CHIAPA DE CORZO

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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Las montañas y selvas donde se encuentra situado geográficamente el actual Estado de Chiapas han dificultado enormemente su comunicación con otras regiones a lo largo de su historia. Esas condiciones geográficas acentuaron enormemente el aislamiento de sus habitantes en la época prehispánica, lo que se tradujo, entre otras consecuencias, en una muy baja densidad demográfica.

Al inicio de la época virreinal el aislamiento prosiguió a pesar las indicaciones de las autoridades virreinales: “…aunque en 1540 se ordenó agrupar a los indios y se fundaron pueblos, muchos de ellos fueron abandonados por estar en lugares insalubres…[1]Algunas de las poblaciones que sobrevivieron y pudieron desarrollarse poco a poco fue Chiapa de Corzo, fundada el 1° de marzo de 1528 por el capitán español Diego de Mazariegos. En sus inicios los habitantes fueron casi exclusivamente de la etnia de los soctones, pues los pocos españoles y criollos de la región preferían vivir en San Cristóbal↗, población distante sólo 60 kilómetros, pero con un clima mucho más benigno por estar situada a 1900 metros sobre el nivel del mar y no a los 400 en los que se encuentra Chiapa de Corzo.

Las condiciones de aislamiento favorecían los abusos de algunos españoles para con los indios y, para poner un freno a esos, en 1552 la Corona española decidió que Chiapa de Corzo dependiera directamente de ella; por tal motivo tomó el nombre de Pueblo de la Real Corona de Chiapa de Indios. El nombre «de Corzo» se le agregó en 1881 en honor al liberal Ángel Albino Corzo, nacido en Chiapa en 1816 y quien durante la Reforma↗ participó en la redacción de la Constitución de 1857.

Entre las consecuencias de la protección especial que la Corona tuvo para con Chiapa de Indios, fue haber dotado a la población con agua potable, para lo cual se construyó una fuente que es el monumento más representativo de la ciudad. De ella Toussaint escribe: “Entre las fuentes coloniales primitivas más importantes que conservamos debe mencionarse la de Chiapa de Corzo, en el estado de Chiapas, y que presenta la forma de templete, construida en ladrillo como las obra mudéjares, y fue terminada el año de 1569 a iniciativa de fray Rodrigo de León.”[2]

Con el arribo de los frailes dominicos↗ a Chiapa de Indios en 1554, fray Pedro de Barrientos construyó el Templo de Santo Domingo de Guzmán, que es conocido como “la Iglesia grande”, de estilo barroco, e inició también la construcción del Convento de los Dominicos, el cual, desamortizado en 1857 al igual que todos los conventos de México, fue convertido en cárcel. Restaurado entre los años de 1986 y 1992, actualmente es un «Centro Cultural».

Notas

  1. Amerlinck María Concepción. Las Iglesias barrocas en el sureste. El Arte Mexicano, tomo 6. SEP-Salvat, segunda edición, México 1986, p. 909
  2. Toussaint Manuel. Arte Colonial en México. UNAM, México, 1990, p. 15

Bibliografía



JUAN LOUVIER CALDERÓN