FRANCISCANOS en Chile

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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PROVINCIA FRANCISCANA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD DE CHILE

Cuando el capitán Pedro de Valdivia conquistó, pacificó y fundó el Reyno de Chile, solicitó al Rey de España Don Felipe II religiosos franciscanos para cristianizar estas tierras. Este envió Real Cédula al Ministerio Provincial del Perú, con fecha en Valladolid de 4 de septiembre de 1551. El prelado obediente a lo que se mandaba, despachó para Chile una misión encabezada por fray Martín de Robleda, como custodio, Juan de Torrealba, Cristóbal de Rebanera, Juan de la Torre y el hermano lego Francisco de Frenegal, los cuales llegaron a Santiago del Nuevo Extremo el 1 de octubre de 1553.

El regidor Juan de Alderete les donó un solar y una ermita que poseía al pie del cerro de Santa Lucía donde habitaron por ocho meses. Luego se trasladaron a la ermita de Nuestra Señora del Socorro, propiedad de Pedro de Valdivia. Lugar donde se encuentra hoy el Convento Grande de la misma advocación, que conserva en su altar mayor la primera imagen de la Virgen María traída en su cabalgadura por el mismo conquistador. El 5 de junio de 1572 se puso la primera piedra de la iglesia actual; se abrió al público el 23 de septiembre de 1594 y se la concluyó del todo en 1618.

Desde 1553 a 1584 los franciscanos se dedicaron a su trabajo pastoral. Pero al ver que sobrepasaba sus fuerzas enviaron a fray Martín de Robleda a España en busca de nuevos contingentes. Conseguido esto y antes de marchar a Indias, el rey le presentó a Roma para obispo de Chile, más falleció repentinamente en Europa. En cuanto los misioneros pisaron el país iniciaron una pronta labor fundacional creando las doctrinas de Penco, Valdivia, Mancera, La Serena, Osorno, Angol, La Imperial, Villarrica, Chiloé, San Francisco de Mostazal y Chillán.

En 1565 la Orden celebró en Valladolid su XC Capítulo General y en él se decretó la desmembración de la Provincia de los Doce Apóstoles del Perú, originándose entonces la Provincia de la Santísima Trinidad de Chile, el 1 de enero de 1571. Con esto dejaban sus religiosos de depender de las autoridades de la Ciudad de Los Reyes. El primer Ministro Provincial fue creado en la persona de fray Juan de Torralba. En ese mismo año los religiosos establecieron en Osorno el Monasterio de la Buena Enseñanza, de hermanas de la Venerable Orden Tercera de la Penitencia, llamado de la “Isabelas” el que aportó notablemente a la cristianización de los naturales.

De entre 1622 y 1746 se fundaron las doctrinas de Quillota y de Malloa, los conventos de Valparaíso, de Mendoza y de San Juan, las conversiones de Colocorto y Huamacache y las doctrinas de San Pedro de Alcántara, de Tucapel, Curimón, Maquehua, Higuerillas, Huerta del Maule, Talca, Cauquenes, Los Ángeles, Melipilla, Rancagua, Copiapó, San Fernando y otras más. El año 1678 por influencia del obispo de Santiago fray Diego de Humansoro, se erigió en Santiago el Colegio Mayor de Estudios de San Diego de Alcalá, establecimiento en que no solo se educaban los jóvenes aspirantes al sacerdocio, sino, también, laicos.

En sus más de dos siglos de existencia, la universidad seráfica formó a varios de los ideólogos de la Independencia. En 1663 el maestre de campo Nicolás García Henríquez y su esposa María de Ferreyra, acaudalados vecinos de la capital del reyno, fundaron en una de sus muchas propiedades inmuebles, el convento de Frailes Descalzos de Santa Recolección de Nuestra Señora de la Cabeza. Durante veinte años construyeron los edificios del claustro, iglesia y demás dependencias, entregándoles además los medios necesarios de subsistencia con la sola condición de que esa casa debía de estar siempre ocupada de religiosos recoletos, de acuerdo a lo estipulado en la reforma impuesta por San Pedro de Alcántara en el siglo XVI.

En el siglo XVIII siguieron llevándose a cabo otras tantas fundaciones, como lo fue el Convento de Nuestro Padre San Francisco de El Monte para instalar ahí otra Recoleta. Durante esa época se produjo la enojosa cuestión entre los frailes de origen peninsular y los de origen criollo, concerniente al gobierno de la Provincia. Esa disputa se zanjó creando un sistema de alternativa de oficios entre ambas parcialidades, y esa solución duró pacíficamente hasta 1814. El 13 de noviembre de 1768 el Rey de España Don Carlos III dictó en Madrid una Real Cédula, por la cual ordenaba la Reforma de las Ordenes Regulares, en especial en lo tocante a la relajación religiosa y los estudios. En 1789 tocó implantarla en Chile al Visitador General fray Tomás de Torrico, el que fue resistido porque este no comprendió los usos y costumbres de la Provincia, acrecentando los roces entre las antes mencionadas parcialidades.

Durante la Patria Vieja (1810-1814) los criollos tomaron ventajas sobre los frailes peninsulares y esto se revirtió con la Reconquista Española del Reyno de Chile, pues el español fray Tadeo Cosme destituyó al Ministro Provincial Buenaventura de Aránguiz, iniciando con él una serie de violencias, prisiones y destierros contra todo fraile criollo que no obedeciera su gobierno ilegal. Situación que se mantuvo presente hasta 1817 en que la batalla de Chacabuco puso a la cabeza del Estado a los patriotas, con el Libertador Bernardo O’Higgins como Supremo Director. Si bien bajo este mandatario la Provincia gozó de pacífica armonía y exitoso devenir, la abdicación de O’Higgins en 1823 trajo al gobierno nacional a los liberales que desde el principiomostraron su antipatía por los regulares, lo cual culminó con las leyes concernientes a su Reforma.

De acuerdo con esto, las nuevas autoridades pasaron a confiscar todos sus bienes y tomar en sus manos su administración. Pero si esto tenía como fundamento que los religiosos terminaran con la relajación y se ocuparan solamente de lo pertinente a sus órdenes, la situación de desamparo que se vivía al interior de los conventos, en que muchas veces no había ni para comer, hizo que los religiosos buscaran en la calle lo que no tenían en el claustro. En lo que concierne a la Provincia Franciscana de la Santísima Trinidad, cabe señalar que gracias a las gestiones llevadas a cabo por el Ministro Providencial fray Joseph Xavier de Guzmán, gracias a los muchos méritos patrióticos del prelado finalmente los seráficos obtuvieron que sus bienes le fueran devueltos.

Por este tiempo se llevó a cabo la Visita Apostólica del visitador Giovanni Muzi, que dejó como resultado una estela de innumerables exclaustraciones, al punto que la Orden de San Francisco estuvo al borde de desparecer de Chile. No cabe duda que de no haber existido en dicho momento una persona de las excepcionales características del Padre Guzmán, esto se hubiese llevado a cabo. Más su atinado proceder restauró la observancia en la Orden y reorganizó la Provincia. Sin embargo, poco tiempo después las desavenencias entre los moradores del Convento de Frailes Descalzos de Santa Recolección de Nuestra Señora de la Cabeza se hicieron insostenibles, por lo cual el Venerable Definitorio hubo decretar su cierre.

Ante esto los descendientes del fundador solicitaron a la justicia la devolución de aquel inmueble, de acuerdo a la letra de la Escritura de Fundación y Donación. Asunto que se resolvió amigablemente en la década de 1840 con la reapertura de la Recolección. En vista de que la Provincia de la Santísima Trinidad padecía de escases de religiosos, a partir de la mitad del siglo XIX se solicitó al Ministerio General auxiliara a Chile con nuevos contingentes, viniendo al país sendas misiones desde Castilla y Génova las cuales coadyudaron a sus hermanos chilenos a llevar a la Orden Seráfica al estado de constante progreso, tal cual se había visto en los siglos precedentes. Imposible sería dejar cuenta aquí de las múltiples contribuciones que los hijos del “Pobrecillo” han prestado a la Nación, pero cabe decir al menos que muchos de ellos cuentan hasta hoy día con el imborrable recuerdo de sus obras imperecederas.

Bibliografía

  • Archivo Histórico de la Provincia Franciscana de la Santísima Trinidad de Chile.
  • OLIVARES, Luis, La Provincia Franciscana de Chile 1553 a 1700 y la Defensa que hizo de los Indios, sin datos de imprenta, Santiago de Chile, 1961, 400 pp.
  • RAMÍREZ RIVERA, Hugo Rodolfo, Un Ilustrado Chileno. El Doctor Fray Joseph Xavier de Guzmán y Lecaros (1759-1840). La Provincia Franciscana de Chile entre el Ocaso del Antiguo Régimen y los Indios de la República, J. M. Impresor, Santiago de Chile, MCMXCV, 436 pp.
  • BARRIOS VALDÉS, Marciano, Presencia Franciscana en Chile. Sinopsis Histórica 1553-2003, Alfabeta Artes Gráficas, Santiago de Chile 2003, 379 pp.


HUGO RODOLFO RAMÍREZ