EXPANSIÓN MISIONAL. Rutas
PRÓLOGO
La táctica empleada por los misioneros americanos para difundir el Evangelio estuvo condicionada por las circunstancias políticas de cada momento, por el curso de los descubrimientos geográficos, por la índole de los pueblos a los que se proponían evangelizar, por las posibilidades de personal de cada Orden misionera, por la configuración geográfica de cada territorio y, por las exigencias del propio Evangelio.
Esta difusión, que en términos territoriales recibe el nombre de expansión, ofrece dos aspectos fundamentales: el de los sistemas de despliegue geográfico misional y el del curso crono geográfico de esa misma expansión.
SISTEMAS DE DESPLIEGUE MISIONAL
En los territorios evangelizados tras la anexión política por España mediante las conquistas armadas hasta 1573, aproximadamente (Antillas, gran parte de México y América Central, vertiente occidental de los Andes, altiplano boliviano, norte argentino y región central de Chile), el nativo no pudo ofrecer resistencia activa a la evangelización. Era libre para convertirse al cristianismo o para continuar en la infidelidad, pero carecía de medios para rechazar al misionero, y de hecho, fuera de casos esporádicos, no le opuso resistencia física. De ahí las características del despliegue evangelizador llevado a cabo en esos lugares.
Los misioneros se fueron estableciendo en los puntos que creyeron más convenientes, desde los cuales, practicando un auténtico «sistema de ocupación», fueron ensanchando paulatina y constantemente su campo de acción en forma de círculos concéntricos, hasta que, tocándose estos innumerables círculos, el territorio terminó siendo cristiano.
La ausencia de trabas por parte de los indios, el extraordinario fervor misional vivido en esta época del siglo XVI, la colaboración de las autoridades civiles, y la configuración geográfica de esos territorios fueron otros tantos factores que contribuyeron a que ese despliegue se realizara de una forma extraordinariamente rápida.
La suspensión cautelar de las conquistas armadas en 1549 y su definitiva prohibición en 1573 dieron lugar a que este sistema de «paracaidismo» y posterior expansión concéntrica se viera paulatinamente sustituido por otros tres, practicados simultáneamente, aunque en lugares distintos entre sí: el de las «bolsas», el de los «enclaves» y el de la «prolongación en cuña».
El sistema de «bolsas» consistió en la evangelización de determinados territorios geográficamente insertos en otros ya evangelizados con anterioridad, pero que, debido a su aislamiento geográfico, a la resistencia de sus habitantes o a otros factores cualesquiera, habían quedado inicialmente marginado de la evangelización, por lo que hubo que acudir a ellos más tarde. Fue el caso, por ejemplo, de los indómitos chichimecas mexicanos, de los habitantes de la región mexicana de Sierra Gorda y de las diversas tribus que en la primera mitad del siglo XVI quedaron olvidadas en el occidente colombiano y ecuatoriano, en el sur de Colombia y norte del Ecuador, en la cordillera peruana y en el norte argentino, cuya evangelización se realizó en diversos momentos de los siglos XVI y XVII, y en algunos casos aislados del siglo XVIII.
El sistema de «enclave» consistió en la evangelización de territorios aislados y hasta alejados geográficamente de los cristianizados en un momento anterior a los que se llegó en forma de salto y que durante algún tiempo permanecieron rodeados no de cristianos (como en el caso anterior), sino de gentiles. El sino de estos enclaves fue doble. Muchas veces no pasaron de simple intentos de evangelización de una comarca a la que con el tiempo hubo que abandonar ante la oposición de los indígenas, la muerte de los misioneros o la falta de apoyo, como sucedió con los intentos dominicos y franciscanos de evangelizar Cumaná de 1514 a 1521, con la célebre experiencia lascasiana de Verapaz (Guatemala) de 1537 a 1550 y con la mayor parte de las denominadas «conquistas pacificas» o sin armas, realizadas durante los años centrales del siglo XVI.
En otras ocasiones, estos enclaves constituyeron el punto de arranque de la definitiva expansión misional por ese territorio, como sucedió con las misiones jesuíticas del noroeste de México, la franciscana de nuevo México, las franciscanas y jesuíticas del Paraguay y las franciscanas de Chile. La selección de estos enclaves solía obedecer a tres causas principales: o bien al deseo de los misioneros de abordar indios que no hubieran tenido el menor contacto con los extraños, o bien al de evitar todo posible roce con otras Ordenes misioneras que evangelizaban territorios intermedios, o bien al de aprovechar las especiales características que ofreciesen el paraje o habitantes, entre las que no pocas veces la que más pesó fue la de especiales dificultades.
El sistema de «prolongación en cuña» o flecha consistió en evangelizar territorios que, en realidad, eran una continuación geográfica y misional de los ya evangelizados anteriormente, a los que se llegó en virtud del incesante avance geográfico de la labor evangelizadora. Valgan como ejemplo las misiones franciscanas del norte de México, las franciscanas y capuchinas de Venezuela, las jesuíticas del oriente colombiano o la de Amazonia ecuatoriano-peruana, las franciscanas del oriente del Perú y las jesuíticas de los moxos y chiquitos bolivianos.
Cualquiera que fuese el sistema de expansión adoptado, y a diferencia de lo que había sucedido durante la etapa anterior a 1549-1573, en esta segunda, que coincidió con el periodo de florecimiento de lo que luego denominaremos «evangelización apostólica y protegida», los misioneros ya no se establecieron donde quisieron, sino donde pudieron o les permitieron los indios, pues el avance misional se realizaba entre indígenas no sometidos políticamente (se irían sometiendo conforme se iban evangelizando) y dependía de que los nativos accedieran o no a que se les evangelizase.
Estos territorios así abordados presentaban en general una geografía especialmente hostil, siempre pobre y poco habitada, en muchos casos escarpada y montañosa (Sierra Madre, cordillera Centroamericana, cordillera de los Andes), en otros poco menos que desértica (Texas, Nuevo México, California, Chaco y Pampa argentinos) y en unos terceros dificilísima de dominar a causa de las selvas e inundaciones del trópico (Orinoquia, Amazonas, selvas peruana y boliviana). Todo ello contribuyó a que la expansión misional fuera relativamente lenta, al menos si la comparamos con la del periodo anterior.
En cuanto a los métodos de penetración en cada territorio, fue norma general la de abstenerse de abordar, mientras durase la contienda, a toda tribu que estuviera en guerra con otra limítrofe o con los españoles, por la obvia razón de que el momento no era propicio para la presentación del mensaje evangélico. En circunstancias normales, los sistemas de abordaje de nuevas tribus fueron variadísimos, sin que quepa establecer una norma general porque no existió.
A veces eran los propios nativos quienes se adelantaban a pedir misioneros que los evangelizasen, inducidos a ello por el superior sistema de vida que observaban en las tribus vecinas que estaban en vías de cristianización y que habitaban en las reducciones. En otras ocasiones, las más frecuentes, eran los misioneros quienes se adelantaban a enviar mensajeros indígenas ya cristianos o iban ellos mismos, por lo común acompañados de indios cristianos que conocían la lengua de la tribu limítrofe, a requerir a los infieles para que se dejasen evangelizar. El resultado de la misión podía consistir en la muerte de los emisarios, en la precipitada huida de los infieles ante la aparición de esos seres extraños (como les sucedió a los franciscanos con los lacandones de Guatemala en 1692), en la aceptación de la propuesta o, las más de las veces, en el aplazamiento de la respuesta por parte de los indios a fecha posterior para decidir en consejo tribal si la aceptaban o no. Este proceso de abordaje podía ser muy breve o durar años y hasta décadas.
Siempre y en todos los lugares, prácticamente sin excepción ninguna, este primer contacto del misionero con el indígena iba acompañado de la entrega de regalos por parte del primero (cuchillos, navajas, hachas, anzuelos, espejos, cuentas de colores, etc.), so pena de, en caso contrario, exponerse al fracaso.
SISTEMATIZACIÓN DE LA EXPANSIÓN
Desde el punto de vista territorial, Dussel (Historia, 363-396) distingue en la expansión misionera hispanoamericana tres ciclos, cada uno de ellos con sus respectivos frentes. Los primarios o centrales, en los que la evangelización contó con más personal y adquirió su máxima intensidad. Los intermedios, que sirvieron como de plataforma o lugar de paso para la evangelización de otros territorios. Los secundarios, en los que el esfuerzo misionero llegó a la frontera misma y no tiene continuación en otro ciclo.
Disponiéndolos por orden geográfico, el mismo Dussel establece los siguientes: l, Caribe; 2, mexicano; 3, norte de México; 4, centroamericano; 5, peruano; 6, colombiano; 7, chileno, y 8, platense.
Siguiendo este mismo criterio geográfico, lo más corriente es dividir la expansión evangelizadora en misiones nucleares o centrales y misiones radiales o periféricas. Las primeras fueron escenario de la máxima actividad misional, sirvieron de centro o punto de partida para una ulterior expansión, vienen a coincidir con la denominada América nuclear y están constituidas por aquellos territorios en los que se puso en práctica el sistema de despliegue misional en forma de ocupación o círculos concéntricos.
A las segundas pertenecen aquellos territorios a los que la evangelización llegó partiendo de las anteriores en forma de radio, se extendió siguiendo los sistemas de cuna, salto o enclave y se desarrolló siempre en regiones política y religiosamente periféricas, hasta el punto de que las fronteras políticas solían coincidir en cada momento con las fronteras del Evangelio, porque eran los misioneros quienes las trazaban con su labor.
Sin embargo, estas misiones fronterizas no constituían más que un aspecto de las periféricas, y el calificativo de tales sólo le cuadraba en tanto la frontera no se moviese más hacia el interior del respectivo territorio. Ambas sistematizaciones son válidas y ambas presentan sus respectivos inconvenientes. Desde el punto de vista exclusivamente geográfico, ninguna tiene nada que objetar, pues las dos reflejan la realidad de lo que aconteció.
En cambio, tanto la una como la otra prescinden de la visión cronológica global, a lo que se añade que, en el caso de la segunda, las misiones periféricas abarcan unas regiones y un periodo cronológico desproporcionadamente superiores a las nucleares, y engloban territorios misionales totalmente dispares entre sí.
CRITERIOS Y FOCOS DE EXPANSIÓN. En su curso de expansión, la evangelización hispanoamericana no obedeció, tomada en su conjunto, a ningún criterio territorial preestablecido, sino que estuvo en función de dos factores fundamentales, consistentes en el descubrimiento (y, en muchas ocasiones la conquista) de un territorio determinado y en los focos, bases o puntos de partida de esa misma expansión.
Inicialmente, el único foco lo constituyó la propia España. Más tarde, una vez asentadas las Ordenes misioneras en las Antillas y en la América nuclear, los focos o bases estuvieron representados, además de por la Península, por las Provincias religiosas y los Colegios de Misiones franciscanos establecidos en la propia América.
Si tenemos en cuenta que esas Provincias llegaron a sumar un total de 61 y que el número de los Colegios ascendió a 17, es fácil imaginarse que una expansión misional basada en 78 puntos de partida autónomos, más la propia España, y que además dependió del paulatino y a veces hasta fortuito descubrimiento de nuevos territorios, tuvo que ser por necesidad geográficamente anárquica si se la observa desde el exterior y en todo su conjunto.
Esta anarquía geográfica, agravada por la anarquía cronológica derivada de esos mismos factores y por el hecho de que la evangelización cubrió un territorio de aproximadamente catorce millones y medio de kilómetros cuadrados, es lo que impide trazar ninguna línea determinada en la expansión crono-geográfica misional.
Ante esta imposibilidad, lo más adecuado para describir el curso expansivo de la evangelización americana, procurando conjugar entre si los aspectos geográfico y cronológico, es englobar bajo un mismo periodo las modificaciones importantes de tipo territorial que fueron apareciendo en el transcurso de los años. Esto conduce a una sistematización del proceso expansivo que no consiste en etapas cronológicas ni geográficas cerradas, sino en fases que, al no suponer la desaparición de las demás, pueden seguir subsistiendo con las iniciadas anteriormente sin por ello dejar de reflejar un nuevo periodo de expansión.
FASES CRONO-GEOGRÁFICAS DE LA EXPANSIÓN
FASE DEL CARIBE (1493-1524). El periodo comprendido entre 1493 y 1524 se presenta como una etapa de tanteo durante la cual se abordó la evangelización de las Antillas y se intentó evangelizar el Darién (Colombia), los alrededores de la actual ciudad de Panamá y la costa septentrional venezolana de Cumaná. La expansión misional siguió el sistema de ocupación o círculos concéntricos en la española (Republicas de Haití y Santo Domingo), Puerto Rico, Cuba, Jamaica, Darién y Panamá.
En cambio, en la costa de Cumaná adoptó el sistema de penetración en cuña. El inicio de esta expansión evangelizadora hay que colocarlo en la llegada de la primera expedición misionera al Nuevo Mundo en 1493, si bien el primer bautizo no parece haberse administrado hasta el 21 de septiembre de 1496, fecha en la que lo recibió el noble Guatícaba, al que se le impuso el nombre de Juan Mateo.
Son muy pocos los datos que se conservan sobre el curso posterior de la acción misional durante esta primera fase, pero parece que en Darién y en Panamá fue muy reducida; en Cumaná, ciertamente efímera por la rebelión de los indígenas y la muerte de los misioneros, y en el resto de las Antillas más bien restringida debido a la situación sociolaboral y a la rápida desaparición de los indígenas. Los hechos más importantes de esta fase, desde el ángulo de la expansión de la labor evangelizadora, son los siguientes:
1493: Inicio de la evangelización sistemática e ininterrumpida de la Española con la llegada a ella de la primera expedición misionera, integrada por fray Bernardo Boil y varios franciscanos y mercedarios. 1496: Administración del primer bautismo en el Nuevo Mundo, el día 21 de septiembre. 1508: Inicio de la evangelización de Puerto Rico con la llegada de los primeros franciscanos a la isla. 1510: Llegada de los primeros dominicos a la Española. 1512: Inicio de la evangelización de Cuba por los francisanos y dominicos. 1513: Intento franciscano y dominico de evangelizar Darién. 1514: Establecimiento de los mercedarios en Santo Domingo. 1516-1522: Sucesivos intentos de los dominicos de evangelizar las comarcas venezolanas de Chiribichi y Cumaná, respectivamente, frustrados por la rebelión de los indígenas y la muerte de algunos misioneros. 1518: Llegada de los primeros mercedarios a Cuba. 1521: Establecimiento de la Iglesia en Panamá.
FASE DE LA AMÉRICA NUCLEAR (1524-1573). Cronológicamente, esta fase comienza con la llegada a Tenochtitlán de los denominados Doce Apóstoles franciscanos de México en mayo de 1524, aunque estuvieron precedidos por la llegada de otros tres franciscanos flamencos en 1523, y termina con la prohibición de las conquistas armadas como sistema de anexión territorial mediante real cédula del 13 de julio de 1573.
Geográficamente, la acción misionera se desarrolla fundamentalmente, aunque no de una manera exclusiva, en las áreas de las denominadas Altas Culturas americanas prehispánicas asentadas en los actuales México, América Central, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, norte argentino y centro Chile.
Por tratarse de la época del predominio de la expansión en forma de ocupación, el proceso expansivo no siguió en ninguno de estos grandes territorios una ruta geográfica rectilínea, sino la ya aludida de círculos concéntricos. Esto significa que el establecimiento en un punto misional avanzado no supone la culminación, sino el comienzo, de la evangelización del territorio comprendido entre ese punto y el anterior más próximo a él, labor que podía durar lustros enteros.
Una segunda característica de esta fase es la de representar el momento más culminante de la evangelización hispanoamericana en el sentido de que durante ella se realizó una deslumbrante acción misional, se evangelizó el corazón del continente y se sentaron bases para posteriormente penetrar en la América marginal.
A grandes líneas, en México se evangelizó el territorio comprendido entre Yucatán, por el sur, y una línea quebrada que ascendía por el norte desde Tepic (Estado de Nayarit) hasta Durango, para desde ahí descender a Veracruz. En América Central se misionó la mitad meridional de Guatemala, todo El Salvador, más la mitad occidental de Honduras y Nicaragua, así como parte de Costa Rica.
En Colombia, las cuencas de los ríos Magdalena y Cauca. En Ecuador y Perú, toda la vertiente occidental de los Andes. En Bolivia, el altiplano y la parte occidental de la selva. En Chile, el centro, hasta la Araucanía. En Argentina, la parte más septentrional de Tucumán.
Propicio como ningún otro sistema para dejar atrás puntos aislados sin evangelizar, durante esa etapa de ocupación se formaron bolsas como la de los chichimeacas, al norte del Estado mexicano de Guanajuato; Sierra Gorda, en el Estado mexicano de Querétaro; pequeñas, pero muy numerosas, en la cordillera colombiana; la región noroccidental de la provincia ecuatoriana de Esmeraldas; las comarcas occidentales ecuatorianas de Cara y Angamarca, así como varios en las regiones septentrionales peruanas de Trujillo, Cajamarquilla y Chachapoyas.
Al mismo tiempo que se dejaron atrás estas bolsas se establecieron también diversos enclaves, consistentes en las denominadas entradas o «conquistas pacíficas» para tratar de evangelizar un territorio sin conquistar, entradas cuyo número fue muy elevado, pero exiguo el fruto, entre las que destaca el intento dominico de evangelizar la región guatemalteca de Verapaz (1537-1550).
Aunque no propiamente misionales, a esta etapa pertenecen también los enclaves colombianos de Santa Marta y Cartagena de Indias, así como varios de la costa septentrional venezolana, consistentes en poblaciones españolas desde las que en realidad no se llegó a efectuar una acción misional entre los indígenas de los alrededores.
También se dieron a lo largo de ella varios intentos de penetración en cuña, los más importantes de los cuales fueron los de la evangelización de la Florida, región que, con el tiempo, terminaría convirtiéndose en un próspero territorio misional. Ordenados cronológicamente, los hechos principales se sucedieron de la siguiente manera:
1523: Llegada de tres franciscanos flamencos a México.
1524: Llegada a México de los Doce Apóstoles franciscanos, con lo que se inicia definitivamente la evangelización del imperio azteca. 1526: Establecimiento de los dominicos en México. 1526: Penetración franciscana en Jalisco (Nueva Galicia). 1526: Primer intento dominico de evangelizar Florida (véase 1527). 1527: Intento franciscano de evangelizar Florida (véanse 1526 y 1529). 1527: Establecimiento de los mercedarios en Santa Marta (Colombia). 1528: Establecimiento de los mercedarios en Nicaragua e intento de establecimiento de los dominicos. 1528-29: Correrías misionales del Francisco Toribio Paredes de Benavente (Motolinía) desde México hasta Nicaragua. 1529: Nuevo intento de franciscanos y dominicos de evangelizar Florida (véanse 1527 y 1539). 1529: Intento de los dominicos de establecerse en Santiago de los Caballeros (Guatemala) (Véase 1538).
1530: Intento franciscano de establecerse en Nicaragua (véase 1532). 1531-54: Primer establecimiento de los dominicos en Nicaragua. 1532: Intento de establecimiento de los franciscanos en Nicaragua (véase 1550).
1532: Inicio de la evangelización sistemática e ininterrumpida del Perú por los dominicos y franciscanos. 1533: Llegada de los primeros agustinos a México. 1533: Llegada de los primeros mercedarios a Perú. 1534: Llegada de los dominicos a Quito. 1534: Llegada de los Franciscanos a Paraguay (véase 1575). 1535: Llegada de los mercedarios a Chiapas. 1535: Establecimiento de los dominicos en Bolivia. 1536: Tercer intento de establecimiento de los franciscanos en Yucatán tras haberlo intentado en 1534 y 1535 (véase 1544). 1536: Establecimiento de los dominicos en Cartagena de Indias. 1536: Establecimiento de los Mercedarios en Nicaragua. 1537: Establecimiento de los mercedarios en Guatemala y de los franciscanos en el Río de la Plata. 1537-50: Intento de fray Bartolomé de las Casas y otros dominicos de evangelizar pacíficamente la región guatemalteca de Verapaz. 1538: Los agustinos inician la evangelización de Michoacán. 1538: Los franciscanos inician la evangelización de Nayarit (México). 1538: Definitivo establecimiento de los mercedarios y dominicos en Guatemala (véase 1529). 1539: Cuarto intento de evangelizar Florida, llevado a cabo por franciscanos, dominicos y clérigos diocesanos (véase 1529 y 1542). 1539: Llegada de los franciscanos a Guatemala. 1540: Primer intento franciscano de evangelizar Nuevo México (véase 1581). 1540: Llegada de los franciscanos a Chuquisaca (Bolivia). 1540: Primer intento dominico de establecerse en Chile (véase 1551). 1542: Quinto intento de evangelizar Florida, llevado a cabo por el dominico Luis de Cáncer, con el resultado de la muerte de tres religiosos por los indios (véase 1539 y 1549). 1544: Definitivo establecimiento de los franciscanos en Yucatán (véase 1536). 1545: Inicio de la evangelización de Chiapas por los dominicos. 1548: Llegada de los primeros dominicos a El Salvador. 1549: Sexto intento de evangelizar Florida, llevado a cabo por los dominicos (véase 1542 y 1550). 1549: Llegada de los mercedarios a Chile. 1550: Séptimo intento de evangelizar Florida, llevado a cabo por los agustinos (véase 1549 y 1553). 1550: Establecimiento de los mercedarios en Honduras. 1550: Segundo intento de establecimiento de los franciscanos en Nicaragua (véase 1532 y 1557). 1550: Inicio de la evangelización de Nueva Granada, con la llegada de los primeros franciscanos y dominicos a Santa Fe. 1550: Penetración de los dominicos en Tucumán. 1551: Llegada de los primeros agustinos al Perú. 1551: Celebración del primer Concilio provincial de Lima, de carácter marcadamente misional. 1551: Segundo intento dominico de establecerse en Chile (véase 1540 y 1553). 1553: Octavo intento de evangelizar Florida, llevado a cabo por los dominicos (véase 1550 y 1558). 1553: Definitivo establecimiento de los dominicos en Chile (véase 1551). 1553: Establecimiento de los franciscanos en Chile. 1556: Llegada de los primeros franciscanos a Tucumán (véase 1565). 1557: Definitivo establecimiento de los franciscanos en Nicaragua (véase 1550). 1558-61: Noveno intento de evangelizar Florida, llevado a cabo por los dominicos, que perecieron a manos de los indios (véase 1553 y 1566). 1560: Penetración de los franciscanos en Chihuahua (México). 1560-1614: Misiones dominicas de Barinas, Pedraza y Apure (véase 1710). 1563: Establecimiento de los agustinos en Quito y la Paz. 1565: Definitivo establecimiento de los franciscanos en Tucumán (véase 1556). 1566-72: Décimo intento de evangelizar Florida, llevado a cabo por los jesuitas (véase 1558 y 1573). 1566: Inicio de la misión dominica entre los quijos ecuatorianos. 1566-68: Evangelización de los agustinos en Vilcabamba (Perú). 1567: Penetración de los mercedarios en Apolobamba (Bolivia). 1568: Llegada de los primeros jesuitas al Perú. 1568: Intento agustino de evangelizar Urabamba-Vilcabamba. 1569: Llegada de los agustinos a Quito. 1570: Intentos de evangelizar las montañas de Tarma (Junín) por los dominicos, los alrededores del Cuzco y márgenes del Titicaca por los agustinos y los chunchos del este del Cuzco, así como la Provincia de los collaguas por los franciscanos. 1572: Llegada de los jesuitas a México.
FASE DE LAS ÁREAS PERIFÉRICAS INTERMEDIAS (1573-1683). Con la supresión de las conquistas armadas como sistema de expansión territorial en 1573, medida que puso fin simultáneamente al sistema de expansión misional en forma de ocupación o de círculos concéntricos, comienza definitivamente la modalidad de expansión evangelizadora en forma de flecha o cuña. Tanto el sistema como el periodo van a subsistir hasta la independencia, pero con diversas modalidades, cada una de las cuales configurará las distintas fases que se sucederán en adelante.
La primera de estas fases puede situarse entre 1573, por la razón acabada de indicar, y 1683, fecha de la fundación en Querétaro (México) del primero de los diecisiete Colegios de Misiones de Propaganda Fide que los franciscanos llegaron a establecer a todo lo largo y ancho de Hispanoamérica con anterioridad a la independencia. Estos Colegios de Misiones poseen la entidad suficiente como para deslindar el fin de una fase y el comienzo de otra, porque, además de imprimir un nuevo impulso a la expansión evangelizadora, representaron una nueva concepción misional al consistir en centros autonómicos concebidos única y expresamente para la evangelización de fieles e infieles y, por añadidura, fueron los focos desde los que se llegó a gran parte de los limites geográficos alcanzados por la evangelización.
Otros acontecimientos especialmente importantes ocurridos durante esta etapa, como la definitiva incorporación, en 1591, de la Compañía de Jesús a la tarea misional, tras su experimento de la Florida de 1566 a 1572, y la de los capuchinos, en 1647, representaron también un impulso sustancial a la expansión evangelizadora, pero no definen ninguna etapa, porque no revistieron las otras dos características de los Colegios de Misiones franciscanos.
Enmarcadas cronológicamente entre 1573 y 1683, las áreas periféricas intermedias que configuran la presente fase están constituidas, como su misma denominación indica, por territorios misionales ubicados entre los límites de la ya sobrepasada América nuclear y los de las regiones que se encontraban en vías de evangelización al sobrevenir la independencia de las actuales naciones hispanoamericanas.
Esto quiere decir que el criterio diferenciador en el que se basa esta denominación de áreas intermedias, lo constituye el hecho de que esas regiones coincidieran durante algún tiempo con la línea fronteriza de la evangelización y de la ocupación política española, pero que la mayoría de ellas terminaron perdiendo ese carácter con el correr de los años, debido precisamente al continuo avance de la evangelización.
Cabe notar, sin embargo, que el calificativo de intermedias solamente se refiere a las áreas periféricas misionales más importantes y que la definición de tales se basa en criterios geográficos, no en conceptos de organización jurídica misional. Desde este último punto de vista hubo muchos territorios misionales que en el momento de la independencia seguían constituyendo la misma unidad misional con la que habían comenzado a finales del siglo XVI o a lo largo del XVII por seguir perteneciendo a la misma Orden o Provincia religiosa, pero desde el punto de vista geográfico, e incluso desde el de la evangelización, lo cultivado durante la presente fase representó un territorio que, por una razón u otra, era cronológica y geográficamente intermedio entre las áreas nucleares y aquellas otras (que luego denominaremos terminales) en las que la evangelización fue sorprendida por la independencia.
Por ejemplo, las extensísimas misiones jesuíticas del noroeste mexicano, de Mainas y de Moxos, así como las capuchinas y franciscanas de Venezuela o las franciscanas, jesuíticas y agustinas de Colombia, iniciadas a finales del siglo XVI o a lo largo del XVII y que seguían subsistiendo en el momento de la independencia, en el siglo XVIII evolucionaron de manera distinta que en el anterior.
Por su parte, las franciscanas de Nuevo México y del oriente peruano, que se encontraron en el mismo caso, sobrevivieron hasta la independencia, porque las primeras se restauraron en 1692 y las segundas en 1708 y 1759. Lo mismo sucedió con las dominicas de Barinas, Pedraza y Apure, cultivadas desde 1560 hasta 1614, pero restablecidas en 1710. Finalmente, las franciscanas de la Florida, iniciadas en 1573, fueron destruidas y restauradas en 1702.
Así pues, y ya en el terreno de lo concreto, entendemos por áreas periféricas intermedias, fundamentalmente, lo evangelizado hasta aproximadamente en 1683 en Florida, en el espacio mexicano situado al sur de la actual frontera de los Estados Unidos, en la Orinoquia venezolana y colombiana, en la Amazonia colombiana, ecuatoriana y peruana, en el oriente del Perú, en la selva boliviana, en la región de los guaraníes y en la Pampa argentina.
Independiente y simultáneamente, junto con estos territorios en los que la expansión evangelizadora se desarrolló de forma permanente, se evangelizaron otros que constituían sendas bolsas dejadas atrás durante la fase anterior, como los chichimecas mexicanos y los numerosos puntos abordados en los Andes colombiano-ecuatorianos. De igual manera, otros muchos territorios se trataron de evangelizar en forma de flecha, aunque con distinto éxito.
En unos se logró establecer una evangelización permanente durante esta misma etapa y tras una prolongada serie de intentos infructuosos que, en Nuevo México, por ejemplo, se prolongaron desde 1540 hasta 1609. En otros, hubo que esperar hasta la fase siguiente para lograr ese mismo fin, como así sucedió en Texas desde 1632 hasta 1716, en Guayana desde 1682 hasta 1720, entre los chiquitos bolivianos desde 1612 hasta 1691 y entre los chiriguanos de Bolivia desde 1612 hasta 1691.
En unos terceros, como en la Taguzgalpa y Tologalpa hondureño-nicaragüenses y entre los chunchos bolivianos, esos intentos no lograron asentar una evangelizaci6n definitiva. Estos repetidos intentos, frustrados o no, constituyen por su elevado número una de las características de la presente etapa, debido a la resistencia de los indígenas a dejarse evangelizar.
Por lo que se refiere a las Órdenes misioneras, además de la ya aludida incorporación a la acción misional de los jesuitas y capuchinos, merece anotarse la asociación a la misma de los agustinos recoletos o candelarios y la negativa a hacerlo de los carmelitas descalzos. Por su parte, los mercedarios, dominicos y agustinos redujeron sustancialmente su participación, mientras que los franciscanos le imprimieron un nuevo impulso a la suya, tras cierto decaimiento a finales del siglo XVI y comienzos del XVII. La sucesión cronológica de los hechos principales fue la siguiente:
1573: Inicio de la misión franciscana de la Florida (véase 1566 y 1702). 1574: Establecimiento de los franciscanos en Honduras. 1575: Definitivo establecimiento de los franciscanos en Nicaragua. 1575: Llegada de los primeros agustinos a Bogotá. 1575: Comienzo de las misiones franciscanas del Paraguay (véase 1534). 1576: Evangelización por los jesuitas de la provincia de Chucuito (Titicaca). 1580: Inicio de las 24 reducciones franciscanas del Paraguay. 1580: Intento de evangelización de los araucanos por los franciscanos (véase 1598). 1581: Segundo intento de penetración franciscana en Nuevo México (véase 1540 y 1598) 1585: Llegada de los primeros carmelitas descalzos a México. 1586: Llegada de los primeros jesuitas a Quito. 1586: Llegada de los jesuitas a Tucumán. 1588: Penetración de los agustinos entre los chiriguanos de Bolivia. 1590: Evangelización de los chichimecas mexicanos por los franciscanos y jesuitas. 1591: Inicio de la evangelización de Sinaloa por los jesuitas. 1591: Establecimiento de los jesuitas en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia). 1592: Inicio de la misión jesuítica de Topia (México) entre los indios acaxees de Sinaloa-Durango. 1593: Llegada de los jesuitas a Chile. 1594: Establecimiento de los mercedarios en México. 1594-97: Primer intento de evangelización de los chunchos bolivianos llevado a cabo por los jesuitas (véase 1621-1622). 1595: Primer intento de los jesuitas de evangelizar a los moxos bolivianos (véase 1615). 1595: Penetración de los jesuitas entre los ricolzones de Jauja y los chunchos del norte del Titicaca. 1595: Llegada de los agustinos a Chile. 1596: Fundación de la misión jesuítica de los tepehuanes de Durango (México). 1597: Evangelización de los agustinos en los Estados venezolanos de Mérida (Acarigua), Barinas y Táchira. 1597: Penetración de los dominicos entre los indios de Baeza, Hatumquijo y Cosangra (Ecuador). 1597: Primer intento jesuita de evangelizar Apolobamba (Bolivia) (Véase 1615). 1598-01: Tercer intento franciscano de penetración en Nuevo México (véase 1581 y 1609). 1598: Fundación de la misión jesuítica de Parras (Coahuila-México). 1598: Evangelización de la costa ecuatoriana de Esmeraldas por los mercedarios y los jesuitas, abandonada por estos últimos en 1613. 1598: Destrucción de las misiones franciscanas entre los araucanos de Chile con el incendio de cinco conventos y la muerte de tres religiosos (véase 1580 y 1650). 1599: Llegada de los primeros jesuitas a Bogotá. 1600: Llegada de los primeros jesuitas a Guatemala. 1602: Penetración de los franciscanos en Nuevo León (México) (véase 1675). 1602-12: Segundo intento de penetración franciscana en Taguzgalpa (véase 1604 y 1622). 1610: Inicio de evangelización de los malabas del Ecuador por los mercedarios. 1612: Primer intento de los jesuitas de evangelizar a los chiquitos bolivianos (véase 1691). 1613: Inicio de la misión jesuítica de los xiximíes del ser de Sinaloa (México). 1613: Inicio de la misión jesuítica de la Tarahumara Alta (México). 1613: Evangelización por los jesuitas de la región ecuatoriana de Cara, hasta 1638. 1613: Inicio de la evangelización de Chiloé (Chile) por los jesuitas. 1614: Abandono por los dominicos de la misión venezolana de Barinas (véase 1560 y 1712).
1615: Evangelización por los agustinos, hasta 1629, entre los moxos de Bolivia (véase 1633). 1616: Intento agustino de evangelizar a los mainas de Borja (Perú). 1617: Inicio por los jesuitas de la misión de los yaquis de Sonora (México). 1619: Inicio de la misión jesuítica de los tepehuanes del este de Sonora (México). 1620: Primer intento de los agustinos de evangelizar a los chunchos bolivianos (véase 1629). 1621: Comienzo de la misión jesuítica de los chinipas del sureste de Chihuahua (México). 1621: Inicio de la misión jesuítica del río Napo. 1621: Penetración de los dominicos en los Llanos colombianos de Guavio (véase 1662). 1621-22: Segundo intento de evangelización de los chunchos bolivianos llevado a cabo llevado a cabo por el franciscano Gregorio de Bolívar (véase 1662). 1621-31: Nuevos intentos de evangelización de la región boliviana de Apolobamba (chunchos y moxos) llevada a cabo por los franciscanos (véase 1615). 1622-23: Tercer intento de penetración franciscana en Taguzgalpa (véase 1610 y 1667). 1622-42: Evangelización de los dominicos en Veragua (Panamá). 1625-28: Primer intento de evangelización por los jesuitas de la cuenca del río Casanare, Colombia (véase 1662). 1626-36: Evangelización de los agustinos recoletos en Darién y Urabá. 1626-50: Evangelización por los jesuitas de los panatahuas y cazapachos de Huánuco (Perú) (véase 1630). 1627: Intento dominico de evangelizar a los lacandones de Guatemala. 1627: Evangelización de los franciscanos en Urabá. 1627: Penetración del franciscano Gregorio de Bolívar entre los motilones peruanos de Chachapoyas (véase 1621 y 1630). 1629-54: Evangelización por los jesuitas de las regiones colombianas de Neiva y Tierradentro. 1629-87: Evangelización por los jesuitas de la región colombiana de Popayán. 1629: Segundo intento de los agustinos de evangelizar a los chunchos bolivianos (véase 1620 y 1635). 1630: Penetración de los jesuitas entre los chachapoyas peruanos (véase 1627). 1630-08: Misiones franciscanas de Huánuco entre los panatahuas y payansos del Huallaga, los shetebos y callisecas del Bajo Ucayali (1657) y los hibitos y cholones del Huallaga (véase 1708). 1632-40: Primer intento de penetración franciscana en Texas (véase 1675). 1632-42: Evangelización por los jesuitas de los barbacoas ecuatorianos. 1633: Segundo intento agustino de evangelizar a los moxos bolivianos (véase 1615 y 1673). 1634-1740: Evangelización por los franciscanos de sus sucumbíos del Ecuador. 1635: Inicio de las misiones franciscanas del Caquetá, Putumayo y Napo (Colombia-Ecuador). 1635-41: Misiones franciscanas de Tarma en Chanchamayo, Quimiri, Cerro de la Sal y rio Perené (véase 1685 y 1708). 1635-49: Tercer intento agustino de evangelizar a los chunchos bolivianos (véase 1629). 1635: Segundo intento de los jesuitas de evangelizar a los chiriguanos de Bolivia (véase 1607-1686). 1636: Inicio de la evangelización por los jesuitas de los opatas de Sonora (México). 1636: Redescubrimiento del Amazonas por los franciscanos Domingo de Brieva y Andrés de Toledo. 1637-51: Evangelización de los dominicos en Darién. 1637-97: Evangelización de los agustinos recoletos en Darién y Chocó (véase 1626). 1637: Evangelización por los franciscanos de los cofanes y paeces ecuatorianos (véase 1602 y 1655). 1638: Inicio de la misión jesuítica de Mainas (Ecuador-Perú) (véase 1647). 1645: Inicio de la misión jesuítico de la Tarahumara Alta (México). 1646-48: Primer intento de los jesuitas de penetrar en Guyana (véase 1653). 1647-89: Intentos franciscanos de evangelizar en Darién y Urabá. 1647: Llegada de los primeros capuchinos a América mediante su establecimiento en Urabá (1647-1648) y Darién (1647-1653) (véase 1665). 1647-53: Expansión de los jesuitas hacia el sureste de Mainas (véase 1638 y 1657). 1648: Evangelización de los franciscanos en el Chocó (Colombia) (véase 1652). 1650-56: Intentos capuchinos de evangelizar Trinidad y Píritu (Venezuela) (Véase 1682). 1650: Evangelización de los jesuitas en la región ecuatoriana de Mocoa. 1650: Evangelización de los jesuitas en la región peruana de Urubamba o Vilcabamba (véase 1768). 1650: Inicio de las misiones jesuíticas de la Araucanía (véase 1591). 1651-54: Intento de los agustinos de evangelizar el Apure. 1652: Intento capuchino de evangelizar el Chocó (véase 1672). 1653-54: Segundo intento de los jesuitas de evangelizar Guayana (véase 1646 y 1664). 1654-1700: Exploración por los franciscanos de los ríos Madre de Dios y sus afluentes. 1655: Evangelización de los franciscanos entre los paeces ecuatorianos (véase 1637). 1656: Inicio de la misión franciscana de Píritu, en Venezuela (véase 1750). 1657-87: Evangelización de los jesuitas en Urabá y Chocó. 1657: Inicio de la misión capuchina venezolana de Cumaná. 1657: Expansión de los jesuitas hacia Mainas septentrional (véase 1647). 1658: Inicio de la misión capuchina de los Llanos de Caracas. 1661: Evangelización de los franciscanos entre los xicaques de Honduras. 1662: Inicio de las misiones colombianas de los Llanos Orientales por los jesuitas (Casanare), franciscanos (Llanos de San Juan), agustinos (Llanos de San Martín), agustinos recoletos (Santiago de las Atalayas) y dominicos (Llanos de Guavio) (véase 1621). 1664-65: Tercer intento de los jesuitas de evangelizar Guayana (véase 1653 y 1668). 1665: Los agustinos recoletos suceden a los jesuitas en el intento de evangelizar Guayana (véase 1647 y 1682). 1667: Cuarto intento franciscano de penetración en Taguzgalpa (véase 1622 y 1695). 1668-81: Cuarto intento de los jesuitas de penetrar en Guayana (véase 1664, 1665 y 1682). 1669-79: Primer intento de los jesuitas de evangelizar el Orinoco medio (véase 1681). 1670: Tercer intento franciscano de evangelizar el Choco (véase 1648 y 1680). 1672: Reanudación de la misión capuchina del Chocó (véase 1652). 1673-87: Misiones franciscanas de Jauja o Andamarca entre los campas, piros y cunibos de los ríos Tambo, Pachitea y Alto Ucayali (véase 1708). 1673-87: Misiones franciscanas de Jauja o Andamarca entre los campas, piros y cunibos de los ríos Tambo, Pachieta y Alto Ucayali (véase 1708). 1673-80: Tercer intento de los agustinos de evangelizar a los moxos bolivianos (véase 1708). 1674: Inicio de las misiones franciscanas de Río Grande o Coahuila. 1674: Reanudación de las misiones franciscanas del Cerro de la Sal, en el Perú (véase 1685). 1675: Segundo intento de penetración franciscana en Texas (véase 1632 y 1680). 1675: Reanudación de las misiones franciscanas de Nuevo León (véase 1602). 1675: Intento franciscano de evangelización de la Tologalpa (Nicaragua). 1676: Inicio de las misiones franciscanas de Cajamarquilla entre los hibitos y cholones de la ribera occidental del Huallaga. 1678-1716: Misión agustiniana de Aricagua y Maracaibo (véase 1597). 1679: Segundo intento de los jesuitas de evangelizar Texas (véase 1675 y 1689). 1680: Tercer intento franciscano de evangelizar Texas (véase 1675 y 1689). 1680: Destrucción de las misiones franciscanas de Nuevo México (véase 1609 y 1692). 1680: Cuarto intento franciscano de evangelizar el Chocó (véase 1670). 1681-89: Cuarto intento capuchino de evangelizar Darién (véase 1665). 1681-84: Tercer intento de los jesuitas de evangelizar el Orinoco medio (véase 1679 y 1692). 1681: Definitivo establecimiento de los jesuitas entre los moxos bolivianos (véase 1679 y 1692). 1682-1714: Evangelización de Trinidad por los capuchinos (véase 1650). 1682-1724: Primer intento capuchino de evangelizar Guayana (véase 1724).
FASE DE LAS ÁREAS PERIFÉRICAS TERMINALES (1683-1767). Entre 1683, fecha del comienzo del sistema de Colegios de Misiones franciscanos, y 1767, año de la expulsión de la Compañía de Jesús, la evangelización americana llegó a la mayor parte de las regiones en las que se encontraba en el momento de la independencia. De hecho, con posterioridad a 1767 avanzaría ya muy poco, si se exceptúan los casos de la Alta California, Rionegro (Venezuela) y Chiloé (Chile).
Es durante esta fase o periodo cuando en el extremo septentrional de la América española se establecen los capuchinos en la Luisiana (1766), los franciscanos inician definitivamente la tantas veces intentada evangelización de Texas (1716) y restablecen las destruidas misiones de Nuevo México (1692), mientras que los jesuitas abordan definitivamente la Baja California (1697).
En América Central los franciscanos fundan su misión costarricense de Talamanca (1698). En el norte de América del Sur los capuchinos evange1izan la isla de Trinidad (1682), inician la evangelizaci6n definitiva de Maracaibo (1692), Santa Marta-Riohacha (1694) y Guayana (1724) y cruzan el Orinoco hacia el sur (1763), lo que ya habían efectuado con anterioridad los jesuitas del Orinoco medio en 1731 y los franciscanos de Píritu en 1750.
En la América del Sur media, los franciscanos restauran en 1708 y 1759 sus dificilísimas misiones del oriente peruano e inician la evangelización definitiva de los chiriguanos bolivianos (1757), mientras que los jesuitas inician la evangelización del Chaco (1683) y de la Pampa argentinos (1740). En el extremo meridional suramericano los jesuitas inician en 1684 la evangelización de Patagonia y en 1691 reanudan su misión de la Araucanía chilena.
Entre las bolsas evangelizadas durante esta fase merecen citarse la de Sierra Gorda (1686 y 1740), la del nuevo Santander (1748) y la de Barinas, Apure y Pedraza (1710), abordadas por los franciscanos y los dominicos. He aquí los principales momentos de la expansión durante la presente fase:
1683: Fundación del Colegio de Misiones franciscano de Querétaro, con el que se implanta este sistema en América. 1683: Intento de los jesuitas de evangelizar la Baja California (véase 1697). 1683: Inicio de las misiones jesuíticas del Chaco entre los abipones, a las que seguirán las de los tobas, mataguayos, vilelas y mocovíes (véase 1735). 1684-1703: Evangelización por los agustinos de los ninarvas del curso medio del río Apurímac. 1684: Intento de los jesuitas de evangelizar la Patagonia (véase 1740). 1685-90: Nuevo intento franciscano de evangelizar el Cerro de la Sal, Perú (véase 1674 y 1708). 1686: Inicio de la evangelización por los dominicos de Sierra Gorda, México (véase 1740). 1686-95: Tercer intento de los jesuitas de evangelizar a los chiriguanos de Bolivia (véase 1635 y 1725). 1689-94: Cuarto intento franciscano de evangelizar Texas (véase 1680 y 1716). 1691: Inicio de las misiones jesuíticas de los chiquitos bolivianos (véase 1612). 1691: Reanudación por los jesuitas de las misiones de la Araucanía (véase 1650). 1692: Restauración de las misiones franciscanas de Nuevo México (véase 1650). 1692: Inicio de las misiones capuchinas de Maracaibo. 1692: Cuarto intento de los jesuitas de evangelizar el Orinoco medio (véase 1681 y 1694). 1693-1704: Evangelización de los mercedarios en el Patén-Itzá. 1694-1702: Evangelización por los capuchinos de las regiones de Santa Marta y Riohaca (véase 1716). 1694: Quinto intento de los jesuitas de evangelizar el Orinoco medio (véase 1692 y 1731). 1695-1727: Evangelización de los mercedarios entre los lacandones de Guatemala. 1695: Quinto intento franciscano de evangelizar la Taguzgalpa (véase 1667). 1697: Inicio de la evangelización definitiva de la Baja California por los jesuitas (véase 1683). 1697-1700: Evangelización de los mercedarios entre los jicaques de Nicaragua. 1698: Inicio de la evangelización de la sierra costarricense de Talamanca por los franciscanos. 1698: Misión franciscana del río Sinú (Urabá). 1701: Fundación del Colegio Misiones franciscano de Guatemala. 1701-67: Evangelización por los jesuitas de los guaimíes panameños (véase 1795). 1702: Destrucción de las misiones franciscanas de Florida por los ingleses y sus aliados indígenas (véase 1573 y 1764). 1704: Evangelización de los agustinos en Neiva y Timaná (Colombia). 1705-61: Evangelización de los agustinos entre los acanayutos de Valledupar (Colombia). 1707: Fundación del Colegio de Misiones franciscano de Zacatecas. 1708-42: Restauración de las misiones franciscanas de los pantahuas, chanchamayos, Cerro de la Sal y Pangoa, y fundación de las de Pozuzo (1712), Gran Pajonal (1733), río Mantaro y Apurímac (1738) (véase 1630, 1635, 1673, 1685 y 1742). 1710-1838: Reanudación por los dominicos de las misiones venezolanas de Barinas, Apure y Pedraza (véase 1560). 1713: Penetración de los franciscanos en la región boliviana de Apolobamba. 1716: Establecimiento definitivo de las misiones franciscanas de Texas (véase 1689). 1716-21: Reanudación por los capuchinos de las misiones de Santa Marta y Riohacha
(véase 1694 y 1725).
1718-96: Misión agustina de Mapiri (Bolivia). 1721: Penetración de los jesuitas en Nayarit (México). 1723: Inicio de las misiones jesuíticas del Meta colombiano, complemento de las del Casanare (véase 1662). 1724: Reanudación definitiva por los capuchinos de la misión de Guayana (véase 1682). 1725-1807: Regreso definitivo de los capuchinos a la región de Santa Marta y Riohacha (véase 1716). 1725: Fundación del Colegio de Misiones franciscano de Ocopa (Perú). 1725-35: Cuarto intento de los jesuitas de evangelizar a los chiriguanos (véase 1686 y 1757). 1729-1819: Misión (Prefectura) de los agustinos entre los tunebos colombianos. 1730: Inicio por los jesuitas de la misión de la Tarahumara Alta, en la Chihuahua Central (México). 1731: Inicio de la evangelización definitiva por los jesuitas del Orinoco medio (véase 1694). 1732: Fundación por los franciscanos de los Colegios de Misiones de San Fernando de México y de Pachuca (México). 1735: Penetración de los jesuitas entre los vilelas del Chaco argentino (véase 1683). 1740-70: Evangelización de Sierra Gorda (México) por los franciscanos (véase 1686). 1740: Penetración de los franciscanos entre los andaquies de los ríos Caquetá y Putumayo. 1740: Inicio de la evangelización por los jesuitas de la Patagonia (véase 1684). 1742-50: Destrucción por Santos Atahualpa de las misiones franciscanas del oriente del Perú (véase 1708 y 1753). 1743: Inicio de la evangelización por los jesuitas de los mocobíes argentinos. 1744-71: Evangelización de Veragua (Panamá) por los jesuitas. 1748: Penetración de los jesuitas entre los abipones del Chaco. 1750: Inicio de las misiones franciscanas de Urubamba, Apolobamba y Cocabambilla (Perú-Bolivia). 1753: Fundación por los franciscanos del Colegio de Misiones de Popayán. 1753: Restauración de las misiones franciscanas peruanas de Pozuzo, Pampa del Sacramento y Pachitea (véase 1742 y 1759). 1755: Fundación del Colegio de Misiones franciscano de Tarija. 1756: Fundación de los franciscanos de los Colegios de Misiones de Cali (Colombia) y Chillán (Chile). 1757: Inicio de las misiones franciscanas de los chiriguanos. 1759-66: Restauración de las misiones franciscanas entre los hibitos y cholones del Huallaga, así como entre los panos, shipibos y cunibos, destruidas en 1766 por Runcato (véase 1742 y 1791). 1760: Intentos de los dominicos de evangelizar la región peruana de Santa Ana de Urabamba. 1763-72: Misión capuchina del Alto Orinoco y Río Negro. 1765-80: Misión de los franciscanos del Colegio de Popayán en el río Yurumangui.
FASE DE REPLANTEAMIENTO MISIONAL (1767-1824). Con la expulsión en 1767 de la Compañía de Jesús hubo que proceder a un replanteamiento misional, porque era este Instituto, junto con la Orden franciscana y los capuchinos, uno de los grandes soportes de la acción misionera americana. Por una parte, los territorios hasta entonces cultivados por los jesuitas tuvieron que ser confiados o bien al clero secular o bien a otras Órdenes religiosas, lo que desde el punto de vista de la expansión misionera produjo la consecuencia de que ésta quedó prácticamente estancada en muchos territorios al transformarse éstos de misiones en doctrinas o parroquias de indios.
Así sucedió, por ejemplo, en el noroeste mexicano, en los Llanos colombianos del Meta y Casanare, en la Amazonia o Misiones de Mainas y en las regiones de los moxos y chiquitos bolivianos. En todos estos puntos, la independencia sorprendería a la evangelización en el mismo lugar en que la habían dejado los jesuitas, porque los religiosos o clérigos diocesanos sucesores suyos no pudieron atender sus compromisos anteriores a 1767 y seguir al mismo tiempo avanzando en los heredados de los jesuitas. Independientemente de que estos últimos ya se encontraban también prácticamente estancados desde el punto de vista geográfico en el momento de su expulsión.
Por otra, y sorprendentemente, la encomienda a otras Órdenes religiosas de los territorios abandonados por los jesuitas fue precisamente el origen de que los nuevos misioneros le imprimieran en algunos lugares a la evangelización un nuevo impulso, como sucedió en la Alta California, en el Alto Orinoco y en el archipiélago de Chiloé, donde los franciscanos iniciaron una nueva expansión.
A este estancamiento en unos territorios y al nuevo impulso expansivo en otros hay que añadir la paulatina expansión que los franciscanos y capuchinos venían realizando desde antes de 1767 en sus misiones tradicionales. La sucesión de los hechos principales es la siguiente:
1767-68: Abandono de sus misiones por los jesuitas debido al decreto de expulsión, en las que fueron sustituidos por otras Órdenes o por el clero diocesano. 1768-98: Evangelización por los dominicos de Urubamba-Vilcabamba (véase 1650). 1769: Fray Junípero Serra inicia la evangelización de Alta California. 1769-71: Evangelización por los dominicos de Urubamba-Vilcabamba (véase 1650). 1770-71: Evangelización por los franciscanos de los chachapoyas peruanos. 1770-84: Intentos franciscanos de restaurar las misiones peruanas del Cerro de la Sal (véase 1650). 1772: Llegada de los capuchinos españoles a Luisiana. 1773: Los dominicos se hacen cargo de la misión de Baja California, abandonada por los jesuitas en 1767. 1773: Los franciscanos suceden a los capuchinos en el Alto Orinoco y Río Negro (véase 1763). 1780: Intento franciscano de evangelizar el Petén-Itzá. 1780: Inicio de la misión franciscana de Veragua (Panamá). 1783: Fundación del Colegio de Misiones capuchino de La Habana. 1783-90: Misión mercedaria del río Putumayo. 1784: Fundación del Colegio de Misiones franciscano de San Carlos en la ciudad argentina de San Lorenzo. 1785: Fundación del Colegio de Misiones franciscano de Panamá. 1787: Fundación por los franciscanos del Colegio de Píritu o Nueva Barcelona. 1788-89: Intento franciscano de evangelizar la Mosquitia nicaragüense. 1789-95: Misión capuchina del río Cuiloto (Colombia) (véase 1759). 1791: Restauración de las misiones franciscanas de Manoa y del Ucayali (véase 1759). 1795: Evangelización de los guaimíes panameños por los franciscanos. 1795: Fundación del Colegio de Misiones franciscano de Moquegua. 1796: Misión de los agustinos recoletos del río Cuiloto (véase 1789). 1796: Fundación del Colegio de Misiones franciscano de Tarata (Bolivia). 1809: Restauración de las misiones franciscanas de Pashqui (Perú). 1812 Fundación del Colegio de Misiones franciscano de Zapopan (México).
PEDRO BORGES
©Historia de la Iglesia en Hispanoamérica y Filipinas, I, BAC, Madrid 1992, pp. 471-494.