CATEDRAL DE MÉXICO

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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Historia

En 1524 las primeras autoridades españolas en México mandaron construir una iglesia a un lado del templo mayor de Tenochtitlán↗, aprovechando para ello las piedras del templo azteca; en 1529 con la confirmación episcopal de fray Juan de Zumárraga↗ esa iglesia se convirtió en la Catedral de México. “De acuerdo al juicio de residencia practicado a Cortés en 1529, un testigo afirma que se dispuso la construcción de la primitiva catedral durante la ausencia de Cortés por su viaje a Honduras, esto es, entre octubre de 1524 y junio de 1526 (…) Motolinia…proporciona básicamente la misma fecha cuando escribe en 1555 que la catedral tenía veintinueve años de construida.[1]

El Obispo Zumárraga no estaba satisfecho con esa iglesia y en 1537, con el permiso y apoyo de la Corona, emprendió la construcción de una más grande. “Mientras tanto, los muros de la vasta nueva catedral se levantaban alrededor de la vieja construcción, que no se demolió hasta 1624.”[2]Sin embargo, los nuevos muros empezaron a hundirse en el suelo cenagoso y la obra tuvo que suspenderse y fue hasta 1573 en que se reanudó la construcción de la nueva catedral. “Entonces no podía preverse que las obras se prolongarían casi dos siglos y medio hasta 1813, año en que como culminación de la fachada se colocó el reloj adornado con esculturas de Manuel Tolsá, si bien había habido una primera dedicación en 1636, estando todavía cubierta con madera.[3]Los monumentales órganos de la Catedral ↗ se instalaron, el primero en 1693, y el “órgano del Evangelio” en 1734.

La traza de la Catedral fue obra del arquitecto Claudio de Arciniega quien llegó a la Nueva España↗ alrededor de 1545 y a quien se le considera “el primer arquitecto que se preparó en América”[4]. Arciniega permaneció muchos años como maestro mayor en la construcción de la catedral; sin embargo, debido al largo tiempo que duró la obra, “muchos arquitectos intervinieron en la catedral. Entre los más destacados, además de Arciniega, podemos citar a Martín Casillas, Miguel de Agüeros, Alonso Pérez de Castañeda que entre fines del siglo XVI y principios del XVII tomaron decisiones referentes a la estructura. Ya entrado este último, sobresalen la actuación de Juan Gómez de Trasmonte y, en las portadas, la de Cristóbal de Medina.”[5]

Por la cantera gris con que fue construida y las dimensiones de la Catedral, ésta tiene un gran peso que, si bien la ha defendido de los frecuentes terremotos que asolan la ciudad de México, también ha favorecido su hundimiento en el subsuelo cenagoso donde fue edificada, provocando grietas, inclinación de columnas y otros serios problemas a su estructura. Para corregir los hundimientos, en 1993 se inició una sub-excavación para construir un innovador sistema de pilotes de concreto que corrigió los desniveles que eran de 240 cm para quedar en 83 cm.[6]La sub-excavación se dio por terminada en 1998.

El 17 de enero de 1967 un cortocircuito provocó un devastador incendio que destruyó el Altar del Perdón, gran parte de la sillería del coro, secciones importantes de los órganos monumentales↗, varias e invaluables pinturas como la de Nuestra Señora de las Nieves y la del Apocalipsis de San Juan, obra de Juan de Correa, y dejó ahumados y deteriorados retablos, esculturas y muchas otras pinturas.

Características

La planta es de cinco naves: una mayor, dos procesionales y dos más que alojan capillas. “La gran novedad que ofrece la catedral de México…es la diferencia de altura de sus naves: mayor la central, menores las procesionales y todavía de menor altura las de las capillas. Tal diferencia, con antecedentes muy viejos en la arquitectura occidental, ofrece la doble ventaja de proporcionar iluminación directa a todas las partes del edificio y permitir mayor altura, puesto que las naves menores apoyan a las mayores y se logra más estabilidad.”[7]

“Muy característicos de la catedral de México son los pilares y arcos (…) No importa al arquitecto romper la proporción clásica de las columnas, sino que alarga su fuste lo necesario para la altura del edificio (…) En este sistema de pilares compuestos, columnas y arcos, podemos distinguir el carácter manierista y ambivalente del edificio: utiliza elementos propios del repertorio renacentista, como suele hacer el manierismo, pero conforme al espíritu de ese estilo los altera con mucha libertad, al grado de producir efectos a veces más cercanos a los del estilo gótico que al clasicismo del Renacimiento.”[8]

Fachada, Torres y Campanario

El estilo de la fachada principal es de estilo «herreriano» en tránsito hacia el barroco; en ella hay tres relieves en mármol blanco: el central representa la Asunción de la Virgen María a cuya advocación está dedicada la Catedral; el del lado izquierdo muestra la entrega de las llaves a San Pedro, y el de la derecha la Barca de la Iglesia. En la parte superior está el reloj antes mencionado con las esculturas de Manuel Tolsá, las cuales representan a las tres virtudes teologales: en el centro la Fe, que sostiene una cruz; la Esperanza asida a un ancla, y la Caridad que sujeta a dos niños.

Las dos torres fueron la última parte de la Catedral en ser construida; se concluyeron una en abril y la otra en mayo de 1791 bajo la dirección del arquitecto Damián Ortiz. La forma de las torres es «herreriano» y cada cuerpo tiene, aparte de la gran campana que cuelga en el centro, veinte campaniles ocupadas por campanas menores. La campana más grande de la torre del lado del Empedradillo pesa aproximadamente 13 toneladas y fue fundida en 1578; está dedicada a la Virgen María.. En la misma torre se encuentra también la campana llamada “Santa María de los Ángeles” con un peso aproximado de una tonelada y fue fundida en 1616. Las campanas de la torre del lado del Sagrario fueron fundidas al concluirse las torres; la campaña mayor de esta torre fue llamada “Santa María de Guadalupe”; pesa aproximadamente 14 toneladas y fue obra del fundidor Salvador de la Vega. El arzobispo Núñez de Haro y Peralta la consagró el 8 de marzo de 1792 al pie de la torre, y cinco días después fue colocada en su lugar. “Se subió con una máquina de veinticuatro poleas de bronce y cuatro cabrestantes o sogas de lechuguilla y dos grúas a cuyos ejes se afianzaron los cabrestantes; las grúas las movían dando vuelta en torno dos hombres que andaban dentro de cada una de ellas, y causó admiración la facilidad con que subía y bajaba las veces que se hizo experiencia, y cuando se subió sin estrépito ni ruido, y lo que es más, sin peligro de los operarios. Dirigió la subida don J. Damián Ortiz, natural de la Villa de Jalapa, maestro de arquitectura de la santa iglesia catedral para la fábrica de las torres. Se estrenó la campana el día de Corpus, 7 dé junio de 1792 al toque de alzar en la misa mayor[9]

Cúpula

La cúpula original era un pesado cimborrio que no armonizaba con el conjunto de la obra; por ello Manuel Tolsá rehízo la cúpula eliminando la linternilla y, utilizando el casquete, abrió un anillo mayor sobre el cual edificó una plataforma circular y una nueva linternilla mucho más alta. “Dio así una terminación neoclásica a un edificio cuyo inicio había sido manierista y después había tenido un estilo barroco.”[10]

El Altar del Perdón

En el interior de la catedral llama la atención el Altar del Perdón, llamado así por estar situado exactamente atrás de la puerta principal que es la Puerta del Perdón. Este Altar es una extraordinaria y bellísima obra del arte virreinal realizado por el sevillano Jerónimo de Balbas y resultó seriamente dañado por el incendio de 1976; afortunadamente el Altar ha sido restaurado completamente. El Altar del Perdón es de estilo churrigueresco y todo el acabado está realizado con cubiertas de hoja de oro.

El Sagrario Metropolitano

El Sagrario, Parroquia de la Catedral, es un recinto anexo de estilo barroco en su exterior y clásico en su interior. Fue construido entre los años 1749 y 1768, diseñado y dirigido por el arquitecto andaluz Lorenzo Rodríguez La planta es de cruz griega y tiene dos portadas, una al sur y la otra al oriente, en las que están esculpidos los doce apóstoles, la Virgen María y otras figuras de mártires, santos y arcángeles; la fachada fue labrada en cantera blanca sobre muros recubiertos de tezontle rojo.

Notas

  1. Kubler George. Arquitectura mexicana del siglo XVI. Ed. Fondo de cultura económica, México, 1984, p.338
  2. Ibídem.
  3. Manrique Jorge Alberto. Las Catedrales. Historia del Arte Mexicano. Ed. SEP-Salvat, Tomo 6, segunda edición, México, 1986, p. 768
  4. Kubler, obra citada, p. 124
  5. Manrique, obra citada, p 769.
  6. Cfr. http://www.revista.unam.mx/vol.2/num2/proyec1/index.html
  7. Manrique, Obra citada, p. 769
  8. Ibídem, p.770
  9. http://eloficiodehistoriar.com.mx/2011/05/04/las-campanas-y-las-torres-de-la-catedral-de-mexico/
  10. Manrique. Obra citada, p.773

Bibliografía

  • Kubler George. Arquitectura mexicana del siglo XVI. Fondo de cultura económica, México, 1984
  • Manrique Jorge Alberto. Las Catedrales. Historia del Arte Mexicano. SEP-Salvat, Tomo 6, segunda edición, México, 1986


JUAN LOUVIER CALDERÓN