FRANCISCANOS DEL PERU; Defensores de los nativos

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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Evangelización: el tema discutido

Los misioneros que realizaron la evangelización del Nuevo Mundo creyeron que había varios modos de predicar el Evangelio a los infieles, según el grado de cultura de los mismos. Tenían en su apoyo la historia de la Iglesia, pues el cristianismo no se había propagado exclusivamente por medios del todo pacíficos, ni por medio del convencimiento racional de cada convertido. La predicación al estilo apostólico, sin acompañamiento alguno de fuerza, representaba un ideal, acariciado también en América, y de hecho ensayado con distinto éxito en varios lugares.

Y de todas las Órdenes religiosas que intervienen en la evangelización de América, ninguna tuvo la exclusiva de ningún método en particular: todas fueron evangélicas a su modo. La teoría y la práctica misionales tienen un amplio fondo común, representado por la naturaleza misma de la misión evangelizadora, las normas dictadas por la Iglesia y en el caso concreto de América, por la política del regio patronato de la Corona de España. No pudo haber por tanto grandes diferencias de método, como a veces se dice entre las distintas Órdenes religiosas. Aunque ello no invalidó ciertas tendencias en cada Orden misionera, de acuerdo con el tiempo y lugar. Por ello advertía el jesuita José de Acosta: “No se deben señalar unas mismas normas para todas las naciones de indios, si no queremos errar gravemente”.

Lo mismo cabría decir de los franciscanos, pues su actuación no fue siempre uniforme en todas partes, y tuvieron amplia libertad para pensar y actuar. Por lo general, los franciscanos enfocaron los problemas con finalidades prácticas y buscaron soluciones concretas y posibles, aunque no falten algunos casos de extremistas.

Lo que nadie admite hoy, o por lo menos los más entendidos, es que los franciscanos llegaron a América con ansias de un «utopismo mesiánico» que impregnó el alma hispanoamericana casi hasta el presente, como quiere el historiador argentino-mexicano Enrique Dussel. Pero a renglón seguido se contradice y se expresa así: “El pathos de la Orden del Poverello tuvo siempre la característica de una aceptación de la situación dada, sin propuestas proféticas o de ruptura -como la de ciertos dominicos o jesuitas— pero de un fiel servicio al pueblo en sus cualidades y aún en sus defectos”.[1]

¿En qué quedamos: si vino con un «utopismo mesiánico», lista para romper con todos los esquemas europeos de misionar, cómo enseguida añade que “aceptó la situación dada, sin propuestas proféticas o de ruptura”?

Para probar que la Orden Franciscana en el Perú sí tuvo propuestas proféticas o de denuncia, es que queremos dar a conocer cómo salieron en defensa del indio a través del tiempo. Fue la norma general de todos, escribieron verdaderas denuncias proféticas, dignas de figurar en cualquier antología de la teología profética de América. La teología profética no sólo es la que se escribió denunciando injusticias, sino también la que se vivió en la práctica, es decir, la de aquellos que estuvieron siempre al lado del más débil, aunque no escribieran nada.

Aquí solamente queremos escoger algunos textos significativos que nos muestran claramente su pensar y actuar. Los problemas que se les plantearon a los misioneros en general fueron múltiples, y a todos tuvieron que dar soluciones teóricas y prácticas, como fueron sobre la capacidad del indio, la justificación de la Conquista, la guerra justa, la evangelización pacífica, repartimientos y encomiendas, las reducciones y pueblos de indios, la esclavitud, los servicios personales y trabajos forzados, diezmos y tributos, el buen trato, agravios y remedios. Y a todo esto estudiar los métodos y medios de promoción humana, social y evangelizadora. Sobre todos estos temas veremos aquellas denuncias sobre el buen trato del indio, que fueron muchas desde el inicio de la colonización y continuaron a través de los siglos XVI, XVII y XVIII.

LOS FRANCISCANOS DEL PERÚ ANTE LAS CONQUISTAS Y GUERRAS CIVILES (1534-1548)

El ajusticiamiento de Atahualpa,[2]constituyó una especie de sacudida de las conciencias, que dio lugar al nacimiento de una clara corriente antibelicista. El Padre Marcos de Niza, que se le tiene como al primer franciscano llegado al Perú, lo criticaba duramente, a juzgar por el Memorial escrito sobre ella en 1537, cuando ya estaba en México.[3]Por su parte, el también franciscano Juan de San Filiberto afirmaba de sí mismo que en el Perú fue “crudamente perseguido por la tiranía pizarreña” por predicar públicamente la justicia de Dios y del emperador.[4]

La rebelión de Gonzalo Pizarro, iniciada en 1544, amenazó por un tiempo el normal progreso del Perú; más la llegada del presidente La Gasca marcó el comienzo de nuevos adelantos para el Perú y los franciscanos; fue el organizador de la vida política y religiosa de la Colonia[5]. Durante la rebelión algunos franciscanos habían servido a La Gasca de espías en territorio controlado por los rebeldes; estos fueron los padres Luis de Oña, Jerónimo de Villacarrillo y Francisco de Morales. Al enterarse de ello Francisco de Carbajal,[6]el «demonio de los Andes», les desterró y amenazó con matarlos.[7]


La «defensa franciscana» fue defender los derechos naturales de los indígenas

La pretendida «utopía franciscana» consistió, pues, en defender al indio de los atropellos de los poderosos, lo que hicieron con denuncias oportunas a las autoridades. Ello suavizó en algo el encuentro y posterior trato entre españoles y naturales. Pero fue sobre todo su amor al indio y su espíritu evangélico el que les confirió a los misioneros una gran autoridad entre los naturales, como lo expresan los conocidos elogios del quechua Felipe Huamán Poma de Ayala hacia los franciscanos.

Por ello podemos concluir con estas expresiones del sacerdote e historiador español Don Melquíades Andrés Martín: “No parecen constituir las guías fundamentales de su obra la utopía de Tomás Moro, ni el milenarismo de [Gioacchino de] Fiore. Van a predicar el evangelio y a llevar el modo franciscano de vivirlo como respuesta de fe a la llamada de Dios. Se trata de una entrega absoluta a Dios y a los indios, basada en la fe. Su fe es la guía, su espiritualidad el Evangelio y la Regla sin glosa ni dispensa. Viven su antropología o modo concreto de ser hombres y religiosos”.[8]

Este decidido apoyo en favor de los indígenas les valió a los franciscanos una gran simpatía de parte del pueblo en general. Esa simpatía creció al advertir los naturales que los hijos de San Francisco frecuentemente compartían en todos sus usos y costumbres pobres: no sólo predicaban la pobreza, sino que vivían como pobres y con los pobres. Eso creó un vínculo de profunda hermandad moral y espiritual con los religiosos. Por eso pudo escribir con toda razón el gran pensador Víctor Andrés Belaunde,[9]que “de todas las Órdenes, ninguna estuvo más unida a las clases populares que la franciscana”.[10]


NOTAS (del DHIAL)

  1. E. DUSSEL, Historia general de la Iglesia en América latina. Introducción general. Salamanca, 1983, I, 55-553; L. GÓMEZ CAÑEDO, Evangelización y conquista, experiencia franciscana en Hispanoamérica. México, 1977.
  2. Atahualpa (1502-26 de julio de 1533) fue el último Inca (Emperador).Tras derrotar a su hermano, heredero legítimo, según consta, en una lucha fratricida, se convirtió por breve tiempo en el último Sapa Inca (soberano emperador) del Tawantinsuyu (Incario) antes de la conquista española. Francisco Pizarro lo captura en noviembre de 1532 y lo instrumentaliza en la conquista del Imperio Incaico. Atahualpa ordena el asesinato de su hermano Huáscar en Jauja. Pizarro ordena la ejecución de Atahualpa, bajo la excusa de aquel asesinato, acabándose así el imperio incaico.
  3. Fray Marcos de Niza (c. 1495- 25 de marzo de 1558). Acompañó la primera expedición española hacia Perú y Guatemala. Más tarde trabajará en la Nueva España, a petición del virrey Antonio de Mendoza. Será uno de los primeros frailes franciscanos que acompañaron a los españoles en sus exploraciones del norte de México y en el sur de los actuales Estados Unidos (Arizona, Nuevo México, entre otros lugares). Fue superior provincial franciscano en México.
  4. P. BORGES,Historia de la Iglesia en Hispanoamérica y Filipinas, Madrid, BAC, 1992, I, 657.
  5. Gonzalo Pizarro Alonso (Trujillo, España, ca. 1510 - Cuzco, Virreinato del Perú, 10 de abril de 1548), conquistador, hermano paterno menor de Francisco Pizarro y uno de los principales actores de la Conquista del Perú y de las guerras civiles entre los conquistadores. Encabezó la Gran Rebelión de Encomenderos de 1544 contra la Corona española, en protesta por la dación de las Leyes Nuevas. Fue nombrado Gobernador del Perú (1544-1548). Derrotado por Pedro de la Gasca, en la batalla de Jaquijahuana (9 de abril de 1548), fue apresado, enjuiciado, condenado a muerte y decapitado.
  6. Francisco López Gascón (Rágama de Arévalo, Castilla, 1464 – Llanura de Jaquijaguana, cerca del Cuzco, Virreinato del Perú, 10 de abril de 1548), conocido como Francisco de Carvajal o Francisco Carbajal, actuó en la Nueva España y en el Perú. Fue buen estratega, incansable soldado aún durante los años de su vejez, y a la vez hombre muy cruel, por lo que fue conocido como «el demonio de los Andes». Durante la guerra civil entre los conquistadores de Perú se rebeló contra la Corona española y sus autoridades enviadas a Perú, siendo finalmente derrotado en la batalla de Jaquijahuana. Poco después fue apresado y ejecutado en la horca, teniendo entonces 84 años de edad.
  7. A. TIBESAR, Comienzos de los franciscanos en el Perú, Lima, 1991, p. 55.
  8. M. ANDRÉS MARTIN, Nuevo planteamiento de la utopía franciscana en México, Extremadura en la evangelización del Nuevo Mundo; actas y estudios. Madrid, 1990, p. 289; Idem., En torno a las últimas interpretaciones, Pamplona, 1990, II, 1368. Planes de la primitiva acción evangelizadora franciscana, en Evangelización y teología en América, (siglo XVI), Pamplona, 1990, II 315-316.
  9. Víctor Mario Rafael Andrés Belaúnde Diez-Canseco (1883-1966), humanista, jurista, diplomático, político, intelectual, escritor y educador peruano. Católico y humanista, fue el principal integrante de la "Generación del 900" (junto con Francisco García Calderón Rey y José de la Riva-Agüero y Osma), al igual que José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre. Destacó como una de las voces más importantes en la reflexión de la sociedad peruana. También llegó a ocupar la presidencia de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
  10. A. TIBESAR, Comienzos de los franciscanos en el Perú. Lima, 1991, p. 15.

BIBLIOGRAFÍA

BORGES, P. Historia de la Iglesia en Hispanoamérica y Filipinas, Madrid, BAC, 1992

DUSSEL, E. Historia general de la Iglesia en América latina. Introducción general. Salamanca, 1983

GÓMEZ CAÑEDO, L. Evangelización y conquista, experiencia franciscana en Hispanoamérica. México, 1977.

TIBESAR, A. Comienzos de los franciscanos en el Perú. Lima, 1991

VV.AA. Evangelización y teología en América, (siglo XVI), Pamplona, 1990,


JULIÁN HERAS, O.F.M.