LA GAZETA DE MÉXICO
DIARIO DE NOTICIAS Manuel Antonio Valdés, lanzó la Gazeta de México en 1784, con la aprobación del Virrey Matías de Gálvez, hermano del Ministro universal del Consejo de Indias. La Nueva España seguía en plena actividad de las reformas carolinas. La noticia de la firma de la Paz de París (1783), por la que Inglaterra había devuelto a España la Florida y Honduras, había difundido un cierto optimismo entre los mexicanos. Fue un momento propicio para iniciar la publicación del periódico.
Impresor de profesión, Manuel Antonio Valdés era sólo un aficionado a la literatura. Mientras que para Alzate, clérigo con patrimonio familiar estable, y para Bartolache, docente en Ciencias, sus revistas (Diario Literario y Mercurio Volante, respectivamente) constituían una actividad extra en pro del progreso de la Patria, para Valdés, el periódico debería permitirle sacar adelante su familia. En el contexto reformista, sólo podría consolidarse un periódico que se identificara con las líneas trazadas desde Madrid.
El autor de la Gazeta siguió esta pauta: dedicó el periódico al Virrey y publicó los documentos oficiales emanados desde Madrid y desde la corte virreinal y el ayuntamiento de la ciudad. El periódico de Valdés se propuso difundir las noticias de la Nueva España en el área del Virreinato. Daría a conocer los sucesos novedosos y los que tejían la vida novohispana, siguiendo el modelo de las anteriores Gazetas. Incluiría avisos de ventas o compras, pérdidas y hallazgos, etc. Agradecía las críticas que se le enviasen.
Desde el inicio dio una dimensión histórica al periódico: Manuel Antonio Valdés aunque "no era historiador general del Reino", se propuso hacer de La Gazeta un documento de la vida novohispana para la posteridad; además, publicaría artículos de las Gazetas anteriores para rescatarlos de olvido. Valdés solicitó de sus lectores el envío de noticias; el editor sería sólo "amanuense" e impresor.
Planteó el periódico con una base económica que garantizara la edición. Antes de iniciar la publicación abrió una suscripción para cubrir los costes. Además, obtuvo del gobierno virreinal el uso del correo oficial entre las provincias y la capital mexicana; de este modo bajaba los costes de transporte y garantizaba la puntualidad de las entregas. La Gazeta saldría cada 8 ó 15 días.
El periódico fue bien acogido desde los distintos lugares de la Nueva España. Se publicó durante veintiséis años (1784-1809); la colección completa consta de 20 tomos, con un total de 616 números, sin incluir los Suplementos. Las noticias enviadas por los lectores desbordaron pronto la extensión prevista. Ya el 25 de febrero de 1784 se publicó un Suplemento, con las noticias que no se habían podido incluir en el número ordinario; como el Suplemento sobrepasaba el presupuesto, los suscriptores deberían abonar su coste para recibirlo.
La aparición de artículos científicos se inició en La Gazeta del 21 de abril de 1784, con una colaboración sin firma titulada Observación física. Varios meses después se publicó un Suplemento a la Gazeta de 5 de mayo de 1784, con un artículo de Alzate en que se declara autor del artículo anónimo anterior. Ese Suplemento fue costeado por su autor. A partir de ahí el editor de la Gazeta, que se dice "iletrado", publicó como Suplementos artículos eruditos escritos por el equipo de especialistas de la ciudad. Ante el interés científico de los lectores, Valdés decidió ofrecer la redacción del periódico a Antonio de León y Gama, reservándose las relaciones con los colaboradores externos y la impresión. León y Gama trabajó en la Gazeta sólo dos meses; el número del 6 de octubre de 1784 informa que sus ocupaciones le impedían continuar; Manuel Antonio Valdés la volvería a tomar para sí "si los lectores le siguen enviando noticias”.
Se aprecia el buen hacer de León y Gama. En la Gazeta del 11-VIII-84, pedía que las noticias llegaran "firmadas y bien circunstanciadas", ya que el periódico "no es otra cosa que una verdadera Historia, para lo futuro, de los acontecimientos presentes". En el Suplemento de la Gazeta del 11 de agosto de 1784 da noticia de la impresión de las Fábulas en verso de Felix Ma. Samaniego, compuestas para uso del Real Seminario Bascongado de Vergara, "obra divertida, curiosa y celebrada en la Nación y la primera que se ha publicado de Fábulas en verso castellano".
Valdés se manifiesta en su actuación como hombre de empresa. Anunciaba, por ejemplo, en la Gazeta sus proyectos editoriales y otros que consideraba de interés. En el número del 20 de octubre de 1784, anticipaba la reimpresión de obras literarias valiosas. Para facilitar la difusión recurrió de nuevo a establecer un convenio con la administración pública.
Esta vez lo hizo con la Estafeta principal de correos que reducía los costes del transporte, permitiendo difundirlas fuera de la ciudad de México, único modo de garantizar la tirada ya que la capital del virreinato "no proporciona compradores con que pueda costearse”.
CONTENIDO E IDEAS DE LA GAZETA DE MÉXICO
A través de las noticias que difundió La Gazeta de México, transmitió un proyecto cultural. A diferencia de las revistas de Alzate y Bartolache, el periódico de Valdés abierto a cuantos desearan colaborar con sus noticias, proporciona una panorámica del universo variado que componía la sociedad alfabetizada del México ilustrado.
La Gazeta presenta a la Nueva España como una región que progresa. México es descrito como la "joya preciosa del Soberano Carlos [III]; (... ) se halla en el auge mayor de la grandeza, pudiendo no sólo competir con muchas Cortes de la Europa, sino ser envidiada por ellas". Índice del auge novohispano era el incremento de su población a pesar de las epidemias, las sequías y las hambrunas.
Aparece en la Gazeta una sociedad activa y trabajadora. Hay un equipo de especialistas de ciencias y artes que están al día de los progresos que vienen de Europa y, en ocasiones, avanzan propuestas que las mejoran. Se percibe la actividad de hombres de empresa que inician nuevos proyectos. Los que envían noticias al periódico desde lugares diversos se aplican a la observación para contribuir al desarrollo del país.
Así llegan al público novedades de fenómenos naturales, remedios contra las enfermedades, técnicas que se han demostrado eficaces, cultivos que han dado buen resultado, ingeniosas soluciones para implementar la producción minera y la seguridad del que la trabaja. Estas noticias son pautas que invitan a aplicarlas en otros lugares y que animan al intercambio de experiencias entre diversos lectores.
Ahora bien, esa sociedad habita en un medio golpeado por desastres e inclemencias naturales. Hay una abundante mendicidad que vive de la limosna. Las reformas procurarán canalizar hacia el trabajo a este sector social, exceptuando a los impedidos por vejez o enfermedad. La puesta en marcha de soluciones como el Hospicio de pobres proporcionará trabajo y disciplinará a esos grupos. Las continuas construcciones públicas -calzadas, fuentes, acueductos, enlosado de las calles de la ciudad, alumbrado de la capital- dieron trabajo abundante.
Periódicamente la Gazeta publicaba datos estadísticos del movimiento económico señalando su incremento o, en algún caso, su recesión. Se recogía el volumen de productos que llegaban periódicamente a los puertos (Veracruz y Jalapa), lo recaudado anualmente por el Tribunal de Cuentas, el oro y la plata labrados en la Casa de la Moneda, la producción anual de puros y cigarros en la Real Fábrica de Tabaco. El periódico se alegra de la libertad de comercio entre las regiones de América.
Se percibe la escasez de moneda, mal endémico del Virreinato, en lo arduo de sacar adelante el periódico y los libros que se publican. De tanto en tanto se da noticias de algún homicidio y de robos; en alguna ocasión se reseñaba un robo sacrílego y se narran los actos de desagravio.
Todos los novohispanos en las diversas actividades debían contribuir al progreso de la región con un trabajo de calidad que exigía una preparación adecuada. La educación había de extenderse por el territorio y debería llegar a todos los novohispanos. El periódico recogió el incremento de instituciones docentes. Los progresos de las instituciones recientes de corte ilustrado -Jardín Botánico, el Colegio de Minería, la Academia de Bellas Artes, la Escuela Patriótica de Veracruz- el establecimiento de escuelas públicas gratuitas, y las de maestros particulares. Se anunciaban cartillas, el método para escribir de Palomares, elaborado por encargo de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, que se difundió en las escuelas, unas Máximas de buena educación, y la Guía de universidades.
Los Suplementos editaron artículos de matemáticas, de física, de botánica, de medicina escritos por Alzate y Bartolache, Velázquez de León, León y Gama, Morel. El periódico recibía noticias sobre los resultados obtenidos al aplicar algunos de los remedios y técnicas que aconsejaban los expertos.
Se percibe en el periódico el interés por la historia: se relata el descubrimiento de la pirámide de Tajin; se estaba preparando una Historia general y particular de América, la corona encargaba a la Gazeta transmitir noticias de geografía e historia natural del virreinato, y se recibían libros de historia americana y de la monarquía hispana.
Anunciaba la Gazeta dos obras: la Filosofía Moral para la Juventud española, de D. Andrés Piquer, y el Gobierno del hombre de negocios a quien las Ocupaciones disipan el tiempo. Se detecta la afición por la lectura de los mexicanos. Se anuncia la apertura al público de bibliotecas, entre ellas la de la Universidad de México. Se vendían bastantes obras de lengua y literatura. Además del Diccionario de la Lengua Castellana, de la Real Academia Española, se anunciaban dos gramáticas. Aparece una traducción de Virgilio hecha por Alzate.
Se oferta el Gil Blas de Santillana en su primitivo castellano y el Ingenioso hidalgo D. Quixote de la Mancha. Otros títulos recientes, como las Obras de Literatura y Elocuencia del Maestro de Oliva [Gregorio Mayans y Siscar], las Fábulas de Félix Ma. Samaniego en verso castellano compuestas para uso del Real Seminario Bascongado de Vergara.
Se anuncia la llegada del primer tomo de la Enciclopedia francesa traducida al castellano que había publicado con retraso por haber tenido que añadirse un comentario a un artículo peyorativo para la Nación española. Efectivamente, la voz «España» de la Enciclopedia escrita por Masson de Morvilliers, inició en 1782 la polémica sobre la ciencia en España. La Gazeta que salió con el apoyo de la Administración del Estado, publicaba los decretos reformistas de Carlos III; se congratuló con los que reportaban beneficio a la sociedad mexicana, como los que favorecían la educación, o la libertad de comercio, y se limitó a presentar a las que invadían el terreno del matrimonio, y a las regalistas que tildaban al clero de despotismo frente al Estado, apuntando así el periódico un cierto distanciamiento de esas medidas.
Anunció la Gazeta obras recientes legislativas y penales, la Instituta Civil Hispano Indiana, la Recopilación de Autos acordados por esta Audiencia, de Ventura Beleña, que salió publicado en ese momento, y el Discurso sobre las penas, de Manuel de Lardizabal y Uribe, manifestando la impronta jurídica del reformismo borbónico.
En la Nueva España, pasados diecisiete años de la celebración del IV Concilio provincial mexicano, seguía vivo el movimiento conciliar: se hallaba a la venta el Catecismo para uso de los Párrocos hecho por el IV Concilio Provincial mexicano; se disponía de una reimpresión de los decretos de Trento y se anunciaba el Diccionario de los Concilios Generales, Nacionales y Provinciales.
Publicó el periódico de Valdés abundantes noticias religiosas. No aparecían los bautizos, ni las bodas, sí la ordenación de clérigos que periódicamente se impartían y los sufragios de personas destacadas. El novohispano recurría con asiduidad a Dios, a la Virgen en múltiples advocaciones, aunque la de Guadalupe lleva la primacía, y a los santos patronos de pueblos y oficios. Se anunciaban los actos de culto: Misas conmemorativas en las solemnidades, actos eucarísticos, novenas organizadas por las cofradías o en honor de las devociones arraigadas en los fieles y en las que se predica con profusión.
El periódico relata con detalle las procesiones del Corpus Christi y de Semana Santa, en la que participaban las fuerzas vivas de la ciudad, también las autoridades públicas. Se celebraban con una Misa solemne los acontecimientos civiles destacados: coronación del nuevo monarca, nacimiento de los hijos de los reyes, toma de posesión del Virrey. Daba noticia de ceremonias con motivo de las canonizaciones y beatificaciones, especialmente de los santos hispanos y de la llegada de reliquias enviadas por el Papa.
Participaba el periódico a los lectores la concesión de indulgencias o privilegios otorgados por Roma. Publicaba la Gazeta los nombramientos de obispos y de prelados de las órdenes religiosas. Los obispos que aparecen en estos años del periódico son pastores que visitan sus diócesis, y practican la beneficencia ante las calamidades públicas. Aparecen datos significativos de construcción de iglesias, nuevos conventos, mejoras en los objetos del culto.
La Gazeta anunciaba devocionarios, entre ellos el Devocionario perfecto del Señor Obispo Bosuet (sic), que contiene la misa en castellano; se ofrecían varias ediciones de misales en castellano; se daba noticia de novenas, sermones, tratados de espiritualidad. El periódico constata personas con un empeño de espiritualidad; así los que integraban las Escuelas de Cristo extendidas por el virreinato, en sintonía con el espíritu del Oratorio de Felipe Neri.
Los primeros oratorianos mexicanos conectaron, a su vez, con la renovación espiritual impulsada por los minoritas de los Colegios de Propaganda Fide, entre los que destaca el misionero y asceta fray Antonio Margil de Jesús. También se relacionaron los discípulos de Felipe Neri con los jesuitas.
Las noticias de la congregación del Oratorio de San Felipe Neri que aparecen en la Gazeta, apuntan la función de los oratorianos como motor espiritual y educativo tras la expulsión de la Compañía. En San Miguel el Grande, en el Bajío, daban formación espiritual a personas de variadas circunstancias en su casa de ejercicios de Atotonilco; y en su Colegio de San Francisco de Sales, aprobado por Reales decretos de 1743 y 1753, llevaban a cabo una docencia renovadora. Tras la expulsión continuaron difundiéndose los escritos de los expulsos, y se mantuvo el culto a devociones muy relacionadas con los jesuitas, como la de la Virgen de la Luz.
El carácter informativo del periódico no se prestaba al debate teológico; sin embargo es significativo que entre los libros anunciados en La Gazeta, además de incluir obras de jesuitas, aparezca un libro de un agustino mexicano rechazando el supuesto pelagianismo del obispo de Hipona que algunos anti-jansenistas habían atribuido injustamente a San Agustín. En los títulos recogidos por el periódico de Valdés prevalecía una tendencia moral moderada más cercana a la Compañía y alejada del rigorismo jansenista, coincidiendo con la línea que reflejaban los debates del IV Concilio provincial mexicano de 1771.
Se estudiaba la moral por el Larraga. Anunciaba la Gazeta una obra apologética frente el deísmo que se extendía por Europa. El interés por la historia eclesiástica que se apreciaba en las noticias del periódico está presente en varios títulos. Se estudiaba el catecismo por el texto del jesuita De Ripalda, y el catecismo versificado Siestas dogmáticas, de Juan Antonio González de la Zarza.
La Gazeta refleja una expansión misionera; destaca la actividad evangelizadora del primer obispo de Sonora, Fr. Antonio Reyes, fundador de un colegio para indios en la zona del río Yaqui del que se da a conocer sus progresos; se publicó un catecismo bilingüe, en castellano y otomí, del franciscano Antonio de Guadalupe Ramírez. Constituyó una verdadera gesta: el misionero hubo de inventar las letras para transcribir los sonidos del otomí y el impresor debió encargar a Madrid los caracteres para poder imprimirlo.
Los artículos y noticias de la Gazeta de México, procedían de la observación de los novohispanos que enviaban sus hallazgos y experiencias; de los eruditos que escribieron para divulgar los conocimientos científicos y que animaban debates de opinión, y de la prensa exterior. Llegaba de España, la Gazeta de Madrid, de la que procedían ordinariamente las noticias de París, de Londres y de Berlín. Parece que llegaban a México periódicos satíricos de Madrid, como El Censor, el Correo de Madrid y el Diario Curioso Erudito. Se recibía y citaba la Gazeta de la Habana; y se citaba a la Gazeta de Guatemala. Aparecen noticias del periódico de Filadelfia y de las Efemérides Americanas, de Kingston (Jamaica) que revelan un aprecio por la América anglosajona.
El conjunto de noticias de la Gazeta proporcionaban al lector mexicano una alta valoración de su Patria. El periódico fomentaba el sentimiento criollo, el orgullo de la nación y de su cultura; late en él un patriotismo que aceptaba aún a las autoridades que gobiernan desde Madrid. La Gazeta tuvo una proyección educativa.