URUGUAY; Afrodescendientes

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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Los orígenes de la presencia africana en Uruguay se sitúan en el siglo XVI, época en que fueron traídos para trabajar en los saladeros (la industria más importante de la colonia en la Banda Oriental) donde se manufacturaba el tasajo y el charqui (carne salada y secada al aire o al sol para que se conserve). Posteriormente fueron empleados en actividades artesanales, agrícolas, domésticas y en el Ejército. Se calcula que unos 40.000 africanos llegaron al puerto de Montevideo a partir de 1608. Éstos se integraron en las masas populares con sus comparsas en carnavales, su candombe, y aportaron el primer futbolista profesional afro de América Latina, José Leandro Andrade.

Sin embargo, no fue hasta finales del siglo pasado cuando su historia empezó a ser reconocida, fruto de la lucha de organizaciones como Mundo Afro. Desde 1996, los afro-uruguayos figuran en las encuestas de población, que revelan su bajo nivel escolar y su mayor presencia en actividades manuales. Según el censo de 2006, el 9,1 por ciento del total de la población se considera afrodescendiente.

Además de declarar el 3 de diciembre como Día Nacional de la Cultura Afro-uruguaya, el Estado ha creado una serie de cargos en manos de expertos afrodescendientes para la atención a su comunidad.

Distinta es la situación en Paraguay, donde los negros, conocidos por los indígenas con el apodo de camba, llegaron a la región en el período colonial, como mano de obra en labores domésticas o tareas rurales relacionadas con la ganadería. En 1692 había 1.120 esclavos negros sobre un total de 9.675 habitantes en Asunción. Similar proporción de negros y pardos encontramos en el censo de 1799, según el cual éstos representan el 11 por ciento del total de la población.


©MUNDO NEGRO Septiembre 2011