RAMOS ARIZPE, José Miguel

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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(San Nicolás, 1775; Puebla, 1843) Sacerdote y Político

En el Valle de San Nicolás de la Capellanía (hoy ciudad Ramos Arizpe) en el estado de Coahuila, nació José Miguel Ramos Arizpe el 15 de febrero de 1775. Ingresó al Seminario de Monterrey pasando luego al de Guadalajara en el cual obtuvo el grado de bachiller en filosofía y derecho. Ordenado sacerdote en 1803, regresó al seminario de Monterrey como profesor de Derecho canónico y en 1808 obtuvo el grado de Doctor en Cánones en la Real Universidad de Guadalajara.


Por la invasión napoleónica a España y el cautiverio del rey Fernando VII en Francia, la Junta Suprema de Cádiz ( enemiga de los primeros movimientos independentistas de Hispanoamérica) dispuso en mayo de 1809 que se formaran unas «Cortes» que redactaran una Constitución para gobernar, tanto los Reinos de la Península como los de Hispanoamérica, llevándose a cabo la primera sesión de estas «Cortes» el 24 de septiembre de 1810. Cada una de las provincias de los virreinatos americanos debía enviar a Cádiz un diputado, y Ramos Arizpe fue elegido para representar la provincia de Coahuila; finalmente las Cortes de Cádiz promulgaron la nueva Constitución el 21 de marzo de 1812, fiesta de San José, por lo cual esa Constitución fue conocida como “la pepa”. Cuando Fernando VII regresó de su cautiverio en 1814, derogó la Constitución y persiguió a los diputados de las Cortes de Cádiz; el padre Ramos Arizpe fue entonces confinado en la ciudad de Valencia donde permaneció hasta el golpe de estado del coronel Riego en 1820.


Al parecer fue durante su estadía en Valencia que Ramos Arizpe se afilió a la masonería escocesa, y con el triunfo del coronel Riego volvió a ser designado diputado de las Cortes españolas, cargo que desempeñó hasta su retorno a México en 1823. En ese mismo año el consumador de la independencia de México, Agustín de Iturbide, abdicó como Emperador. En 1824 se estableció en México el sistema republicano conforme a una Constitución Federal en cuya redacción participó Ramos Arizpe. El primer presidente de la nueva república fue Guadalupe Victoria (José Miguel Fernández Félix), quien designó a Miguel Ramos Arizpe ministro de Justicia.


En 1825 Joel Robert Poinsett, embajador de los Estados Unidos en México, fundó en la ciudad de México la masonería del Rito Yorkino con la asistencia del Presidente Victoria, de Ramos Arizpe y otros funcionarios más; así lo comunica el embajador de Colombia a su gobierno: “El 29 de septiembre de 1825 se instaló solemnemente el Gran Oriente Yorkino en la misma casa del Sr. Poinsett con asistencia del Presidente, del Ministro de Hacienda, del de Justicia (Ramos Arizpe) y de los principales dignatarios de esta Sociedad Secreta, y si ha de juzgarse por los resultados, bajo el pretexto de sostener la forma federal, se instaló para propagar los perniciosos efectos de la más desenfrenada demagogia. Es increíble la rapidez con que corrían los prosélitos a filiarse en la nueva secta, que llevaba el aliciente de la protección del gobierno”.[1]


Con pequeñas diferencias, Lucas Alamán consigna lo mismo: “Con la llegada de Poinsett, Zavala ( Lorenzo de Zavala) y el cura de Cunduacan en Tabasco, don José María Alpuche, que desempeñaba el empleo de senador, ambos separados de los escoceses a quienes habían pertenecido, proyectaron formar una masonería diversa, que Poinsett les ofreció incorporar en el rito de York, preponderante en los Estados Unidos. Victoria adoptó el proyecto, que consultó con sus ministros, declarándose por él Esteva y Ramos Arizpe (…) En consecuencia, en el mes de agosto de 1825, se establecieron cinco logias de aquel rito. Los yorkinos, con cuyo nombre empezaron a conocerse los adictos a la nueva secta, engrosaron a toda prisa sus filas. Nombrado Gran Maestre el ministro de Hacienda Esteva y venerable de una logia Ramos Arizpe, contaban con el apoyo del gobierno”.[2]


El 20 de marzo de 1829, los yorkinos lograron que el Congreso decretara la expulsión de los españoles residentes en México, y el ministro de Justicia Ramos Arizpe se apresuró a ejecutar el decreto, el cual incluía a los misioneros que trabajaban en el norte del país. “En 1821 los españoles residentes en México eran unos seis mil (…) Sus fieles mujeres, ora fuesen indias, mestizas o criollas, habían ido en su compañía al destierro, que casi siempre era Nueva Orleans. Arrangóiz refiere que en enero de 1830 él vio con sus ojos la miseria en que vivía esa pobre gente y que 900 de ellos murieron de fiebre amarilla”.[3]


La expulsión de los misioneros que dedicaban su vida al servicio de los habitantes de California, Nuevo México y Texas, significó también el fin de las misiones en esos lugares y la creación de un vacío de civilización del cual poco después se aprovecharían muy bien los Estados Unidos para apropiarse de esos inmensos territorios. “Habían éstos (los misioneros) formado aquellas colonias de cristianismo y civilización, algunas de las cuales habían venido a ser ya poblaciones florecientes, que hacían un comercio considerable con los productos de su agricultura, y uno de aquellos religiosos, el catalán fray Antonio Peire, fundó desde sus principios la misión de San Luis Rey, en que había reunido más de tres mil indios y se hallaba en estado próspero. Todos estos establecimientos iban a quedar abandonados, pero el inflexible Ramos Arizpe, que tenía especial ojeriza a los frailes españoles, no se detuvo por esto en dar la orden para que salieran los misioneros, a quienes sus neófitos acompañaron con lágrimas hasta la playa, y las misiones secularizadas cayeron en poder de la diputación provincial, cuyos individuos hicieron de sus bienes un amplio despojo”.[4]


Ramos Arizpe repitió en el cargo de ministro de Justicia en la efímera administración del yorkino Manuel Gómez Pedraza; posteriormente fue miembro de la junta surgida de las “Bases de Tacubaya” firmadas el 28 de septiembre de 1841 por los generales Mariano Paredes, Gabriel Valencia y Antonio López de Santa Anna.


Para ese entonces, enfermo de gangrena, Miguel Ramos Arizpe se retiró a la ciudad de Puebla de los Ángeles, donde falleció el 28 de abril de 1843. Nombrado “padre del federalismo mexicano” sus restos descansan en la ciudad de México en la Rotonda de los Hombres Ilustres. En su honor, en 1850 el lugar de su nacimiento fue llamado “Villa Ramos Arizpe”.


Notas

  1. Orozco Farías, p. 49. (Documento 4. Carta de Miguel Santa María a su gobierno. Año 1825).
  2. Alamán, p. 624
  3. Schlarman, p. 295
  4. Alamán, p. 628


Bibliografía

  • Alamán, Lucas. Historia de Méjico. Gobierno del Estado de Guanajuato, 1989
  • Orozco Farías, Rogelio. Fuentes Históricas. México 1821-1867. Progreso, México, segunda edición 1965
  • Schlarman, Joseph H. L. México, tierra de volcanes. Porrúa, México, 14 edición, 1987


JUAN LOUVIER CALDERÓN