CULTURAS PRECOLOMBINAS; Los pueblos en Norteamérica

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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Según antropólogos modernos, todas las evidencias halladas hasta la fecha −comienzos del siglo XXI− apuntan a que el ser humano no es originario del continente americano sino de Asia y que arribó en oleadas sucesivas hace unos 15 000 años. De las múltiples hipótesis que se han elaborado para explicar la llegada del hombre a América, la que parece con mayor consistencia y aceptación por la ciencia antropológica es la que señala al Estrecho de Bering como el lugar por el que pasaron de Asia a América.

Se llama Estrecho de Bering al canal marítimo situado entre el Cabo Dezhnez en la Rusia asiática, y el Cabo Príncipe de Gales en Alaska; dicho canal tiene tan solo 83 kilómetros, además de que a la mitad hay dos islas: la Gran Diomede y la Pequeña Diomede. Entre los meses de noviembre y mayo el mar se congela formando una capa de hielo por el que, sin mucho peso, se puede pasar caminando.

Tal sería el lugar por el cual los primeros habitantes arribaron al Continente americano, quienes buscando climas más benignos, fueron bajando hacia los trópicos entre los cuales se desarrollarán las culturas más prósperas. Quienes se quedaron más al norte formaron pueblos nómadas, de menor número y desarrollo.

Desde un ángulo antropológico cultural, el Continente americano precolombino suele dividirse al menos en unas 18 grandes áreas o regiones: 1) Esquimal o ártica; 2) Subártica; 3) Del Noroeste; 4) de la Gran Cuenca; 5) De las Praderas; 6) Del sureste; 7) Californiana; 8) Del Suroeste; 9) Mesoamérica; 10) Del Caribe; 11) Amazónica; 13) Del Brasil Oriental; 14) Andina Central; 15) Del Gran Chaco; 16) Andina Meridional; 17) Pampeana; y 18) Patagónica. Mostraremos una lista de algunos de los pueblos originarios que habitaban el norte de América que los europeos encontraron al momento de su llegada.

Cultura Muscoqui

Mejor conocidos como «esquimales», la cultura muscoqui a la cual pertenecían los pueblos Miut, Aggo-miut, Akuduir-miut y Oko-miut, fueron los habitantes situados más cerca del Estrecho de Bering. Fue el explorador danés Vitus Bering (1681-1741) quien al servicio de una expedición rusa, en 1725 descubrió el Estrecho que desde entonces lleva su nombre, y quien tuvo el primer contacto con los esquimales.

Para afirmar el dominio que sobre Alaska tenía Rusia, en 1784 la zarina Catalina «la grande» ordenó que en la Península de Kamchatcka se estableciera asentamiento de rusos, que tuvieron una relación muy marginal con los esquimales, ya que estos eran nómadas, difultando establecer con ellos cualquier comunicación.

Los esquimales seguían las migraciones de animales -caribíes, osos, focas, etc.- los cuales cazaban para su alimentación, además de que con sus pieles hacían sus vestidos que les proporcionaban eficaz abrigo. Para sus tiendas de campaña también las pieles de los animales les eran de gran utilidad. La cultura Muscoqui usaba los huesos para fabricar armas y herramientas, y fueron hábiles tallando figurillas con el marfil de los colmillos de focas y morsas.

Cultura Iroquesa

La siguiente cultura precolombina ubicada más al sur, en las márgenes del río San Lorenzo, fue la de los Iroqueses. Aunque también fueron nómadas que vivían de la caza y de la pesca, por las condiciones climáticas acostumbraban permanecer largos periodos en un mismo lugar habitando en casas de madera; de hecho, el nombre de «iroques» significa en su lengua «casa larga» pues entre tres o cuatro familias construían la casa que habitarían durante el invierno. Poco a poco fueron asentándose más tiempo en un mismo lugar y pasaron a ser seminómadas.

En esa situación se encontraban cuando se dieron los primeros contactos con los europeos franceses que arribaron a principios del siglo XVII. En 1608 Samuel de Champlain fundó la ciudad de Quebec. La influencia de los colonos franceses, especialmente en la enseñanza del cultivo del maíz, permitió consolidar los asentamientos iroqueses, formando una «Liga» entre los indios Mohawk, Odondaga, Oneida. Seneca, Cayuga y Tuscaroa.

Su organización social era «matrilineal» pues se basaba en «clanes» gobernados por un consejo de mujeres encargado de mantener la armonía y de realizar los acuerdos comerciales. Las «casas largas» se techaban con tejas de corteza y tenían orificios que permitían entrar la luz y salir el humo de dos o tres hogueras que mantenían cálida la habitación. Profesaban una religión totémica pues adoraban imágenes de animales talladas en madera, pero después muchos iroqueses abrazaron el catolicismo. Al contacto con los españoles muchos se dedicaron al pastoreo de ovejas, las que fueron introducidas por los misioneros.

Culturas Navajo

Las inmigraciones hacia el sur llegaron hacia el siglo XIII a los actuales territorios de Colorado, Utah, Arizona y Nuevo México, y fueron llamados «apaches de Navajo» por los primeros exploradores españoles que tomaron contacto por ellos en los principios del siglo XVII.

Fueron pueblos nómadas, recolectores y cazadores; sus vestidos eran principalmente de piel de venado, la que también utilizaban para sus tiendas de campaña. En invierno protegían los pies y piernas con polainas de yuca y unos mocasines de piel de tejón. Las lenguas que hablaban los Navajo, en cuanto parecen tener una raíz en los grupos originarios de las riberas del lago Athabasca, se les llama «lenguas atapascanas» siendo estas más de 30; las principales son el apache, el chipewyan y el propiamente navajo.

Su religión politeísta se centraba en la naturaleza, atribuyendo «espíritu» a los animales, aves, reptiles, así como al viento, la luz y las tormentas. Tenían una gran variedad de ceremonias en la que acostumbraban a pintarse el cuerpo con arcillas de variados colores. Los dioses más importantes eran el sol y su consorte a la que llamaban «mujer araña» y sus dos hijos gemelos, además de un grupo de deidades antropomórficas. Fueron de los pocos pueblos precolombinos que no practicaron sacrificios humanos.

Cultura Kiowa

En las planicies de Texas, Oklahoma y el este de Nuevo México se estableció la Cultura Kiowa cuyos principales grupos fueron los «Comanches», los «Siux» y los «Crow». Fueron pueblos nómadas que seguían a las manadas de bisontes de los cuales se alimentaban. Usaban como vivienda unas tiendas cónicas llamadas «tipi», hechas de pieles de venado y bisonte y sostenidas por palos de madera.

Su principal deidad era el sol y en su honor practicaban una Danza con la que consideraban lograr una unión espiritual entre toda la tribu. No practicaron sacrificios humanos. Cuando a inicios del siglo XVII los españoles introdujeron el caballo en Norteamérica llegando a reproducirse en grandes manadas, los comanches -al igual que los apaches- se convirtieron en hábiles jinetes y su nomadismo y belicosidad la pudieron practicar a mayores distancias.

Cultura Dakota

Los dakotas fueron una tribu que habitó los bosques de Minnesota, especialmente a las orillas de los lagos. Por las condiciones geográficas fueron seminómadas pues además de la pesca y la recolección de frutas cultivaron el maíz y el frijol, y a semejanza de los iroqueses también vivían en casas construidas con madera.

Al igual que otros pueblos precolombinos de Norteamérica, fabricaban su vestimenta con pieles de diversos animales como conejos, venados, alces, coyotes. El primer contacto que los Dakota tuvieron con los europeos fue con el misionero jesuita francés Paul Le Jeune, cuan este exploró el territorio de Minnesota alrededor de 1630. La introducción del ganado lanar y caballar mejoró enormemente su modo de vida.

Cultura Cherokee

El pueblo Cherokee habitó los territorios de los actuales Estados del Sureste de los Estados Unidos (Georgia, las Carolinas, Tennesse y Virginia). Pertenecieron a la familia lingüística iroquesa; la palabra «cherokee» significa «que viven en las montañas». En continua guerra con los iroqueses se tuvieron que desplazar hacia los Montes Apalaches, los cuales son una barrera natural entre la costa atlántica y las tierras bajas, donde pudieron aislarse hasta la llegada de los europeos, siendo su primer contacto con el explorador español Hernando de Soto en 1539.

En las montañas Apalaches vivieron en casas rectangulares que cubrían con cortezas de árboles. Vivían de la caza de osos, ciervos, venados, castores que abundaban en los bosques de su entorno inmediato, volviéndose sedentarios y desarrollaron una incipiente agricultura de maíz y calabazas, así como artesanías de cerámica.

Cultura Anasazi

La cultura precolombina de Norteamérica más desarrollada fue la «Anasazi», pues a diferencia de las otras en esa parte del Continente, fue la única que llegó a tener arquitectura, con construcciones hechas a base de ladrillos de barro y piedra con techumbres de vigas que llegaron a tener hasta cinco niveles, a los que se accedía mediante escaleras.

Construyeron sobre plataformas altas con propósitos defensivos pues frecuentemente eran atacados por los navajo, formando aldeas que florecieron en el mismo sitio; por tal razón a esta cultura se le conoce generalmente como « indios pueblo» (en su lengua, «anasazi» significa «pueblo»). Los anasazi se asentaron en el territorio de Nuevo México en los siglos XIII al XV.

La aldea-pueblo más antigua es Acoma (pueblo de la piedra blanca), en el centro del actual Estado de Nuevo México, a la que hoy se le atribuye ser la población habitada más antigua de los Estados Unidos. Los « indios pueblo» incluyen a los «hopi», los «zuñi» y los «jemes», cada uno de ellos de lengua distinta.

Construyeron ingeniosos sistemas de irrigación, cultivando principalmente maíz. Sus obras de cerámica manifiestan su interés por la astronomía y la astrología; el culto al sol fue su principal rasgo religioso.

Fue la expedición del novohispano Juan de Oñate la que en 1585 estableció contacto con los anasazi, fundando la población de San Gabriel el 18 de agosto de 1598 sobre las ruinas abandonadas de una aldea-pueblo.

BIBLIOGRAFÍA

DEMALLIE, Raymond J. Handbook of North American Indians: Plains (Vol. 13). Washington, D.C.: Smithsonian Institution.

FINGER, John R. Cherokee Americans: The Eastern Band of Cherokees. University of Tennessee Press, 1991

MALAURIE Jean. Los esquimales del Polo. Los últimos reyes de Thulé. Grijalbo, Barcelona 1981.

NAVARRO GARCÍA Luis. La conquista de Nuevo México. Ediciones de Cultura Hispánica del Centro Iberoamericano de Cooperación, Madrid, 1978


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