EL BIEN PÚBLICO; Periódico uruguayo

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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El 1º de noviembre de 1878 apareció «El Bien Público», periódico que representó durante casi un siglo la voz de los católicos uruguayos. Esta postura religioso-ideológica desde la que escribían sus redactores, ocasionó al diario muchos inconvenientes, debidos, en particular, a los crecientes embates secularizadores y laicistas que comenzaban a manifestarse en el país.

Precisamente «El Bien Público», junto a otras iniciativas previas – el periódico «El Mensajero del Pueblo» (1871), el Club Católico de Montevideo (1875), el Liceo de Estudios Universitarios (1877)- configuraron un frente común de defensa al catolicismo.

Las múltiples dificultades obligaron a los directores de «El Bien Público» a cambiar, en algunos casos, la denominación del periódico. En 1885, bajo el gobierno del general Máximo Santos debió aparecer con el título de «El Diario Católico» o «El Bien», ya que el dictador, a raíz de un artículo publicado en su contra y redactado por el connotado intelectual y director del periódico Juan Zorrilla de San Martín, secuestró oficialmente el título del diario.[1]

Importantes figuras de la sociedad católica decimonónica apoyaron al periódico para volverlo sostenible en el tiempo, desde el punto de vista ideológico y económico. Nombres como los del ya citado Juan Zorrilla de San Martín, su primer director, Francisco Bauzá, Francisco Durá, Juan D. Jackson, Hipólito Gallinal, José Luis Antuña, fueron algunos de los benefactores con los que el periódico contó desde sus primeros años.

En ese contexto de enfrentamiento con posturas “modernas”, racionalistas, liberales, positivistas, cuestionadoras del catolicismo, cada vez más difundidas entre la clase política e intelectual uruguaya, el entonces muy joven Juan Zorrilla de San Martín publicó en el primer ejemplar de «El Bien Público» una carta-programa, en la que establecía los objetivos de la publicación: “la idea católica responde nuestro llamado […] recojo de manos de los buenos la bandera del catolicismo, la que siempre amé con la ternura con que se ama un recuerdo de la infancia y con la varonil entereza con que se adora la esperanza del porvenir de gloria […] siempre he tendido a definir mi credo de modo de no dar lugar a dudas ni admitir conciliaciones imposibles en el mundo inmutable de los principios”.[2]

Ese espíritu militante de la causa católica, que el primer director señalaba en el origen, se mantuvo en el tiempo. Sus editoriales y artículos sobre los temas más candentes de debate hicieron del diario católico una tribuna de difusión de ideas, transformándose en “la voz” oficial de la Iglesia Católica en el Uruguay, junto a otras publicaciones más tarde, como el boletín eclesiástico denominado «La Semana Religiosa». Ello significó para el diario no pocos conflictos, en particular con la prensa opositora: con los diarios protestantes «El Evangelista» y «La Idea» con los racionalistas espiritualistas «El Siglo» y «La Razón», y con el batllista anticlerical «El Día», entre otros.


Su carácter confesional y muy escaso tiraje condujeron al cierre de «El Bien Público» en 1963. Sin embargo, entre febrero de 1965 y enero de 1971, el diario católico reapareció como un diario moderno, en formato tabloide, impreso en sistema offset de composición e impresión en frío, bajo la denominación de BP Color. Mantuvo su orientación católica, alineado con las propuestas renovadoras del Papa Juan XXIII, al punto de que la editorial tomó el nombre del citado pontífice. Integraron su Directorio importantes figuras públicas locales como el Dr. Juan Vicente Chiarino, el Dr. Alberto Gallinal, Carlos Fernández Goycochea, Gral. (R) Tydeo Larre Borges, Nicolás Duran y Veiga, el Ing. Daniel Ferrés y Homero Echegoimberry. El director, responsable también de este nuevo rumbo del periódico, fue César Luis Aguiar, secretario ejecutivo de la Unión Latinoamericana de la Prensa Católica.

A pesar de los esfuerzos realizados, la creciente inestabilidad económica que vivía el país, no fue ajena a la situación del diario. Ello determinó que el 13 de enero de 1971 saliera el último número de la edición diaria del periódico.[3]

NOTAS

  1. (Álvarez Ferretjans, 536).
  2. (Álvarez Ferretjans, 229).
  3. (Álvarez Ferretjans, 538)

BIBLIOGRAFÍA

ÁLVAREZ FERRETJANS, Daniel, Desde la Estrella del Sur a Internet. Historia de la Prensa en el Uruguay, Montevideo, 2008

BIANCHI, César, La influencia de BP Color en la prensa uruguaya, Memoria de grado en Ciencias de la Comunicación, Universidad Católica del Uruguay, Montevideo, 2002

FARAONE, Roque, La prensa de Montevideo; estudio sobre algunas de sus características, Montevideo, 1960

FERNÁNDEZ Y MEDINA, Benjamín, La imprenta y la prensa en el Uruguay: desde 1807 a 1906, Montevideo, 1900.


CAROLINA GREISING