EGUIARA Y EGUREN, Juan José de

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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(México, 1696; México, 1763) Sacerdote, Filósofo, Humanista y Catedrático

José Juan Eguiara y Eguren fue uno de los primeros pensadores que salieron a desmentir los infundios de la “Leyenda Negra”, defendiendo y resaltando la importancia de la cultura novohispana la cual, en los inicios del siglo XVII, se encontraba en pleno desarrollo. Con ello fue también uno de los formadores de la noción de nacionalidad mexicana.

De familia Vasca, nació en la capital del Virreinato de Nueva España en febrero de 1696; sus primeros estudios los realizó con maestros privados, ingresando posteriormente al Colegio de San Ildefonso y posteriormente a la Real y Pontificia Universidad de México. En 1709, con sólo trece años de edad obtuvo el grado de bachiller en artes; el 30 de junio de 1715 alcanzó el grado de Doctor en Teología. Para 1723 obtuvo en propiedad la cátedra de Vísperas de Filosofía y en 1747 fue nombrado Rector de la Universidad. Cinco años después se le designó obispo de Mérida, pero rechazó el nombramiento debido a su ya quebrantada salud, renunciando también por tal motivo a la rectoría de la Universidad, para dedicarse por entero a la elaboración de su magna obra «Bibliotheca mexicana».

Desde finales del siglo XVI, varios personajes europeos hostiles a la Iglesia Católica como Teodor de Bry (1528-1598) y Cornelio de Pauw (1739-1799), habían escrito diferentes obras para denostar a España, pero sobre todo para denigrar la obra que la Iglesia realizaba en América. Buscando dar mayor fuerza a sus infundios, intentaron establecer una supuesta inferioridad de toda la naturaleza americana, abarcando desde su flora y su fauna hasta la de todos los habitantes americanos. Esas obras serían el origen de la llamada “leyenda negra”, asumida acríticamente por muchos. Tal fue el caso paradójico del español Manuel Martí, Deán de Alicante, quien publicó unas «Epístolas» en las cuales afirmaba que en América, pero especialmente en la Nueva España, no había instituciones educativas ni personas que quisieran estudiar.

Juan José Eguiara y Eguren era ya un destacado catedrático de la Real y Pontificia Universidad de México cuando llegaron a sus manos dichas «Epístolas», y para canalizar sabiamente su justificada indignación por semejantes calumnias, decidió refutarlas mediante escritos bien fundamentados. Casi inmediatamente escribió un ensayo sobre la Universidad de México, llamándola “«insigne entre las más célebres del orbe» y nombrando a 200 graduados sobresalientes”. Pero Eguiara entendió lo que dice el refrán “calumnia, que algo queda”, y se avocó a preparar una obra de mayor empaque que refutara mejor a la “leyenda negra”.

“Durante los siguientes años, Eguiara preparó una réplica más amplia y contundente a Martí, «con el fin de aniquilar, detener, aplastar y convertir en aire y humo la calumnia levantada contra nuestra nación» (…) Eguiara se comunicó con colegas de todo el virreinato con el objeto de prevenirlos sobre los insultos de Martí y recabar datos acerca de los escritores de cada región. Estas redes de comunicación alcanzaron las lejanas regiones de Sonora y Yucatán y llegaron hasta Guatemala, Caracas y Cuba. En 1755 Eguiara publicó un grueso tomo titulado «Bibliotheca mexicana» que consistía de dos partes: 20 prólogos que formaban la respuesta a Martí y una bibliografía de autores «mexicanos», nombre que decidió aplicar a todos los habitantes del virreinato y no solo a los indígenas o a los moradores de la ciudad y el Valle de México. Ocho de estos prólogos versaban sobre «nuestra historia», refiriéndose a los logros culturales de los indios mexicanos antes y después de la Conquista. Otros diez de los prólogos contenían información sobre los «mexicanos» no indígenas que se habían destacado como literatos, así como descripciones de las instituciones educativas de la «América mexicana», término que usaba en lugar de Nueva España. Por primera vez, la historia cultural de la región se concebía como un proceso continuo, desde 1325 hasta 1755, incluía indios y criollos y se desarrollaba en un espacio geográfico grande, cuyo nombre era precisamente América mexicana”.

La investigación llevada a cabo por Eguiara abarcaba ya más de dos mil autores para el año 1747, los que junto a sus «prólogos» que él llamó «Anteloquia», hicieron de su “Bibliotheca mexicana” una verdadera «summa» de la cultura mexicana. Pero Juan José Eguiara únicamente alcanzó a ver publicado el primer tomo de su magna obra, pues falleció en la ciudad de México el 29 de enero de 1763. Las honras fúnebres en su honor tuvieron lugar en la Universidad y en la Catedral, donde sus restos mortales fueron depositados.

El volumen publicado abarca de la letra «A» a la «C». El resto de la obra quedó en un manuscrito que llega a letra «J», pero ese manuscrito se encuentra en la Universidad de Austin, Texas, probablemente confiscado por las tropas norteamericanas que capturaron la ciudad de México en 1847.


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