El_Santuario,_su_Culto_y_la_Plaza_Mariana | Santuario Guadalupano]] es considerado como el recinto religioso con las torres más altas de México, de 107,5 metros. El 2 de febrero de 1998 cumplió un centenario de existencia.
 
La Catedral – Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe o [[GUADALUPE;_El_Santuario,_su_Culto_y_la_Plaza_Mariana | Santuario Guadalupano]], es un santuario católico mariano dedicado a la Virgen de Guadalupe, ubicado en la ciudad mexicana de Zamora en el estado de Michoacán México. El [[GUADALUPE;_El_Santuario,_su_Culto_y_la_Plaza_Mariana | Santuario Guadalupano]] es considerado como el recinto religioso con las torres más altas de México, de 107,5 metros. El 2 de febrero de 1998 cumplió un centenario de existencia.

Revisión actual del 20:31 11 oct 2020

LEÓN; CATEDRAL DE NUESTRA SEÑORA DE LA LUZ

La Catedral -Basílica de la Ciudad de León, Guanajuato, guarda un tesoro magnífico: la pintura al óleo que representa a la Virgen María. El rostro de la Virgen brilla, es la Madre Santísima de la Luz, Titular de la Santa Iglesia Catedral y Patrona de la Arquidiócesis de León.

La imagen de Nuestra Madre de la Luz

La Virgen viste una túnica blanquísima ceñida por un cinto de flores estampadas. Sobre su cabeza y sus hombros cae un fino manto azul. Por encima de la Virgen unos serafines sostienen en el aire una corona imperial. Nubes de ángeles y serafines escoltan a la Señora emulándose en servirla. María sustenta en su brazo izquierdo al Niño Jesús, quien lleva en la mano derecha un corazón encendido, al tiempo que con la izquierda toma otro de un cestillo lleno de corazones que le ofrece un ángel puesto de rodillas.

La Virgen coge la mano de un joven que representa un alma en peligro de perderse, acechada por las fauces del maligno en el infierno. Los orígenes de la imagen de la Madre Santísima de la Luz se remontan a la ciudad de Palermo, Sicilia. El padre jesuita Don Juan Antonio Genovesi deseaba tener una imagen de la Madre de Dios para llevarla en sus misiones y ganar muchas almas para el cielo. El incansable misionero la pedía con insistencia a la Virgen en la oración, y cuenta la tradición que una devota mujer fue la vidente de la Virgen, a quién solicitó cómo quería Ella ser representada e invocada. Se apareció con gran esplendor de luz y gloria, rodeada de nubes y ángeles y con el Niño Jesús en sus brazos.

El padre Genovesi encargó a un pintor la obra, pero el artista hizo algunas «aportaciones» de su personal inspiración a las indicaciones recibidas: colocó una media luna a los pies de la Virgen y pintó de rojo el vestido, en vez de blanco, además de omitir los grupos de ángeles que debían rodear a la Reina del cielo.

La pintura, -cuenta esa tradición que adorna de intervenciones seguramente al estilo de los antiguos evangelios apócrifos- no agradó a la Virgen, quien pidió que fuese respetada su voluntad y accedió a estar presente durante el trabajo. La Virgen misma dirigiría la mano del pintor, aunque este no la veía. La mujer vidente se enfermó y los médicos le recomendaron que volviera a Palermo para atenderse mejor.

La devota comprendió que debía acelerar su retorno a Palermo y cumplir con el deseo de la amable Señora. Ya en Palermo llamó al pintor y le hizo el encargo. Ella iba describiendo la visión de la Virgen Santísima, mientras que el artista se aplicaba a su labor bajo la guía de la Reina del cielo. La Virgen encontró el cuadro fiel a sus indicaciones y lo bendijo sonriendo.

En el año de 1722, en la pequeña Iglesia de San Estanislao Kotska, en la sede del noviciado de los jesuitas en Palermo, la Virgen dispuso que se le invocara con el amable título de «María Madre Santísima de la Luz» y aseguró que colmaría de favores a cuantos la honrasen e invocasen bajo tan dulce nombre. El P. Juan Antonio Genovesi murió con fama de santidad en 1743 en Messina, donde era maestro de novicios, mientras se prodigaba en la asistencia a los contagiados por la peste que se desató en Europa.

La devoción a la madre Santísima de la Luz se extendió rápidamente y los fieles de los pueblos y aldeas pedían con insistencia poder conservar la imagen de la Virgen. Por ello el Padre Genovesi escribió la historia de las apariciones y mandó hacer varias copias del cuadro. Algunas de estas copias aún se conservan en varias ciudades italianas, así como en España, Venezuela y California, gracias a la labor misionera de los padres jesuitas.

El cuadro de la Madre Santísima de la Luz que llegó a México es el que preside la Iglesia Catedral de León; tiene en su revés un texto que no deja lugar a dudas: “Esta imagen es la original que vino de Sicilia y que fue bendita de la misma Santísima Virgen [...] como consta de una carta escrita desde Palermo a 19 de agosto de 1729 años. Y esta imagen la da el P. José Genovesi a la iglesia que se ha de hacer del nuevo colegio, debajo de la condición que se le haga altar colateral en el crucero de la iglesia, según lo prometido del P. Rector Álvarez en carta del 3 de mayo de 1732”. Y firman (siguen rúbricas) P. José María Genovesi, José María Mónaco, Javier Alagua, Francisco Banalli.

La ciudad de León fue fundada el 20 de enero de 1576 en el llamado Valle de Señora con la intención de apaciguar y dar instrucción a los indígenas de la región. En mayo de 1731, a pedido del sacerdote leonés Don Ignacio de Aguilar, los padres de la Compañía de Jesús se establecieron en la Villa para fundar un hospicio, un colegio de gramática y una residencia que serviría de sede para los misioneros que hacían su labor en una zona de cien leguas a la redonda. El padre José María Genovesi, trajo a México la imagen desde Palermo en 1732.

Los padres Jesuitas deseaban que la Sagrada Imagen se quedase definitivamente en algún templo de la Compañía y dejaron que el cielo -según cuenta la citada tradición- lo resolviese el asunto en un sorteo. El sorteo favoreció por tres veces consecutivas a la entonces Villa de León. Se tomó por voluntad de Dios y la Imagen de la Madre Santísima de la Luz llegó a la Villa, el 2 de Julio de 1732, Fiesta de la Visitación de la Santísima Virgen a Santa Isabel.

El Santuario –Catedral

La creciente devoción a la Virgen y su elección como patrona de la ciudad motivó a la construcción de una iglesia más amplia y noble. Pronto los padres jesuitas iniciaron las obras de la Compañía Nueva, la actual catedral. Adelantaron las obras hasta su expulsión del Imperio español en 1767. El edificio se concluyó sólo con la elevación a diócesis y la urgencia del nuevo obispo de trasladar la imagen de la Patrona a la sede definitiva, finalmente consagrada el 16 de marzo de 1866.

La catedral de León, inicialmente ideada como iglesia parroquial, goza de un lugar privilegiado entre las catedrales mexicanas por su historia y su belleza. Destacan sus dos torres, que llegaron a ser las más altas del territorio mexicano con sus más de sesenta metros de altura. Los azulejos policromos de su cúpula muestran dibujos de la Virgen de Guadalupe, la Madre Santísima de la Luz y Cristo Rey del Cubilete. Los tres pórticos en cantera labrada son únicos en México. Lo mismo se puede afirmar de las filigranas con motivos vegetales y geométricos que adornan sus bóvedas y paredes internas. En una de sus capillas interiores se conserva el modelo en mármol de Carrara para el monumento nacional a Cristo Rey. También destaca la capilla dedicada a San José y la Capilla de la Soledad, en estilo neo- mudéjar, también única en México.

Otras imágenes de la Virgen de la Luz en México se encuentran en el templo de la misión franciscana de Tancoyol, en Sierra Gorda (Querétaro); en la iglesia de San Cayetano, en la Valenciana ( Guanajuato); en la iglesia de Nuestra Señora de la Luz en Puebla, así como en el Sagrario Metropolitano de la Ciudad de México. El 23 de mayo de 1849 la Madre de la Luz fue proclamada patrona de la ciudad de León gracias a las diligencias del cura-párroco Don José Ignacio Aguado, nacido en León en 1783.

En 1784, la población entera invocó a su Patrona contra la peste de cólera que se avecinaba, temerosa de las terribles consecuencias que trajo la epidemia 125 años antes. En agosto, ante la gravedad de la plaga, a pesar de las medidas higiénicas tomadas, el párroco hizo en nombre del pueblo el voto de solemnizar anualmente los tres días precedentes a la fiesta de la Asunción de María cantando públicamente las letanías lauretanas. El cólera cesó inexplicablemente.

El papa beato Pio IX erigió en 1864 el obispado de León y nombró a Don Sollano y Dávalos primer obispo de esta sede, el cual se distinguió por sus dotes de celoso pastor y muy devoto de la Madre de la Luz. Él mismo pidió a la Santa Sede el Patronato de la Madre Santísima de la Luz para su naciente Diócesis. El papa Pío IX lo concedió el 19 de Septiembre de 1872.

El 8 de Octubre de 1902 fue solemnemente coronada la Celestial Señora por el obispo Don Leopoldo Ruiz y Flores, gracias a la concesión hecha por el papa León XIII, el 23 de Marzo de 1901. La Congregación para los Sacramentos y el Culto Divino concedió el 8 de Junio de 1972, para toda la Diócesis, que la Fiesta de la Visitación se siguiera celebrando el 2 de Julio con carácter de Solemnidad. El papa Benedicto XVI elevó la sede episcopal de León al rango de Arquidiócesis Metropolitana, nombrando a Don José Guadalupe Martín Rábago como su primer Arzobispo.


QUERETARO: NUESTRA SEÑORA DEL PUEBLITO

Cien años después de las apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe en el Tepeyac, en 1531, fray Sebastián Gallegos un humilde fraile y sacerdote franciscano, escultor hábil e inspirado, que residía en el convento de San Francisco el Grande de la Ciudad de Querétaro, esculpió en su taller y con sus propias manos una graciosísima Imagen que representa a la Santísima Virgen María en el misterio de su Concepción Inmaculada.

En 1632 Fray Sebastián Gallegos regaló la pequeña Imagen a su hermano de comunidad fray Nicolás de Zamora, Párroco de la ciudad de Querétaro y doctrinero franciscano de los lugares circunvecinos, quien la colocó, en una capillita cercana al Cué [lugar antiguo de culto idolátrico], donde los nativos practicaban todavía la idolatría y poco a poco que fueron dejando su culto idolátrico. El arzobispo de México, don Francisco de Aguiar y Seijas, en 1686 visitó el Convento franciscano de Querétaro, y en el Santuario de la Virgen María cerca de aquel antiguo Cué, aprobó el culto de la Imagen y las Constituciones de una cofradía de indios. Hacia 1714, se inició la construcción del Santuario, gracias al capitán Pedro Urtiaga que costeó la obra, en señal de gratitud por un favor alcanzado por la intercesión de la Santísima Virgen de El Pueblito.

La cuarta ordenanza de la ciudad de Querétaro 1731 –1733 decretó que cuando se experimente sequía, alguna plaga pública o epidemia, se acudiera al amparo y patrocinio de esta advocación de la Santísima Señora. Esta ordenanza del ayuntamiento fue aprobada por el virrey Don Juan de Acuña y confirmada por el Rey Felipe V de España. El 5 de febrero de 1736, la Imagen de Nuestra Señora fue trasladada de la segunda ermita a su nuevo templo.

Hacia 1745 el Padre Provincial de los franciscanos fray Antonio de Villalba la juró solemnemente Patrona Principal de la Provincia de San Pedro y San Pablo de Michoacán y de sus Capítulos, que fue confirmada por la Congregación de Ritos de la Santa Sede en 1789. Desde Roma, el Papa Benedicto XIV, en 1750, concede el jubileo de cuarenta horas, a partir del 8 de diciembre de ese mismo año, con indulgencia plenaria, para todos los fieles que visiten el santuario y gracia que fue otorgada por15años.

En ese mismo año se construyó el Convento de Recolección, bajo el patrocinio de San Buenaventura, junto al santuario de La Virgen del Pueblito y bajo el cuidado de la mayordomía de los indios tenanches. Tan grande era el fervor de los fieles, que visitaban el Santuario que el Papa Pío Vl en 1775, concede indulgencia plenaria «perpetua» a quienes visiten el santuario el día de la fiesta litúrgica de la Virgen y en la Octava.

Al inicio de la guerra de Independencia en 1810, en el templo de Santa Clara de Queretaro, fue proclamada Generala de los ejércitos realistas por Don Manuel Flon y Don Ignacio García Rebollo, quienes le impusieron banda y bastón de mando y el Virrey Don Félix María Calleja del Rey, conde de Calderón, puso la Imagen en sus banderas. Posterior a la guerra de independencia, el establecido Congreso del Estado decretó medidas encaminadas a dignificar y promover su veneración y el 3 de junio de 1830, decretó que el gobernador la jurara Patrona del Estado, por lo que el gobernador don Manuel López de Ecala dio sus disposiciones al respecto el día 5 y realizó el juramento el 8 de agosto, en la parroquia de Santiago.

Cuando en 1867 los liberales republicanos pusieron sitio a la ciudad de Querétaro, del 14 de marzo al 15 de mayo, la Imagen de la Virgen de Pueblito fue trasladada para su protección al templo de Santa Clara, evitando su destrucción.

El Papa Pío IX concedió a la diócesis en 1870 la celebración de su fiesta con el Oficio Divino y la misa del común de la Santísima Virgen en el tiempo pascual, exceptuadas las antífonas para los cánticos de vísperas y laudes. En la sala del cabildo de la Catedral, en 1875, el obispo Don Ramón Camacho García, segundo obispo de Querétaro y el cabildo diocesano: el arcediano José María Ochoa y los canónigos José María Alegre, Manuel Soria y Breña, Luis G. Borja e Ismael A. Jiménez, la proclamaron Patrona de la diócesis de Querétaro y del cabildo eclesiástico de la misma. A inicio del siglo XX, en 1908, el papa San Pío X concedió a la diócesis elevación del rito a festividad y señaló como fecha de ésta el sábado anterior al segundo domingo después de Pascua. Según el «Ordo misae»: “Sabbato ante domin. ll post Pascha B M V del Pueblito Patronae min. princip. dupl. ll clas”.

Durante la Revolución mexicana el 8 de junio de 1914, temiendo una profanación, fue trasladada a San Francisco de Querétaro, ocultada el 29 de julio y, el día último de ese mismo mes, bajo la responsabilidad del entonces Guardián de San Francisco, fray Antonio López, emparedada en la casa de la señorita María del Rosario Solorio, hasta el 1 de agosto de 1917, en que se trasladó al templo de San Antonio, donde se expuso a la veneración el día 2 a las seis de la mañana, y, después de un solemne novenario empezado el día 3, trasladada a su santuario.

Los Papas continuaron otorgando gracias y prebendas a la Imagen y al Santuario. El Papa Benedicto XV concedió a la provincia franciscana Oficio y misa propios, y el 11 de junio de 1919 extendió esta concesión a la diócesis. Y en 1922, el Papa Pío XI, concede, a petición del obispo de Querétaro, Francisco Banegas Galván, la coronación pontificia a La Virgen del Pueblito, acto no realizado en ese momento.

En 1923, la Sagrada Congregación de Ritos aprobó la sexta lección del Oficio Divino. Nuevamente durante los años de la persecución religiosa del General Calles, la Venerada Imagen fue ocultada en el mismo santuario -convento de El Pueblito, velando por su seguridad el custodio fray Buenaventura Tovar y fray Cordero Muñoz.

El 27 de enero de 1943, el señor obispo don Marciano Tinajero y Estrada solicitó del Papa Pío XII, la coronación pontificia de la Imagen de Nuestra Señora del Pueblito y el 7 de octubre el Santo Padre concedió la coronación y delegó al mismo señor obispo don Marciano Tinajero y Estrada.

El obispo don Marciano Tinajero y Estrada realizó la solemnísima coronación el 17 de octubre de 1946 en la ex huerta del convento de la Santísima Cruz de los Milagros, entonces en poder de la 17 Zona Militar. El 17 de diciembre 1946, la Imagen de la Virgen se trasladó a Querétaro para estar presente en la celebración jubilar del quincuagésimo aniversario de la ordenación sacerdotal del señor Tinajero, realizada el día 27 del mismo mes y año.

El 17 de octubre de 1948, el señor Tinajero la proclamó Patrona Principal de la ciudad episcopal; patronato que confirmó Pío XII el 11 de octubre de 1949. En 1965, el tallador, don Jesús Rodríguez y el ebanista Antonio Tovar, examinaron la imagen de la Virgen del Pueblito, y señalaron que mide 53 centímetros y medio, pesa un kilo 50 gramos y está hecha de caña de kiote.

En abril de 1965 estos artistas queretanos removieron de la talla las pinturas que le habían sobrepuesto, encontrando que en el tono más antiguo de la imagen mostraba una túnica de color rosa y azul verde el manto, a semejanza de Nuestra Señora de Guadalupe. En octubre de 1971, con motivo de la celebración del 25°aniversario de su coronación, recorrió las parroquias y vicarías de la diócesis de Querétaro y el 17 de octubre se celebró solemnemente dicho acontecimiento con una concelebración, en el atrio del santuario, presidida por el obispo don Alfonso Toriz Cobián.

El 29 de octubre de 1977, la Virgen del Pueblito regresó a la Pirámide del Cerrito, por primera vez desde 1736, celebrándose una solemne «velación» con motivo de la celebración de los 345 años del inicio de su culto, por parte de los indios de la región. El 17 de octubre de 1982 se celebraron los 350 años del culto a María Santísima en su venerable título de El Pueblito. El día 8 del mismo mes se inició el solemne novenario.

El 17 de octubre de 1996 se llevó a cabo la solemnísima celebración del cincuentenario de la Coronación Pontificia de la Venerable Imagen. Visitó a las parroquias, del 15 de agosto al 7 de octubre. El 17 de octubre de 1998 se celebró el cincuentenario de que María Santísima de El Pueblito fue proclamada Patrona Principal de las ciudades de Querétaro, La Cañada, Hércules y El Pueblito. Del 25 de julio al 6 de octubre, la Venerable Imagen visitó las parroquias y algunos otros templos de la ciudad de Querétaro y, el día 17 en el estadio «Corregidora» se celebró la eucarística de la solemnidad.

En 2008, se realizó la primera peregrinación del Santuario de Nuestra Señora del Pueblito a la Insigne Basílica Nacional de Guadalupe, llevando la imagen vicaria de La Virgen del Pueblito, como signo de comunión entre estos dos Santuarios marianos, peregrinación que cada año va incrementándose en participación de numerosos fieles. El 7 de septiembre de 2013 el Obispo de Querétaro Don Faustino Armendáriz Jiménez declara a Nuestra Madre Santísima del Pueblito: «Defensora y Abogada de la Vida».


MACONÍ; NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES DE SORIANO

La Historia de la imagen de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano va unida con la evangelización de la Sierra Gorda de Querétaro. A fines del siglo XVII, en 1682, los Frailes Franciscanos llegaron y fundaron el pueblo llamado «Maconí», antiguamente se llamaba San Buenaventura de Maconí, que fue la casa religiosa o «custodia» de otras misiones fundadas.

El 14 de mayo de 1686, Fray Felipe Galindo recibió la encomienda de hacerse cargo de las misiones de la Sierra Gorda, tomó posesión de ellas en diciembre de 1687, y autorizo el 18 de mayo de 1688 a los religiosos dominicos de la Provincia de México a colaborar en las misiones. En una de estas misiones dominicas, la pequeña y bella imagen de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano presidió la Misión en Zimapán, hoy estado de Hidalgo, que fue cerrada y llevada a Maconí. La Misión de Santo Domingo de Soriano, no solo fue un gran centro de catequesis de los indios chichimecas Jonases, los más bravos de la Sierra Gorda, sino también fue centro de piedad mariana bajo la devoción de Nuestra Señora de los Dolores.

El Padre Provincial de los franciscanos Fray José González, en una carta que escribiera al Virrey en los años de 1703, dice que los dominicos se retiraron de Maconí porque la Misión se había «despoblado». Así los dominicos salieron de Maconí hacia el año de 1692, la imagen de la Virgen de los Dolores estuvo entre los escombros de la misión hasta el año 1706 en que fue rescatada. De ahí que la Virgen de Soriano haya sido y siga siendo la gran misionera de la región; que dejaron los religiosos dominicos al ausentarse a mediados del siglo XVIII. El culto de Soriano se extendió a la población mestiza, la que se unió a las peregrinaciones que anualmente se organizaban para visitar al Santuario. En 1813 el Arzobispo de México dio nuevo estímulo a la devoción al conceder 200 días de indulgencia a todo aquel que rezara, diera limosna, asistiera a las funciones que ahí se celebrasen o llegase caminando. La asistencia de los fieles fue en continuo aumento.

En los primeros años del siglo XX los peregrinos se contabilizaban entre 10 y 12 mil personas. Hicieron del Santuario un centro de reunión a través de las peregrinaciones que emprendían cada año el viernes de Dolores. El culto se propagó entre otros grupos indios de los estados vecinos, quienes todavía a mediados del siglo XX asistían a rendir tributo a la Dolorosa.

En el último tercio del siglo XIX, la devoción a Nuestra Señora de los Dolores comienza a extenderse más allá de los límites donde ha estado circunscrita. El Párroco Don Román de la Vega empezó la construcción del actual Santuario, colocando la primera piedra el 19 de marzo de 1880. En 1890 terminan la construcción del Templo. Pronto hicieron la construcción de un edificio destinado a casa de ejercicios. La dedicación solemne fue el viernes de Dolores de 1912, en plena Revolución Mexicana y durante la Persecución religiosa de 1926, el Santuario se vio libre de profanación alguna.

El Señor Obispo Diocesano Don Alfonso Toriz Cobián, confirió al Templo de Soriano el título de Santuario, el 13 de abril de 1962. Con motivo de la celebración del Primer Centenario de la Diócesis en 1963, y el quincuagésimo aniversario de la consagración del altar y dedicación del Santuario de Soriano a petición de los sacerdotes de la Diócesis, el 25 de marzo de 1963, el Sr. Obispo Don Alfonso Toríz Cobián pide al Papa San Juan XXIII, la coronación de la Imagen de Nuestra Madre. El 15 de agosto, el Sr. Obispo anuncia la Coronación Pontificia de la Imagen de Soriano, autorizando y nombrando el Santo Padre, al Emmo. Sr. Cardenal José Garíbi Rivera, para hacer en su nombre la Coronación.

En noviembre de 1963, la milagrosa Imagen, por primera vez en su historia, deja su Santuario de Soriano y es llevada a la ciudad de Querétaro y a Parroquias foráneas para ser allí conocida y venerada. Y el 7 de febrero de 1964, el Cardenal Sr. José Garibi Rivera y el Obispo Sr. Alfonso Toriz, en nombre de Su Santidad San Paulo VI coronaron la Imagen de Nuestra Madre.

El 21 de noviembre de 1969 da a conocer que, en adelante, se honrará con significativo título de patrona Principal y con los honores que a los Patronatos ha decretado la Iglesia, o sea: celebración de su festividad litúrgica el 15 de septiembre de cada año, con el rito de solemnidad. En el 2002 se inicia la construcción de la Ermita del Peregrino en el crucero de Ajuchitlan y de la Imagen colosal que se colocó en la explanada anexa al atrio del Santuario. La imagen mide desde la base hasta la parte superior de la aureola 3 y medio metros, la plataforma mide un metro y pesa una tonelada y media.


QUERETARO: SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE

Inicios Del Santuario.

En 1659, el Pbro. Lucas Guerrero y Rodea compró un solar en la Ciudad de Querétaro, donde al sembrar trigo se encomendó a la intercesión de la Santísima Virgen de Guadalupe, prometiéndole dedicarle una parte de la venta de los frutos. Obtuvo una abundante cosecha. Con el dinero obtenido, se dio a la tarea de conseguir una pintura de la Santísima Virgen Guadalupana, adquiriendo en 1659 una Imagen muy hermosa, trayéndola a la Ciudad de Querétaro, puesto que por entonces no había Imagen alguna de la Santísima Virgen de Guadalupe en ella. El padre Lucas Guerrero, trajo la imagen en el mismo año de 1659, eligiendo el Templo del Hospital Real de la Purísima Concepción, hoy Templo de San José de Gracia.

El Padre Lucas Guerrero, inspirado en el Oratorio de San Felipe Neri, fue congregando en torno de Santa María de Guadalupe a los sacerdotes diocesanos, quienes luego de gestionar los trámites necesarios, redactar las Constituciones y obtener el permiso de la Arquidiócesis de México, a la cual pertenecía entonces la Ciudad de Querétaro, en la persona del también queretano Antonio de Cárdenas y Salazar, Vicario General, el 10 de enero de 1669, quedó canónicamente fundada la Congregación de Clérigos Seculares de Santa María de Guadalupe, aprobándola el Papa Inocencio XII con la Bula «Pietatis et Charitatis Oper» del 5 de septiembre de 1691.

He aquí los nombres de los primeros Sacerdotes Congregantes: • Bachiller Don Lucas Guerrero y Rodea •Bachiller Don Juan de Miranda •Bachiller Don Diego de Barrios Pimentel •Bachiller Don Francisco de Lepe •Bachiller Don Simón de León •Bachiller Don José Aguilar y Monroy •Bachiller Don Miguel Martín •Bachiller Don José Maldonado y Camacho •Bachiller Don Juan Pacheco •Bachiller Don Nicolás de las Casas •Bachiller Don José de la Parra •Bachiller Don Francisco de la Vega •Bachiller Don José Manrique Maldonado •Bachiller Don José Núñez •Bachiller Don Antonio Rodríguez •Bachiller Don Antonio Herrera •Licenciado Don Diego Fernández de Castro •Licenciado Don José Castillo Villaseñor.

La Congregación de Clérigos en 1671 compró un predio, donde en febrero de 1674 se comenzó a construir una pequeña capilla. En el mismo lugar el 1º de junio de 1675, el Padre Lucas Guerrero bendijo la primera piedra del, hoy majestuoso templo ubicado en la actual esquina de las calles de Pasteur y 16 de Septiembre. Su magnífico diseño es obra del arquitecto José de Bayas Delgado. Dicho templo fue bendecido el 11 de mayo de 1680, por el Presbítero queretano. Br. Juan Caballero y Osio, quien de su peculio costeó casi la totalidad de la construcción.

Al construirse el Templo de la Congregación se preparó el Retablo del Altar Mayor, para colocar en él una imagen de la Guadalupana pintada por Baltasar De Echave. La Imagen actualmente venerada es la tercera, obra del pintor oaxaqueño Miguel Cabrera, quien la regaló al Arzobispo de México Manuel Rubio y Salinas. Dicha imagen paso a propiedad del Sr. Bernardo Pardo, vecino de la Ciudad de Querétaro, quien, en 1778, la intercambió con el Padre Antonio Lamas Chávez (entonces Prefecto de la Congregación) por la imagen pintada por Echave.

De la primera y segunda imagen no tenemos por ahora mayor noticia. Con el paso del tiempo, la Congregación, como asociación, se vio favorecida con la generosidad de innumerables fieles, aunque también cumplió con impuestos, prestamos forzosos y otras obligaciones; finalmente, sufrió los embates de las llamadas Leyes de Reforma bajo el gobierno de Benito Juárez: “Del año de 1857 a 1861 la I. y V. Congregación perdió absolutamente todas sus propiedades y sus fondos, al grado de no contar ni siquiera con la casa anexa a su Iglesia”.

Luego se decretó la extinción de las órdenes religiosas, siguió la persecución de los señores obispos y sacerdotes. Así, quedaron suspendidas todas las actividades y aislados todos los Congregantes desde los primeros meses de 1861. Los cortos intervalos de paz hasta 1864 no fueron suficientes para reorganizarla.

Posteriormente, cuando la Diócesis de Querétaro fundada el 7 de febrero de 1864, daba sus primeros pasos, el Templo de la Congregación como el resto de la ciudad sufría las consecuencias del Sitio del ejército republicano contra el Emperador Maximiliano de Habsburgo.

Fue despojado en 1867 de sus cuatro campanas por el general Mariano Escobedo para fundirlas como cañones. El Gobierno Eclesiástico de la naciente Diócesis se vio impedido a impulsar la reorganización, quedando sin efectuar nuevas elecciones. Al morir el Pbro. Br. Jesús Pizaña, en 1879, no fue elegido Prefecto, sino que el Consiliario más antiguo, el Pbro. Br. Pedro María Gutiérrez fue reconocido como primer Dignatario o Vice prefecto.

Cuando llegó el tercer Obispo de Querétaro Rafael Sabás Camacho, ferviente guadalupano, se propuso renovar la Congregación. El 12 de septiembre de 1885 renovó las Constituciones, dando nuevo impulso a la organización. Además, en 1886 promovió la reparación y nueva decoración del Templo.

En 1888, la antigua antesacristía fue convertida en la Capilla de la Purísima Concepción, a costa del Congregante Pbro. José Francisco Figueroa. El 30 de noviembre de aquel año fue consagrado el Templo, por el obispo Rafael S. Camacho. El 10 de mayo de 1924, el Obispo Francisco Banegas aprobó la reforma de las Constituciones, dando nuevo impulso a tan egregia organización sacerdotal.

Sin embargo, con el estallido de la Revolución, la Congregación sufrió nuevas ofensas. El 13 de abril de 1915 los llamados «ciudadanos armados» y de la «Casa del Obrero Mundial» penetraron en el Templo y dependencias, saqueando y profanando las vestiduras y objetos sagrados. Sus confesionarios, como los de otros templos, fueron sacados a la calle para ser quemados.

Con la llegada de las leyes persecutorias decretadas por el Presidente Plutarco Elías Calles, los obispos mexicanos decidieron cerrar los templos el 31 de julio de 1926, teniendo que ser atendidos por piadosos seglares, según las instrucciones dadas en cada Diócesis. El Obispo Banegas, dejó como encargado del Templo al Presidente de la Acción Católica de la Juventud Mexicana (ACJM) José Ugalde R. quien heroicamente desempeñó tan delicada encomienda, al punto de sufrir golpes y cárceles. Luego de los llamados «Arreglos» del 29 de junio de 1929, impuestos por los Estados Unidos de acuerdo con el gobierno de Portes Gil, y establecido un « modus vivendi», la Congregación reanudó el culto del 12 de julio de 1929 hasta el 6 de junio de 1932, cuando fue clausurado por orden del gobernador Saturnino Osornio “so pretexto de que en una escalera de una torre había roturas, de que había desaseo en la misma torre y falta de higiene en los excusados”, reabriendo el 11 de diciembre de 1938, ya en tiempos del gobernador Ramón Rodríguez Familiar y del Obispo Marciano Tinajero y Estrada.

Luego de reanudarse el culto, se pensó en redecorar el Templo, sustituir el altar mayor y coronar la Sagrada Imagen de María de Guadalupe. Para lograr estos objetivos se constituyó una Comisión. El Obispo Tinajero consagró el altar actual el 22 de noviembre de 1942, entronizando en él la Sagrada Imagen Guadalupana el 2 de diciembre. El 12 de diciembre de aquel año se coronó solemnemente, de manos del Sr. Obispo Tinajero y del Arzobispo de Puebla, Pedro Vera y Zuria.

En 1946 se solicitó a la Santa Sede la elevación a Basílica Menor. La Sagrada Congregación de Ritos contestó «non expedire», a causa de la pequeñez de su construcción. Sobre cómo se fue extinguiendo la Venerable Congregación de Clérigos, aún quedan por hacer algunas investigaciones. La última sesión atestiguada por el Boletín Diocesano fue el 12 de diciembre de 1957, siendo prefecto el Pbro. Ezequiel de la Isla. En 1958, el Templo de la Congregación fue elevado a Santuario por el Excmo. Sr. Obispo Alfonso Toríz.

Se debe notar que de la diócesis de Querétaro sale la mayor y multitudinaria peregrinación a pie o en medios de transporte, que supera dos doscientos mil peregrinos, a la Basílica del Tepeyac, representando la honda y difundida devoción popular a la Virgen N. S. de Guadalupe, considerada por todos como el «corazón» del alma católica fiel del pueblo mexicano.

ZAMORA. CATEDRAL - SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE

La Catedral – Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe o Santuario Guadalupano, es un santuario católico mariano dedicado a la Virgen de Guadalupe, ubicado en la ciudad mexicana de Zamora en el estado de Michoacán México. El Santuario Guadalupano es considerado como el recinto religioso con las torres más altas de México, de 107,5 metros. El 2 de febrero de 1998 cumplió un centenario de existencia.

El recinto es representativo del nuevo orden neogótico que llegó a México en la segunda mitad del siglo XIX y es actualmente la Catedral de la Diócesis de Zamora. Su origen se remonta a mediados del siglo XIX cuando en 1862 se erigió la Diócesis de Zamora. La primera piedra fue colocada por el segundo obispo de Zamora, Don José Ma. Cázares Martínez (Siervo de Dios) en 1898, con el fin de convertirla en la catedral.

El proyecto inicial es del arquitecto Jesús Hernández Segura, quien a principios de siglo dirigió la construcción monumental, su grandiosidad queda marcada por los siguientes datos: 57 mts. de ancho, 95 mts. De fondo y 90 mts. de altura para las torres. El atrio mide 6,80l.74 mts². y la parte posterior, reservada para anexos y un jardín, mide 4,229 mts². La superficie total destinada al Santuario alcanza los 20,357.14 mts².

El Proyecto se conoció como la «catedral nueva» que estaría en el nuevo centro de la ciudad de Zamora, que debía desarrollarse hacia el oriente hacia el cerro «La Beatilla» para no afectar las fértiles tierras del Valle de Zamora. El Arquitecto Jesús Hernández Segura, nacido en Zamora en 1856, fue síndico, presidente municipal, y constructor de templos en la región de Zamora, de espíritu ecléctico, viajó antes a Europa para empaparse del alma gótica de las catedrales. Desafortunadamente los planos originales no se han conservado.

Los trabajos se iniciaron el 2 de febrero de 1898, fiesta de la Candelaria. En 1914 la obra se interrumpió por la Revolución mexicana. El clima del país quedó profundamente alterado por la falta de estabilidad política y social. A partir de l9l4, la obra quedó interrumpida, pero se había logrado bastante alcanzado los muros una altura general de 20 mts. desde la fachada hasta el ábside, se habían cubierto ya cuatro naves; y en las dos laterales se habían construido cuatro capillas en cada una de ellas, todas las columnas del interior estaban levantadas con sus nichos y hornacinas.

De esta primera etapa de la construcción queda constancia que la cantera se trajo del cerro de Jaripo, se trabajó intensamente durante 16 años. En 1914 la obra quedó suspendida por la llegada a Zamora de las tropas del General J. Amaro; que había cientos de toneladas de cantera que desaparecieron del atrio del edificio y fueron a parar a casas particulares. En 1916, por disposición del Gobierno Federal paso a formar parte de los bienes de la Nación. Fue devuelta a la diócesis, el 16 de diciembre de 1921.

Los problemas que planteó la Guerra Cristera impidieron que la construcción se retomara. Pero en 1927, siendo ya obispo Mons. Manuel Fulcheri, la obra y los predios anexos quedaron de nuevo intervenidos. Nuevamente en 1932 pasó a formar parte de los bienes de la Nación y comenzó el saqueo de cantera. La segunda devolución tuvo lugar el 25 de octubre de 1939 y se debió a la tenacidad del Sr. Obispo Fulcheri.

Pero el 20 de noviembre de 1940, por un decreto presidencial del Gral. Lázaro Cárdenas donde se precisaba que Zamora teniendo alrededor de 18,000 habitantes contaba con suficientes templos para atender a las necesidades espirituales, y que la construcción era una carga económica pesada para los fieles, se argumentó que había necesidades más urgentes en el campo de la educación, de la salud. Finalmente apoyándose en estos argumentos, el inmueble quedó destinado a ser museo.

Nueve días después de este decreto, el 29 de noviembre, la Diócesis de Zamora se amparó, mediante las gestiones del Canónigo Martínez Silva, quien aducía la fuerte inversión que se había hecho en la construcción. Inmediatamente, el 20 de diciembre de 1940, antes de que se concluyera el mandato del Gral. Cárdenas, se negó tal amparo. Se recurrió de nuevo, pero se recibió un rechazo definitivo el 25 de septiembre de 1941.

De este decreto presidencial es significativo que se firmó el 20 de noviembre, aniversario de la Revolución, indicando que la decisión y los motivos tenía una especial carga ideológica anticlerical. La actitud demagógica y populista, muy propia de esos años en que era fácil aparecer como defensor de la clase pobre. En 1948, los trabajadores de Hacienda hicieron de la parte frontal un deportivo, al instalar canchas de basquetbol y una cancha de fútbol. Finalmente, en 1962 parte del atrio se convirtió en jardín, y el interior fue utilizado para guardar los vehículos del aseo público.

En el periodo del gobernador de Michoacán Lic. Torres Manzo se quiso convertir en casa de la cultura. El Obispo de Zamora, Mons. José Esaúl Robles Jiménez, se dirigió al Gobernador Torres Manzo, gestionó que le permitan dedicar finalmente al culto católico lo que quedaba de la primera edificación. En 1988 cuando el gobierno lo devolvió a la Iglesia, retomando la obra original dos años después, se dedicó a Nuestra Señora de Guadalupe. Las obras duraron 18 años hasta quedar listo, el 12 de diciembre de 2008 y es considerado el templo neogótico más grande de México, con más de dos hectáreas y se ubica entre los 15 recintos religiosos más grandes del mundo. El lienzo de la Virgen de Guadalupe que resguarda en su interior está datado en 1765; se desconoce el nombre de su creador, pero tiene marcada una M al reverso, y ha conservado con mucha fuerza la viveza de sus colores. El lienzo de la Virgen de Guadalupe que ocupa el lugar central del ábside no llegó por casualidad al Santuario. La Asociación «Adopte una Obra de Arte», hizo públicamente la solicitud para poder ser ayudados a encontrar una imagen de la Virgen que pudiera estar en el recinto sacro. El Sr. Aurelio Pérez, y ayudado por la Sra. Josefina Laris de Zerón-Medina, encontraron un lienzo con un anticuario de la Ciudad de México y tres meses después, el 5 de mayo de 1999, la imagen llegó a Zamora.


MONSEÑOR JORGE ANTONIO PALENCIA RAMÍREZ DE ARELLANO