INSTITUTOS RELIGIOSOS EN PERÚ; Siglo XX

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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Periodización

Señalaremos tres distintos períodos en la historia de la vida religiosa en el Perú en el siglo XX: (1) 1900-1939; (2) 1939-1962; (3) 1962-. Conviene señalar que la designación de la fecha «1900» para es un tanto arbitraria porque, en realidad, esta primera etapa representa una continuación de un proceso de restauración de la vida religiosa que ya había comenzado en el siglo XIX, después de un período de decaimiento tras la Independencia.

A lo largo del siglo XIX se fundaron nuevos grupos y vinieron otros, principalmente de Europa. Todos vinieron por las mismas razones que los nuevos grupos que llegaron en las primeras décadas del siglo XX: como respuesta a ciertas exigencias de la misma Iglesia, o bien exigencias de la sociedad secular. Las exigencias de la Iglesia fueron: fortalecer la educación católica mediante la fundación de escuelas y colegios; formar al clero diocesano mediante la fundación de nuevos seminarios; evangelizar la Amazonia. Por su parte, el Gobierno, las distintas colonias extranjeras, o bien ciertas familias, promovieron la venida de los religiosos para administrar hospitales y otras obras de caridad y de asistencia humanitaria.

PRIMER PERÍODO: 1900-1939

Durante este período, la Iglesia se esforzó por establecer su presencia entre ciertos sectores de la sociedad o ciertas partes del país donde se notaba su ausencia. Frente a la educación secular y liberal, y sobre todo frente al avance del protestantismo, la Iglesia fomentó la creación de colegios católicos. En 1909, llegó un grupo de Maristas franceses con la expresa misión de fundar un colegio para enseñar el inglés. Además, en 1922, Monseñor Lissón[1]invitó a los Hermanos de La Salle al Perú.

Estas dos congregaciones se dedicaron a fundar numerosos colegios en Lima y en provincias, y complementaron la labor educativa de los Jesuitas y los padres de los Sagrados Corazones (La Recoleta). En 1922 llegó el primer grupo de religiosas norteamericanas: las Siervas del Inmaculado Corazón de María, que fundaron Villa María Academy en 1923. Al comienzo, Villa María era co-educacional, a la sazón una novedad en la sociedad peruana. En 1939 llegaron los Marianistas norteamericanos que fundaron el Colegio Santa María, que se concibió como un complemento al Colegio Villa María.

Santa María se convirtió en el primer colegio católico para varones regentado por religiosos norteamericanos. A partir de su fundación, Villa María dejó de ser co-educacional y se convirtió en un colegio sólo para mujeres. En este caso es evidente que un factor importante para explicar la venida de estos dos grupos norteamericanos fue la mayor importancia que se daba a la enseñanza del idioma inglés.

En 1936 llegó el primer grupo de Ursulinas al Perú. En este caso eran ursulinas alemanas que temían que sus colegios en Alemania iban a ser confiscados por el régimen nazi. Con la ayuda de ciertas familias fundaron el Colegio Santa Úrsula. En 1938 llegó otro grupo de religiosas de Alemania, que también había sentido el peso de la persecución nazi: las Dominicas de Santa María Magdalena. Ellas vinieron al Perú inicialmente para responder a una invitación de Monseñor Salvador Herrera de Puno.[2]Pronto también fundaron varios colegios, de los cuales uno de los más conocidos es el Beata Imelda.

A lo largo de este período llegaron otras congregaciones con una finalidad más directamente pastoral. En 1905 llegaron cinco miembros de la Congregación de los Canónigos Regulares de la Inmaculada Concepción, fundada en Francia por don Adrien Gréa en 1887. Originalmente, el grupo proveniente del Canadá francés, se dirigió a Chachapoyas con el fin de responder al llamado de la Santa Sede para evangelizar la Selva. En 1908 se estableció en Lima para dedicarse a la labor parroquial.

En 1907 se creó la provincia franciscana de San Francisco Solano, constituyéndose como un nuevo instituto religioso. Esta provincia ha sido preeminentemente pastoral, y ha fundado numerosas casas e iglesias en todo el país. En 1910 llegaron los Hijos del Inmaculado Corazón de María, más conocidos como «Claretianos», fundados en España en 1849 por San Antonio María Claret. Ellos fueron invitados por el arzobispo Pedro Manuel García Naranjo,[3]para encargarse del Seminario de Santo Toribio en Lima. Anteriormente, en 1914, se encargaron del Seminario San Carlos y San Marcelo en Trujillo, el cual dirigieron durante muchos años. Posteriormente fundaron colegios en Lima, Trujillo, Arequipa y Huancayo.

En 1911, llegaron los Carmelitas Descalzos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, invitados por el obispo Carlos García Irigoyen de Trujillo (1910-1937), con el fin de servir de consejeros espirituales a las Carmelitas Descalzas. Con el tiempo fundaron y se encargaron de varias parroquias en Trujillo, Lima e Ica. De una manera parecida, en 1938 llegaron los primeros sacerdotes de los Misioneros del Sagrado Corazón, fundados por el P. Julio Chevalier en 1854.[4]

Ellos vinieron con el fin de servir como consejeros espirituales a las Misioneras del Sagrado Corazón, que habían sido llamadas a encargarse del Hospital Obrero en Lima. También atendieron a la colonia alemana y con el tiempo se encargaron de parroquias en Ica y Lima. En 1957, con el nombramiento de Federico Kaiser como Prefecto Apostólico, se encargaron de la Prelatura Nullius de Caravelí.[5]

El primer instituto femenino en el siglo XX orientado hacia la labor pastoral parroquial fueron las Canonesas de la Cruz, fundado en 1919. La fundadora, Teresa de la Cruz Candamo, hermana del presidente Manuel Candamo (1903-1904), se inspiró en el modelo de los Canónigos Regulares, y de hecho, un miembro de los Canónigos, el P. Cipriano Casimir, fue su director espiritual. Las Canonesas se dedicaron a la labor de realizar visitas domiciliarias y enseñar catecismo. También han fundado casas y centros para la juventud en muchas otras ciudades del Perú.

Con el auspicio de la familia Goyeneche y otras personas, en 1922 llegaron las Esclavas del Corazón de Jesús, congregación fundada en España y aprobada en 1877.[6]Ellas iniciaron su labor en Arequipa y posteriormente en Lima. Su labor pastoral se centraba en la promoción de la devoción a la Eucaristía y la enseñanza de los pobres. Con el tiempo también fundaron colegios y escuelas normales.

En 1929, a invitación de los Jesuitas, llegaron las primeras Hijas de María Inmaculada con el fin de atender a la formación educativa y espiritual de las empleadas domésticas. En 1930, Angélica Recharte, maestra de profesión, fundó las Misioneras Parroquiales del Niño Jesús de Praga, quienes tomaron como misión ayudar a las parroquias.

LA SELVA

En 1900 la Santa Sede creó tres Prefecturas Apostólicas para ocuparse da la reevangelización de la Amazonia: Una, encomendada a los Agustinos (Loreto); otra, en el centro, que comprendía la región por los ríos Ucayali y Huallaga, fue encomendada a los franciscanos; y la tercera, fue encomendada a los dominicos (el departamento de Madre de Dios).

En 1911 las Franciscanas Misioneras de María, fundadas en la India en 1877, se establecieron en la prefectura franciscana. En 1930 también llegaron algunos sacerdotes franciscanos alemanes para atender a la colonia de Villarrica, y se retiraron en 1953. Asimismo, en 1934 llegaron las Madres Franciscanas de Bamberga para atender pastoralmente a la colonia de Oxapampa y Pozuzo, Finalmente, en 1935 llegaron las Franciscanas Misioneras del Niño Jesús, fundadas en Italia en 1879, con el fin de dedicarse al trabajo pastoral y educativo en el Alto Ucayali, Pucallpa y Requena.

En 1902 llegaron los primeros misioneros dominicos, de la provincia dominicana de Filipinas, para trabajar en la Selva. El fundador de la nueva misión fue el P. Ramón Zubieta, quien posteriormente fue nombrado al primer Vicario Apostólico del Vicariato de Madre de Dios. En 1912 llegaron las primeras religiosas dominicas de España para trabajar en la misión. En 1918 ellas se constituyeron en una congregación independiente: las Misioneras Dominicas del Rosario, que posteriormente fundaron colegios y casas en Lima y Arequipa.

Antes del Concilio Vaticano II la congregación se dividió en dos: Santa Rosa en el Norte y Santo Tomás en el Sur.[7]En 1913 llegó el primer grupo de Pasionistas, invitado por Monseñor Lissón, a la sazón Obispo de Chachapoyas. En 1921 ellos se encargaron de la nueva Prefectura Apostólica de San Gabriel del Marañón.

SEGUNDO PERÍODO: 1939-1962

Podemos considerar la Segunda Guerra Mundial no sólo como el gran acontecimiento del siglo XX, sino también como el inicio de una nueva etapa en la historia misional de la iglesia. Se combinaron varios factores que sirvieron para que América Latina volviera a ocupar un lugar central en el mundo católico como tierra de misiones tal como fue en el siglo XVI.

Algunos de los grupos misioneros que solían enviar a su personal a Asia —tales como los padres de Maryknoll o los de San Columbano—, frente al avance del comunismo tuvieron que cerrar sus misiones en Asia y buscar nuevos campos para evangelizar. Al mismo tiempo, durante y después de la guerra surgió una nueva sensibilidad social, simbolizada por ciertas figuras célebres como el Abate Pierre,[8]en Francia, y la Madre Teresa de Calcuta,[9]que motivó a muchos grupos misioneros a reorientar sus actividades para enfrentar nuevas exigencias.

En el Perú algunos de los nuevos grupos fijaron su atención no tanto en ciertas misiones tradicionales como la Selva, sino en las barriadas —un nuevo fenómeno del Perú de la postguerra— o bien en la sierra y el altiplano. En tercer lugar, la crisis de la escasez de sacerdotes se hizo cada vez más patente en América Latina. Algunos de los nuevos grupos vinieron en respuesta a la petición de obispos de la Sierra. Posteriormente Pío XII y Juan XXIII formalizaron ese llamado a nivel de la Iglesia universal.

Para la Iglesia del Primer Mundo, América Latina se iba convirtiendo cada vez más en una misión de especial urgencia para la Iglesia. Además, muchos de los nuevos institutos ya no eran congregaciones u órdenes, propiamente dichas, sino asociaciones de sacerdotes seculares. Tal sería el caso de los Maryknoll,[10]los Misioneros de San Columba (columbanos), una sociedad de misioneros sacerdotes y laicos, dedicados al trabajo evangelizador entre pueblos de varias culturas,[11]y los Sacerdotes de Santiago Apóstol, sociedad misionera de origen canadiense.[12]

La Congregación de Propaganda Fide (para la Evangelización de los Pueblos) de la que dependían los misioneros combonianos, invitó a esa Congregación en su rama alemana, que entonces obedecía a la sigla MFSC (Missionarii Filii Sacris Cordis) y hoy a la de MCCJ (Missionari Comboniani Cordis Iesu) a comenzar su actividad misionera y pastoral en la diócesis de Huanuco, en la lejana Pozuzo, donde se había establecido una colonia alemana y con una población nativa totalmente desamparadas pastoralmente.

Los primeros tres misioneros fueron los padres Luis Ipfelkpofer, Andrés Riedl y Miguel Wagner, que llegaron al Callao el 11 de septiembre de 1938. En el año de su llegada, el obispo de Huánuco, Mons. Francisco Berroa, llamó al P. Miguel Wagner al seminario diocesano y en 1940 nombró al P. Andrés Riedl como rector del seminario. Debido a la Segunda Guerra mundial no pudieron llegar nuevos misioneros combonianos. Solamente en 1948 pudieron llegar otros tres.

El seminario diocesano fue dirigido por los combonianos hasta 1952, cuando tomaron la dirección los Sacerdotes Operarios Diocesanos españoles. Entonces los combonianos se encargaron de varias parroquias: Llanta (1949), Huacaibamba (1949), Cristo Rey San Pedro de Huánuco (1950) y Panao (1952). En 1952 los misioneros combonianos (todos de lengua alemana) en el Perú eran14, y su superior el P. Andrés Riedl.

El 29 de mayo de 1954 asumieron la parroquia de San Pío X en la Unidad Vecinal de Mirones (Lima) y su primer párroco fue el P. Carlos Wetzel. El 15 de mayo de 1958 el Papa Pío XII publicó la Constitución Apostólica «Ecclesiae Navem» con la que erigía la «prelatura nullius» de Tarma y Pasco, con Tarma como sede de la misma, y nombró al comboniano alemán P. Anton Küner como su primer prelado. En 1980 será promovido como obispo de Huánuco.

En 1963 fue consagrada la iglesia de San Pedro de Huánico y al año siguiente la del Sagrado Corazón de Pozuzo, por el nuevo obispo Mons. Ignacio Arbulú Pineda. En 1966 llegan destinados a la diócesis los combonianos P. Mario Mazzoni, P. Juan Rovira y el Hno. Antonio Bertato, destinados a una nueva empresa misionera, en Yanahuanca; y en 1967 se les encomendó a los combonianos la parroquia de San Juan de cerro de Pasco, una de las más altas en la Sierra Andina.

En 1969, un comboniano alemán, Mons. Lorenzo Unfried, fue nombrado obispo auxiliar de Arequipa y consagrado en Tarma. Con él otros combonianos comenzaron a trabajar en las zonas más periféricas de Arequipa. En la década de 1970 a 1980 la presencia comboniana en Perú tuvo un notable crecimiento, no sólo en la región andina, sino también entre los pueblos jóvenes de Lima en la zona de Chorrillos.

En 1978 se inaugura el Centro de Animación Misionera en Lima y la publicación de dos revistas misioneras («Misión sin Fronteras» –antes «Esquila misional»- y «Aguiluchos», para la adolescencia); se abren en este tiempo las casas de formación para candidatos combonianos del Perú y de otros países latinoamericanos, en Lima. La realidad comboniana en el Perú fue abriéndose al resto de los países latinoamericanos, contando con un buen número de miembros provenientes de cuatro continentes.

Los combonianos han dado varios obispos a la Iglesia de Tarma, Huánuco (Mons. Jaime Rodríguez Salazar, mexicano), y el último obispo de Tarma, el comboniano peruano Mons. Luis Alberto Barrera Pacheco. Una contribución muy importante de los misioneros combonianos en el Perú ha sido su papel en el campo de la animación misionera «ad gentes» con la celebración de asambleas misioneras periódicas, especialmente de animación vocacional. Uno de los misioneros que se distinguió en este campo, siendo también Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias, ha sido el P. Mario Mazzoni, apreciado a nivel de todo el continente suramericano como un infatigable apóstol de la animación misionera «ad gentes».[13]

En 1943 llegaron los padres y hermanos de Maryknoll. Ellos habían sido fundados por los obispos norteamericanos como la «Sociedad Norteamericana para las Misiones Extranjeras», y su primer campo misional fue China. En 1942, el obispo de Puno, Salvador Herrera, invitó a los de Maryknoll a trabajar en su diócesis. En ese mismo año ellos también se establecieron en Bolivia. Los padres de Maryknoll se encargaron del Seminario Menor de Puno y muchas parroquias.

También, con el nombramiento de Eduardo Fedders como prelado en 1957 se encargaron de la Prelatura Nullius de Juli. Asimismo, se encargaron de parroquias en Lima y posteriormente en los pueblos jóvenes. En 1962 llegaron los primeros miembros de la Sociedad Misionera de San Columbano, una fundación irlandesa.

En 1966 se estableció en el Perú la Sociedad de Santiago Apóstol, una asociación de sacerdotes de la arquidiócesis de Boston. El fundador fue el Cardenal Cushing, quien tuvo una predilección especial por el Perú. Con el tiempo esta sociedad misionera se independizó de la arquidiócesis de Boston y también incorporó a sacerdotes seculares de otras partes del mundo de habla inglesa. Los sacerdotes de Santiago Apóstol se dedican principalmente a la labor parroquial en barrios pobres de Lima y Chimbote, así como en parroquias en Apurímac.

Los Carmelitas de la Antigua Observancia de los Estados Unidos llegaron en 1949 y se encargaron de la parroquia de San Antonio en Miraflores, Lima, y a partir de 1969 tomaron bajo su responsabilidad la Prelatura Nullius de Sicuani. En 1967, Ignacio María de Orbegoso, de la «Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz y Opus Dei», fue nombrado prelado de la Prelatura Nullius de Yauyos, que se separó de la arquidiócesis de Lima. Posteriormente, otros miembros del Opus Dei fueron nombrados prelados y obispos en Abancay y Chiclayo.

El Opus Dei, que representa una nueva modalidad en la Iglesia del siglo XX, fundó parroquias, residencias y colegios en Lima y otras partes del Perú. En 1962 llegaron los Oblatos italianos, quienes se encargaron de la Prelatura Nullius de Huari en 1968. En 1969 llegaron los primeros sacerdotes —todos seculares— de la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana (OCSHA), quienes se dedicaron a organizar misiones populares y trabajar en parroquias en Lima y muchas ciudades de provincias. En 1967 llegaron los Oblatos canadienses de María Inmaculada, quienes crearon el Centro Jesús Obrero de Lima. También fueron a trabajar en la Selva. En 1968 los obispos de Canadá fundaron la Sociedad para Misiones Extranjeras que pronto envió a misioneros para trabajar en Pucallpa.

A Madre de Dios llegaron los Jesuitas para encargarse de la Prefectura Apostólica de San Francisco Javier (1946), los Franciscanos Canadienses quienes se encargaron de la Prefectura de San José de Amazonas (1945), y en 1956 la Sociedad de las Misiones de Quebec se encargó del Vicariato de Pucallpa, separada del Vicariato de Ucayali. Posteriormente, en distintas fechas, algunas de estas prefecturas se convirtieron en vicariatos.

En este período llegaron o se fundaron en el Perú 29 distintos grupos de institutos femeninos. En muchos sentidos ellos constituyeron un paralelo a los grupos misioneros masculinos: tenían la misma inquietud social y la tendencia de insertarse de una manera nueva y en lugares que tradicionalmente no fueron considerados territorio de misiones. Entre otros, en 1953 un grupo de hermanas de la Fraternidad de las Hermanitas de Jesús, fundada en Argelia por Charles de Foucauld y la Hermana Magdalena de Jesús, se estableció en el Cerro San Cosme de Lima. Otros llevaron nombres que reflejaron los tiempos: las Hermanas de Servicio Social, fundadas en 1950 por el P. Gonzalo Alcocer, SJ; o bien, las Siervas de Jesús Obrero, fundadas en Puno en 1951.

En 1956 llegaron las Damas Apostólicas del Sagrado Corazón de Jesús, quienes fundaron una obra social en Chacra Colorada (Lima) y casas en Chachapoyas y Pucallpa. Algunas congregaciones llegaron con el propósito expreso de trabajar en la Selva. En 1951 llegó la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús que fundó casas en Iquitos, Pucallpa y posteriormente en el Vicariato de San Francisco Javier ( Jesuitas). También en esta época llegaron las Teresianas (1943) de la Institución Teresiana, fundada por San Pedro Poveda en 1911 en España.[14]Las Teresianas constituyeron el primer instituto seglar femenino que se estableció en el Perú en el siglo XX. Ellas se dedican preferentemente a la labor docente o a los medios de comunicación, y sus residencias sirven como lugares de encuentro para jóvenes.

TERCER PERÍODO: A partir de 1962

El tercer período está profundamente marcado por el Concilio Vaticano II que señaló nuevos rumbos en la vida religiosa y a la vez abrió nuevos horizontes para los laicos. Al calor del Concilio, la inmensa mayoría de las congregaciones religiosas se renovaron y reorientaron su labor pastoral. Al mismo tiempo surgieron nuevas formas de vida consagrada que reflejaron los ideales del Concilio.

En algunos casos se trata de institutos laicales que incorporaron elementos de la vida religiosa en su manera de vivir y trabajar; o bien, institutos que se conforman de laicos y sacerdotes. Muchas congregaciones e institutos buscaron maneras para insertarse en la vida del hombre moderno, especialmente la de los marginados. De ahí que una de las notas características do este período fue el énfasis en la desinstitucionalización de la vida religiosa.

Muchos religiosos de congregaciones docentes redujeron su presencia en colegios religiosos tradicionales con el fin de dedicarse a la docencia en medios más pobres. Al mismo tiempo, salieron de los conventos tradicionales para vivir en pequeñas comunidades. Lo mismo ocurrió en el caso de muchas congregaciones que administraban hospitales. Concretamente buscaban maneras para atender de una forma más directa y personal a los pacientes, y sin ser absorbidas en la labor puramente administrativa; o bien, algunas se dedicaron a trabajar en postas médicas en barrios marginales.

Este tercer período también representó el comienzo de una nueva época misional en toda la Iglesia Católica. En respuesta a los llamados de los papas, muchos grupos misioneros de Europa, América del Norte, Australia y Nueva Zelandia enviaron misioneros a América Latina. Al mismo tiempo se aumentó el número de misioneros del tercer mundo, o de la propia América Latina, que enviaron misioneros a otras partes del tercer mundo.

De hecho, la mayor parte de las congregaciones o institutos religiosos que actualmente trabajan en el Perú llegaron en este período. Para tomar como ejemplo la vida religiosa femenina, entre 1900 y 1962 llegaron y se fundaron 75 distintos grupos de la vida activa. Pero entre 1962 y 1993 vinieron o se fundaron 163 nuevos grupos.

Por otra parte, la inmensa mayoría de estos nuevos grupos reúnen sólo entre 5 a 10 religiosas en todo el país. Desde el punto de vista de origen nacional, de los grupos femeninos, la gran mayoría son fundaciones españolas. En segundo lugar se encuentra Francia, luego Italia, y en cuarto lugar, los Estados Unidos. El quinto lugar está ocupado por Canadá, seguido por México.

El lugar de trabajo proferido de estos nuevos grupos son los asentamientos humanos en pueblos jóvenes y barrios populares, o bien las zonas pobres en la Sierra y en la Selva. Muy pocos han venido con la idea de dedicarse a la labor docente en colegios tradicionales o en hospitales. Un ejemplo de esta tendencia son las Hermanas de San José de Carondelet. Fundada originalmente en Francia en 1660, esta congregación se extendió a otras partes del mundo, inclusive a los Estados Unidos, de donde vino el grupo que se estableció en el Perú en 1962.

Las hermanas fueron invitadas al Perú por el Nuncio Apostólico Rómulo Carboni,[15]con el fin de atender como enfermeras en el Hospital Militar de Lima. También se dedicaron a la enseñanza en colegios religiosos en Chimbote, Ica y en la Universidad Católica Santa María de Arequipa. Sin embargo, bajo la influencia de los cambios que se produjeron en la Iglesia después del Concilio Vaticano II, las hermanas se retiraron del hospital y de los colegios para dedicarse a otras tareas más directamente pastorales. En cambio, si bien dejaron los colegios religiosos, comenzaron a enseñar en colegios estatales en Ica, Arequipa y Chimbote.

Dado el gran número de nuevos institutos que se establecieron después de 1962, sería conveniente escoger sólo algunos ejemplos y agruparlos según ciertas características típicas. En primer lugar, algunos de los nuevos grupos son congregaciones femeninas que comparten los mismos ideales o se inspiran en un fundador común de ciertos institutos masculinos que ya se habían establecido en el Perú. Por ejemplo, las Hermanas de Maryknoll que llegaron en 1951, han colaborado con los Padres y Hermanos de Maryknoll, o bien las Hermanas Misioneras de San Columbano (1962) y las Hermanas Misioneras Combonianas,[16]trabajan con los sacerdotes de estas respectivas agrupaciones.

Otro género son los «Institutos Seculares», parecidos a las «Sociedades de Vida Apostólica». No son congregaciones religiosas propiamente, pero sí reúnen algunos de los rasgos. Lo que es distintivo es el predominio de los laicos, aunque haya sacerdotes que se asocian al grupo. Un ejemplo sería «Sodalitium Christianae Vitae», formalmente reconocida como una «Pía Asociación de Fieles» cuando se fundó en 1971. Sigue siendo esencialmente un movimiento laical, aunque en este caso hay sacerdotes asociados. Se dedica a la formación de laicos en parroquias, colegios y universidades. Otro ejemplo es «Lumen Dei», una asociación de clérigos y fieles, fundada en 1974 en el Perú.

Muchas de las sociedades de vida apostólica tienen una finalidad expresamente misionera. Por ejemplo, la Asociación de Misioneros Seglares, fundada por el P. Javier Ariz,[17]en 1953, y la Asociación Peruana de Misioneros, fundada en 1976 por el P. Thomas Garrity.[18]En esta misma línea se encuentra «Verbum Dei» fundada en España en 1963, y que se define como un «Instituto Apostólico de Sacerdotes Misioneros y Seglares».

APÉNDICE[19]
Número de Religiosos en el Perú (1997)
Hombres: 1,884
Mujeres: 5,048
Nuevos Institutos en el Siglo XX
Hombres:
Total institutos masculinos en 1993: 67
Fundados (o que llegaron de fuera) en el siglo XX: 57
Mujeres:
Total institutos femeninos en 1993: 228
Fundados (o que llegaron de fuera) entre 1900-1939: 16
1939-1962: 29
1962-1993: 153
Fundaciones Peruanas, Siglo XX
Hombres
Sodalitium Vitae Christianae (1971)
Mujeres
Vida Activa
Misioneras Dominicas del Rosario (1918)
Canonesas de la Cruz (1919)
Misioneras Parroquiales del Niño Jesús de Praga (1936)
Congregación de Dominicas de Santa Rosa de Lima (1945)
Hermanas del Servicio Social de la Inmaculada (1950)
Misioneras de Jesús Verbo y Víctima (1961)
Misioneras de Nuestra Señora del Pilar (1967)
Vida Contemplativa
Total de Monasterios y comunidades en 1993: 28
Fundados en el siglo XX: 13

NOTAS (y complementos del DHIAL)

  1. Emilio Trinidad Lissón y Chávez C.M. (Arequipa, Perú, 24 de mayo de 1872 - Valencia, España, 24 de diciembre de 1961), vicentino y XXVII arzobispo de Lima, entre 1918 y 1931.
  2. Monseñor Salvador Herrera Pinto, OFM (Abancay, Perú, 3 de febrero de 1890-Lima, Perú, 26 de enero de 1977) de la Orden de los Frailes Menores, Doctor en Teología, políglota y escritor. Obispo de Puno y Secretario General de la Conferencia Episcopal Peruana para los períodos 1934-1935 y 1935-1936. En 1935 fue partícipe destacado del Primer Congreso Eucarístico Nacional realizado en la ciudad de Lima. Fue un notable políglota, conocedor tanto de lenguas clásicas (griego, hebreo y latín), modernas (inglés, francés, italiano, alemán) como andinas (quechua, aymara); el idioma quechua lo aprendió desde su niñez en su natal Apurímac.
  3. Pedro Manuel García Naranjo (Lima, Perú, 29 de abril de 1838 - Lima, 10 de septiembre de 1917) fue XXVI arzobispo de Lima, de 1908 a 1918.
  4. El P. Julio Chevalier (Francia: Richelieu, 15 de marzo de 1824 - Issoudun, 21 de octubre de 1907) fue un sacerdote muy preocupado por los males que aquejaban a los hombres de su tiempo; y quiso darles una respuesta adecuada desde la Espiritualidad del Corazón de Cristo, que empezó a comprender en el mismo seminario y que animaba toda su vida de sacerdote. La primera respuesta que surgió de su corazón estaba motivada por la frialdad e indiferencia religiosa que embargaba la región del Berry, y Francia entera. Funda así la Congregación de los Misioneros del Sagrado Corazón (MSC). La apertura de su corazón a la Iglesia universal, llevó al P. Julio Chevalier a colaborar en las misiones lejanas. Así, el año 1881 sale el primer grupo de MSC a la misión de Melanesia y Micronesia, que la Santa Sede confiaba a la pequeña Congregación. El compromiso misionero de la Congregación se extendió al resto del mundo incluido el Continente Latinoamericano.
  5. Federico Augusto Kaiser Depel (Dülmen, Westfalia), 24 de mayo de 1903 - 26 de septiembre de 1993, Misionero del Sagrado Corazón (MSC) en Perú, prelado de Caravelí, obispo titular de Berrea, fundador de la Congregación de las Misioneras de Jesús, Verbo y Víctima. Tiene introducida su Causa de canonización. Debido a la imposibilidad de atención sacerdotal de los pueblos de la sierra andina, aislados y carentes de seguimiento, ideó una Congregación de religiosas misioneras: la Congregación de las Misioneras de Jesús Verbo y Víctima (MJVV), fundada como Pía Unión el 22 de junio de 1961, hoy de derecho pontificio. Su misión es atender pastoralmente las comunidades más alejadas y totalmente carentes de seguimiento sacerdotal, dependiendo del obispo para lo referente a la cura de almas. Para la fundación el P. Kaiser contó con la permanente colaboración de la Madre Therese Bonefeld Wilibrordis Griese, también proveniente de las religiosas MSC, que se convirtió en cofundadora.
  6. El origen de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, españolas. Rafaela Porras y Ayllón (1850-1925) aconsejada por su director espiritual, Antonio Ortiz de Urruela, entró en el noviciado de la Sociedad de María Reparadora junto con su hermana Dolores. En 1877 Rafaela y otras quince hermanas de la comunidad dejaron el noviciado, con la autorización del cardenal Juan de la Cruz Ignacio Moreno y Maisonave, arzobispo de Toledo y primado de España, e iniciaron juntas un nuevo camino que llevó a la fundación de la Congregación de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, cuyo fin sea «la consagración plena al Señor y la misión al servicio incondicional de la Iglesia». A partir de entonces la fundadora fue conocida como Rafaela del Sagrado Corazón y se convirtió en la primera superiora general.
    Algunos conflictos que se presentaron al interno de la Congregación, llevó a Rafaela a dimitir del cargo de superiora, y vivió relegada a la soledad, en el convento pero apartada del resto de la comunidad. Las Esclavas del Sagrado Corazón recibieron la aprobación diocesana el 14 de abril de 1877, fecha considerada por las hermanas como la fundación de la Congregación. En 1886, obtuvieron el primer decreto pontificio de reconocimiento y, al año siguiente, fue aprobada definitivamente por la Santa Sede el 29 de enero. Las "Constituciones" fueron aprobadas el 15 de septiembre de 1894.
    Desde los primeros años, las esclavas se expandieron rápidamente a otras ciudades de España. A partir de 1921 se abrieron las primeras casas fuera de ella, a saber: Italia, Inglaterra, Argentina, Perú y Cuba y luego en Estados Unidos, Bolivia y Chile. Rafaela del Sagrado Corazón fue beatificada por el papa Pío XII en 1952 y canonizada por el papa Pablo VI en 1977.
  7. Ramón Zubieta nació en Arguedas (Navarra) el 31 de Agosto de 1864. Fue educado en un hogar y un ambiente social en que la religión era parte fundamental del quehacer de la vida diaria. Entra en la Orden de los Predicadores en 1881 en el convento de Ocaña, de la Provincia dominicana de Filipinas, dedicada primordialmente a la Evangelización misionera en Filipinas y China. Completó su formación teológica en Manila, donde fue ordenado sacerdote en marzo de 1889. De inmediato inició su trabajo misionero, tratando de establecer contacto con los peligrosos grupos de tagalos e igorrotes, sufriendo una dura prisión y peligrando su vida durante dieciocho meses. En 1901, apenas conseguida su liberación, y regresando a España fue elegido para poner en marcha el nuevo Vicariato Misionero en el sur-oriente peruano, asignado a la Orden Dominicana por la Sagrada Congregación para la Propagación de la Fe.
    El 21 de Febrero de 1902 desembarcó en Lima con dos frailes españoles, los Padres José Mª Palacio y Francisco Cuesta. El P. Zubieta y sus dos compañeros tenían ante sí, y para ellos solos, un variado y complicado territorio, predominantemente selvático, de 130.000 Km2, situado en torno a la cuenca de dos grandes ríos: el Urubamba y el Madre de Dios. En ese amplio territorio estaban dispersos alrededor de veinte mil selvícolas, que por lo general evitaban el contacto con cualquier presencia extraña a los de su grupo. A partir de 1906 llegan otros grupos de dominicos españoles a esta misión. El 4 de julio de 1913, el Papa san Pio X crea el Vicariato Apostólico del Urubamba y Madre de Dios, nombrando como primer Vicario a Monseñor Ramón Zubieta. Su vida es expresión de la total entrega a la misión, como indicará a la M. Ascención Nicol, cofundadora con él de la Congregación de las Misioneras Dominicas del Rosario. En 1913 fue consagrado obispo en Roma, y nombrado primer Vicario Apostólico de las Misiones de Santo Domingo del Urubamba y Madre de Dios. Ese mismo año fundó la Congregación de las Dominicas del Santísimo Rosario. Para la nueva congregación adquirió el Convento del Patrocinio de Lima. En 1919 fundó la revista Misiones Dominicanas, que recogerá documentos de inestimable valor para reconstruir la historia del Vicariato. [Notas del escrito de Fr. Angel Perez Casado OP, Monseñor Ramón Zubieta].
  8. Henri Grouès, más conocido como el Abate Pierre o El ángel de los pobres, (Lyon, 5 de agosto de 1912 – París, 22 de enero de 2007), fue un sacerdote católico francés, miembro de la Resistencia, y diputado en la Asamblea de la IV República, fundador en 1949 del movimiento Emaús (traperos de Emaús), una organización de lucha contra la exclusión, la pobreza y el drama de quienes estaban sin techo, a la intemperie, muriendo por exposición al frío del invierno de París. Su llamado y el movimiento que inició tuvieron repercusión mundial.
  9. Teresa de Calcuta ( Skopie, Macedonia—; 26 de agosto de 1910- Calcuta, India; 5 de setiembre de 1997), nombre secular Agnes Gonxha Bojaxhiu, universalmente conocida como Madre Teresa de Calcuta, religiosa albanesa, naturalizada en la India, fundó la congregación de les Misioneras de la Caridad en Calcuta en 1950. Fue beatificada por el papa san Juan Pablo II, habiendo sido también aprobado un milagro realizado por su intercesión en la India en una mujer en estado terminal de vida tras un grave tumor maligno en el útero; fue canonizada por el papa Francisco el 4 de setiembre de 2016, tras la aprobación científica y teológica de una milagro realizado en Brasil con un enfermo en estado terminal de su salud. Fue galardonada con el Premio Nobel en 1979 y el más alto galardón civil de la India, el Bharat Ratna, en 1980, por su trabajo humanitario y otros muchos reconocimientos internacionales. Su carisma es continuado por las Hermanas y los Padres de la Caridad por ella fundadas/dos.
  10. Maryknoll es una Sociedad o Instituto para las Misiones “ad gentes” (sigla M.M.), Instituto clerical de vida apostólica de derecho pontificio, fundado en los Estados Unidos en 1911. Su nombre deriva del lugar donde se encuentra la sede central del Instituto en Ossing (Nueva York), que literalmente se traduce «Colina de María». Desarrollará su actividad apostólica en el Lejano Oriente de Asia, China, Japón, Corea, América Latina y África. La familia de Maryknoll comprende hoy dos Institutos: el de sacerdotes y hermanos laicos, y el de religiosas.
  11. La Sociedad Misionera de San Columbano fue fundada formalmente en 1918 por los sacerdotes irlandeses Edward Galvin y John Blowick y toma su nombre de San Columbano, misionero irlandés del siglo sexto que evangelizó varios países de Europa.
  12. Cf. JEFREY KLAIBER, S.J., La Iglesia en el Perú: su historia social desde la independencia. Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo Editorial 19963.
  13. Estas notas sobre esta presencia de los misioneros combonianos en el Perú están tomadas de: MANUEL AUGUSTO LOPEZ FERREIRA, mccj, Missionari Comboniani: 150 anni di storia e missione, Missionari Cobmoniani, Roma 2017, 225-229.
  14. Pedro José Luis Francisco Javier Poveda Castroverde vivió entre 1874 y 1936. Nació en Linares (Jaén, España) en una familia numerosa y creyente en la que recibió una educación cristiana y comprometida. Nombrado canónigo del Santuario de Covadonga (Asturias), en 1906, pasa a Jaén en 1913. Funda en Covadonga (diócesis de Oviedo), en 1911, la Institución Teresiana, a la que dedicó gran parte de su vida. En 1921 se traslada a Madrid, y obtiene la aprobación pontificia de su Obra por el papa Pio XI en 1924.
    Fue fusilado por los milicianos del Frente Popular durante la Persecución anticatólica en la España de la II República en 1936. Fue beatificado por el papa san Juan Pablo II el 10 de octubre de 1993 y canonizado como mártir por el mismo Papa en Madrid el 4 de mayo de 2003. La Iglesia católica recuerda su memoria el 28 de julio. San Pedro Poveda Castroverde, humanista y pedagogo, tal como lo calificó la UNESCO en el centenario de su nacimiento, vivió las inquietudes de la gran crisis de valores y de formas de vida de principios del siglo XX. Fue un exponente de esa estrecha minoría cristiana preocupada por formular los principios básicos de una antropología, capaz de liberar al hombre de toda forma de enajenación y de rechazo a la trascendencia. El compromiso de Pedro Poveda con esta corriente de pensamiento constituye el fondo más profundo de sus Proyectos Pedagógicos.
  15. Romolo Carboni (Fano, 9 mayo 1911 – Fano, 2 septiembre 1999), arzobispo y nuncio apostólico en varios países, entre otros Perú nombrado el 2 septiembre 1959. Entre sus actividades en la Curia romana tuvo el encargo por parte de Juan Pablo II, como establecido en la constitución apostólica Ut sit del 28 de noviembre de 1982, de llevar cumplimiento la erección del Opus Dei como prelatura personal el 19 de marzo de 1983.
  16. Las Misioneras combonianas (antiguo nombre “Pías Madres de la Nigrizia”) fueron fundadas por San Daniel Comboni, el reconocido apóstol del mundo africano y primer obispo de África Central, el 1 de enero de 1872 para servir como hermanas misioneras entre “los más pobres y desheredados de la tierra”. Fue la primera comunidad religiosa que penetró en el interior del Continente africano; algunas de sus primeras misioneras en África sufrieron un duro cautiverio de 10 años bajo el dominio de los fundamentalistas islámicos del llamado Mahdi sudanés (1882-1899). Su presencia misionera apostólica se ha ido extendiendo desde África al mundo árabe en el Medio Oriente, Europa y América en unos 30 países con casi 200 comunidades religiosas.
  17. Javier Miguel Ariz Huarte, OP, (Pamplona, 9 de julio de 1910-Lima, 30 de septiembre de 1995), dominico, obispo. Nacido en Pamplona; Monseñor Ariz, ingresó a la Orden de Predicadores , siendo ordenado sacerdote el 5 de agosto de 1934. El 21 de febrero de 1952 fue nombrado Vicario coadjutor apostólico de Puerto Maldonado y Obispo Titular de Bapara, recibiendo la ordenación episcopal el 22 de mayo del mismo año. El 27 de mayo de 1959 es nombrado Vicario apostólico de Puerto Maldonado. En 1953 Monseñor Javier Ariz funda la Asociación de Misioneros Seglares con el propósito de llevar mujeres a la selva para que se dedicaran a labores educativas. Así nació la RESSOP, Red Escolar de la Selva del Sur Oriente Peruano. A él se debe el desarrollo humano integral de buena parte de aquellas regiones amazónicas. El 26 de abril de 1980 fue nombrado Obispo auxiliar de Lima, arquidiócesis de Perú, siendo Arzobispo de Lima Mons. Juan Landázuri Ricketts. Fallece en Lima el 30 de septiembre de 1995.
  18. La Asociación Peruana de Misioneros (APM) es una comunidad de laicos católicos solteros y casados con vocación misionera, que buscan su propia perfección cristiana viviendo en comunidad, dedicando su vida a la Evangelización y a la actividad misionera de la Iglesia Universal. Es una Asociación de Derecho Diocesano de fieles laicos. Inicia sus actividades en Abril de 1976. Los Padres de Maryknoll a través de su Superior Regional P. Gerardo McCrane, formalizan el nombramiento del Padre Tomás Garrity para que se encargara de llevar a cabo el proyecto de la Asociación, luego el entonces Cardenal de Lima Juan Landázuri Ricketts sugiere que se le ponga como nombre Asociación Peruana de Misioneros.(Cf. Misioneros. El portal de los “Misioneros de habla hispana: apmvocacion@hotmail.com
  19. La mayor parte de los datos en este Apéndice son tomados del Directorio Eclesiástico (Secretariado de la Conferencia Episcopal) para los años 1984, 1987 y 1993. Datos proporcionados por la Oficina de Estadísticas, Conferencia Episcopal, Lima.


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©Revista Peruana de Historia Eclesiástica, 6 (1998) 213-225; con puesta al día de algunos datos a 2019