ARRANGOIZ Y BERZÁBAL, Francisco de Paula

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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(Jalapa, 1812; Madrid, 1899) Diplomático e historiador.

Francisco de Paula Arrangoiz y Berzábal nació en la ciudad de Jalapa en el año de 1812, donde recibió una buena educación. Desde joven incursionó en la política de la Nación y el presidente de la República Manuel de la Peña (septiembre-noviembre de 1847) lo nombró ministro de Hacienda, cargo en el cual fue ratificado en 1848 al tomar el poder José Joaquín de Herrera.


Posteriormente Antonio López de Santa Anna, paisano suyo, lo designó agente especial para solicitar a Juan N. Almonte el dinero que éste había recibido por la venta del territorio de La Mesilla y con él pagar a los acreedores del Gobierno mexicano. Como existía la posibilidad de que Almonte se negara a entregarle el dinero, Santa Anna le dio a Arrangoiz credenciales para acreditarlo como Cónsul General de México en Washington, lo cual no fue necesario pues Almonte le entregó el dinero. Como “agente especial”, Arrangoiz cumplió el encargo y en las cuentas que rindió a Santa Anna, con honestidad señaló que, en cuanto no era funcionario público, por sus servicios tomó una comisión del 1% sobre algunos de los pagarés (la comisión usual por servicios de cobranza en esos tiempos era del 2%). Santa Anna no estuvo de acuerdo y calumnió a Arrangoiz quien le rebatió públicamente, escribiendo desde Nueva York en 1855 un Manifiesto a sus conciudadanos y amigos.


Cuando en 1864 se instauró el Segundo Imperio, al igual que la mayoría de la población Arrangoiz lo celebró enormemente, pues en los cuarenta años de vida republicana que llevaba México (1824-1864), el balance objetivo era aterrador: el país había pasado por tres regímenes federales y dos centralistas; había tenido tres constituciones y sufrido 240 rebeliones, cuartelazos y pronunciamientos armados con sesenta cambios de manos en la presidencia de la República; había perdido la mitad del territorio nacional a manos de los Estados Unidos que ambicionaban aún más; y los bienes de la Iglesia habían sido lastimosamente dilapidados, lo que se tradujo en la desaparición de todas las escuelas, colegios, universidades, hospitales, asilos, orfanatos, etc.[1]


No es de extrañar entonces que Arrangoiz ofreciera sus servicios al emperador Maximiliano de Habsburgo, quien lo designó embajador del Imperio Mejicano ante los gobiernos de Inglaterra y Bélgica. Pero muy pronto Arrangoiz se decepcionó de Maximiliano y renunció a sus cargos, pues la política implementada por el emperador siguió los mismos derroteros de la de Benito Juárez y los liberales republicanos. “Al principio fue decidido partidario de Maximiliano, mas cuando éste se mostró liberal en las cuestiones eclesiásticas, (Arrangoiz) rompió para siempre.”[2]


Tras su renuncia fijó su residencia en Madrid donde de inmediato se dedicó a escribir sus Apuntes para la historia del segundo imperio, una obra valiosa para comprender ese periodo de la historia mexicana y que fue publicada en 1869, apenas dos años después de la caída del imperio de Maximiliano. Posteriormente redactó su obra Méjico desde 1808 hasta 1867, escrita en cuatro volúmenes, donde describe minuciosamente la anarquía sociopolítica que prevaleció en México en el siglo XIX. Esta obra de Arrangoiz, censurada por los gobiernos liberales y revolucionarios, permaneció casi desconocida del público mexicano hasta que la editorial Porrúa hizo dos ediciones de ella en el año de 1968. Francisco de Paula y Berzábal falleció en Madrid en 1899.


Obras:


Apuntes para la historia del segundo imperio

Méjico desde 1808 hasta 1867


Notas

  1. Cfr. Schlarman, capítulos XV a XVIII
  2. Orozco Farías, p. 322


Bibliografía

Enciclopedia de México. Tomo I. México, 1993 Orozco Farías, Rogelio. Fuentes Históricas México 1821-1867. Progreso, México, 2 edición, 1965 Schlarman Joseph. H.L. México, tierra de volcanes. Porrúa, México, 14 ed.1987.


JUAN LOUVIER CALDERÓN